‘¡Por qué llora mi niña!’ (o cómo un hecho violento tensa a una primaria en Saltillo)

Coahuila
/ 12 septiembre 2024

Una docente fue agredida físicamente en una primaria al sur de Saltillo en presencia de sus alumnos de primer grado

Al sur de Saltillo, en la primaria Federico Barrera Fuentes, el aire se siente denso y una sombra de inquietud ha cubierto el patio principal, pasillos y aulas de esta institución educativa desde el pasado lunes, cuando un acto de violencia alteró la tranquilidad característica de los días escolares.

Cualquier elemento dispara escenas de tensión, como la registrada este jueves cuando, en la hora de salida, una madre angustiada se dirigió con pasos firmes hacia la maestra encargada del grupo de su hija, quien se encuentra envuelta en llanto.

La madre busca respuestas y exige una explicación: “¡No me voy a ir de aquí hasta que sepa por qué está llorando!” señala, con voz firme. La maestra, tras escuchar la razón en palabras de la niña, le aclara a la madre que se trató de una diferencia mínima con una de sus compañeritas de clase. La mamá, al escuchar la explicación, toma de la mano a su hija y ambas se retiran del lugar.

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Al presenciar la escena, el personal señala que desde el lunes, los padres de familia han estado muy a la defensiva, pues aquel día una maestra fue agredida por los padres de uno de los alumnos de su clase.

El director de la escuela, Antonio Luján, se muestra visiblemente afectado y preocupado por las trabajadoras de la escuela, pues al menos el 99% de la plantilla laboral son mujeres. El miedo a la agresividad y la sensación de desprotección son muy grandes, por lo que él, como autoridad de la institución, señaló que está haciendo todo lo posible por garantizar la seguridad de la escuela y de quienes en ella se encuentran.

El episodio que desencadenó esta crisis se produjo el lunes pasado, cuando una docente, identificada como Pamela, fue agredida a golpes por una pareja, padres de uno de los alumnos. Aunque las razones exactas de la agresión aún no se han esclarecido, los testimonios de otros padres sugieren que el conflicto comenzó cuando Pamela reprendió al menor. Esta intervención aparentemente desató la furia de los padres, llevándolos a un enfrentamiento físico con la maestra.

ALUMNOS DE MAESTRA AGREDIDA NO HAN IDO A CLASES

La ausencia de Pamela ha tenido un efecto dominó en la escuela. Sus alumnos, temerosos, no han regresado al aula desde el incidente. El director Luján ha dispuesto que otros docentes atiendan a los niños, pero hasta el momento solo dos estudiantes han vuelto a clases.

La maestra de primer grado, sección A, ha tomado bajo su tutela a los alumnos de la sección afectada y se ha asegurado de que continúen con sus estudios, mientras que las faltas de los que no asisten están siendo justificadas, dejando la decisión final en manos de los padres.

Luján destaca que la situación fue “desafortunada e imprevista”, una que no se pudo anticipar, pues no había manera de saber las intenciones de los padres a quienes se les permitió el acceso porque cualquier padre que desea hablar con el personal tiene derecho a ser atendido; no obstante, no era posible prever el desenlace de esa conversación.

“Los niños vienen con temor y ver si nosotros estamos bien”, señala el director.

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La preocupación de los padres se extiende más allá de los límites de la escuela, pues han hecho llegar su voz a VANGUARDIA denunciando el impacto negativo que el incidente ha tenido en la comunidad escolar, especialmente en los pequeños que fueron testigos del violento altercado.

Ana Berenice de la Peña, psicóloga especialista en terapia familiar y manejo de emociones, sostuvo que este tipo de situaciones violentas causan un shock, un estremecimiento que puede generar miedo, nerviosismo y angustia; e incluso la afectación puede ser mayor si los alumnos comenzaban a tener cariño por su docente.

“Ver que alguien está agrediendo a la persona que quieren, que respetan, pues obviamente esto viene a romper con la calma y la tranquilidad que se debe generar en un aula de clases”, dijo.

NECESARIO VOLVER A LAS RELACIONES PACÍFICAS

Además de un acompañamiento psicológico, De la Peña sostuvo que es necesario volver la colectividad hacia las relaciones pacíficas, hacia una cultura de paz, aprovechando la situación para enseñar a los más pequeños sobre los modelos que no se deben seguir y las cosas que no se deben hacer, pero sobre todo señalar los límites del conflicto y no hacerles partícipes.

“Es importante no hacerles partícipes y mucho menos responsables de los conflictos que podemos tener entre adultos y recordarles a los niños cuál es su papel, qué es lo que les corresponde a ellos y, como adultos, garantizar la seguridad, la confianza y la tranquilidad que deben tener las infancias dentro de sus espacios, como un salón de clases; y eso va a ir ayudando a poder restaurar la sana convivencia entre el alumnado, el personal docente y administrativo, y padres y madres de familia”, señaló.

Por ahora, el regreso de la maestra Pamela a la escuela está en espera de una evaluación de su estado de salud, de la que dependerá la decisión de si debe ser suplida por algún tiempo por algún otro docente que designe la Secretaría de Educación.

La comunidad educativa se mantiene en vilo, con la esperanza de que este episodio no solo se resuelva, sino que también sirva para reforzar las medidas de seguridad y comunicación en esta institución para que no vuelva a repetirse.

Mientras tanto, la atmósfera en la escuela se encuentra visiblemente cargada de una tensión que evidencia el profundo impacto de la violencia en el entorno escolar.

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