Saltillense construye acequia y presa con llantas y piedras para captar 5 millones de litros de agua al año

Catarino Molina de la Cruz ha logrado, desde hace más de 25 años, regar su huerto y sus nogales con agua de lluvia que capta gracias a una acequia y una presa que tiene en su domicilio, ubicado al oriente de Saltillo.

En entrevista para VANGUARDIA mencionó que “son técnicas ancestrales” y que no ha “descubierto el hilo negro” de la forma en la que guarda el agua.

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A espaldas de su casa, ubicada en las faldas de la Sierra de Zapalinamé, cerca del bulevar Fundadores, Molina encausó una pequeña acequia que después es redirigida con una estructura a base de llantas viejas.

El canal de agua desencadena y se guarda en una presa, que según el saltillense, tiene una capacidad de un millón de litros.

“Lo importante es tener las acequias bien limpias”, mencionó Molina al explicar cómo es que su presa “se llena cuatro o cinco veces al año”.

“Siempre ha habido sequías, a lo largo de los años y a lo largo de los siglos. Antes esto todos lo hacían en los ranchos, lo que pasa es que la sociedad va cambiando y se ha ido a vivir a las ciudades pero antes estaban todo el día con el azadón en el hombro”, contó el saltillense.

Lo anterior sucede a pesar de que “aquí es muy duro para llover” y que “estamos en el semidesierto, aquí los nogales están plantados en pura piedra, casi no hay tierra”, según lo que declaró Molina.

Respecto al uso de llantas para crear su canal, el hombre mencionó que “los rancheros que nos gusta jalar y que somos de la cultura del esfuerzo, aprovechamos lo que haya. Cuando no le puedes meter tanto recurso, haces acopio de lo que encuentras”.

Al llenarse la presa, Molina construyó un sistema de lo que llama “arriates”, es decir canales sobre la tierra que van alimentando no solo a los nogales sino también a nopales y otras plantas de ornato que tiene el saltillense en su propiedad.

“Aquí se ve la tierra bordeada para que cuando llueva, toda el agua que cae solita se va canalizando hacia los árboles”, explicó Molina.

El agricultor, economista y contador, también explicó que alrededor de su presa “hay muchos mitos”.

“Esto lo debieron haber hecho ya mucho los gobiernos o nosotros los particulares, pero como siempre hay personas negativas o pisas callos porque vivimos en una sociedad de mentiras”, detalló Molina de la Cruz.

Agregó que “hay gente muy cuadrada y hay otros que no les conviene que se hagan estas obras porque de alguna manera pisas intereses. Pero como nosotros somos de lucha, estamos acostumbrados a batallar y a nosotros no nos asustan”.

Molina reiteró que su método de captación de agua “no es una gran proeza”, pero que no se ha utilizado en otros puntos “primero porque ya no hay gente en los ranchos y segundo porque ya nadie quiere jalar”.

“Por ahí leí una vez un libro que en el gobierno de (Francisco) Franco, aunque no es santo de mi devoción pero hay que reconocer el talento ajeno, hizo cantidad de presitas chiquitas como esta en España y se convirtió en un país de agricultura”, contó Catarino.

“No hay nada como el trabajo, por eso tenemos que hacer acopio de nuestra historia, de nuestras raíces y de nuestra tecnología ancestral. Hay muchas cosas que se pueden rescatar”, puntualizó Molina de la Cruz.