¿Qué hay detrás de ser una ‘neni’ en Saltillo? Historia de un día a día
Desde que retiraron a las comerciantes de lo que hoy es Paseo Capital, se han colocado en otros puntos del Centro Histórico para continuar con la venta de ropa, zapatos, libros y accesorios
María Lucio estudió Historia en la Universidad Autónoma de Coahuila y hasta la pandemia de COVID-19 trabajaba como maestra, aunque desde entonces vende artículos como ropa, zapatos o libros en internet entregándolos en el Centro Histórico de Saltillo.
Junto a sus hermanas y a otras decenas de mujeres, María ejerce una profesión conocida como “neni”, intentando apropiarse de espacios públicos una vez por semana para su comercio.
En entrevista para VANGUARDIA, narró cómo es el día a día de una “neni” que además carga con la responsabilidad de cuidar de su madre enferma de cáncer y su hermano con discapacidad.
TE PUEDE INTERESAR: En Saltillo, ‘nenis’ crean grupo de seguridad para alertar sobre intimidaciones en su contra
“Todos los días que surto me levanto entre cinco y media y seis de la mañana para desayunar algo y llegar a los mercados rodantes a las siete. Ya tengo gente que conozco y le he comprado muchas veces y llego directo con ellos. Me tardo aproximadamente hasta el mediodía en hacer todo el proceso de ver y comprar cada prenda”, contó María.
Agregó que surte los días sábados, miércoles y jueves, día en el que después hace la “lista de confirmación”, es decir clientas que le aseguran que irán al día siguiente al Centro a recoger lo que previamente pagaron vía transferencia bancaria.
“El viernes no surto, pero también me levanto a las 7:00 horas porque me dedico enteramente a hacer los paquetes de ropa que le voy a entregar a cada clienta”, explicó.
María contó que también es “recolectora” junto a un amigo suyo, trabajo que consiste en llevar constantemente artículos de un departamento que rentan entre varias “nenis” al punto en el que lo entregan.
Detalló que ese trabajo se realiza porque las vendedoras no pueden retirarse del lugar en el que anunciaron previamente por redes sociales que van a estar, por lo que llevan su mercancía de la “bodega” al punto de encuentro.
Respecto a su profesión, contó que sí la ejerció hasta perder su empleo por la cuarentena, y aunque ya había comenzado con algunas ventas por internet, decidió que fuera su principal actividad económica.
“Dije ‘no puedo quedarme sin hacer nada, yo tengo que moverme en algo en lo que consigo o no consigo’. Además yo tengo que cuidar a mi mamá que le habían detectado cáncer y a mi hermano con discapacidad.
“Al principio sí me sentía mal porque decía ‘yo me esforcé bastante para estudiar’, pero gano más que cuando era maestra. Es muy bonito porque conectas con la gente, con tus clientas, ya las conoces y haces empatía con ellas. Se me hace mejor que estarme estresando en un lugar que no me gusta”, añadió.
No obstante, María reconoció que le pesa no contar con prestaciones como IMSS o Infonavit, por lo que espera no enfermarse para no tener que depender de un servicio privado.
TRABAJAR ENTRE INTIMIDACIÓN POLICIAL
El pasado viernes --día de la semana en que las “nenis” hacen sus entregas-- 28 de julio, policías municipales y empleados del Municipio retiraron a las comerciantes de la calle de Juárez donde habitualmente se colocaban con el argumento de dejar libre el paso en lo que ahora es Paseo Capital.
Originalmente y según lo comentado por las propias comerciantes en redes sociales, decidieron hacer las entregas todas el mismo día de la semana y en un lugar público por un tema de seguridad.
“Gracias a Dios a mí nunca me ha pasado nada, pero a compañeras que por ejemplo traen a sus bebés y aparte andan cargadas y además tienen que tomar el transporte público en lugares alejados sí las han llegado a asaltar. Ese sí es un gran problema, no se nos asegura protección en ningún aspecto”, contó María.
Justo al momento de contar lo anterior en la entrevista, al lado del callejón Ildefonso Vázquez sobre la calle Hidalgo pasó un grupo de seis policías estatales, por lo que María interrumpió la entrevista para hablar al respecto.
“Siempre andan así los polis, desde que anunciaron que nos íban a quitar andan así en grupos y tomándonos fotos. Como tratando de intimidarnos”, declaró.
A partir del retiro de las comerciantes de la calle Juárez, comenzaron a observarse en otros puntos como la calle Zaragoza, el callejón Santos Rojo o la Plaza Manuel Acuña.
María añadió que si bien algunas nenis decidieron quedarse en otros puntos públicos, otras optaron por rentar algún local en el centro solo el día que acuden a entregar. Dichas rentas, mencionó, pasaron de costar desde 30 a 50 o 70 pesos.
Para concluir la entrevista, Lucio lamentó tener que convivir entre policías, y aseguró que es poco el tiempo que ocupan el espacio público como para que se les retire del mismo.
“Está muy feo que nos estén intimidando. Venimos y nos ponemos una hora y no es todos los días, no como otros vendedores que sí. Aquí solo nos organizamos para venir a entregar, no vendemos nada en sí. Venimos una hora, un día a la semana y es todo”, concluyó.
COMENTARIOS