Saltillo: en Santa Anita piden renuncia de sacerdote por malos tratos y arruinar fiesta patronal

La fiesta patronal del barrio de Santa Anita, en el centro de Saltillo, se vio frustrada este fin de semana al restringir el paso de los feligreses a la iglesia, quienes denunciaron los malos tratos del actual sacerdote y exigieron su salida de la parroquia.

Sin banderines de papel picado, juegos mecánicos, pólvora ni danzantes, los callejones empedrados del barrio más antiguo de Saltillo llegaron a un año más de su tradicional fiesta patronal.

“Es el padre, que desde que llegó nos desunió a todos, llegaba pidiendo que lleváramos alimentos para vendimia pero sin inversión ni actividades para recaudar, luego pedía cooperaciones casi exigidas sin que se viera una inversión en la iglesia”, manifestaron los feligreses.

Quienes captaron el momento en que sus habitantes exigen la salida del padre Enrique, pues “la gota que derramó el vaso”, dijeron, fue que el día de su fiesta patronal cerrara las puertas de la iglesia, comentaron molestos los feligreses.

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“Es muy autoritario para todo nos dice que si queremos y sino que él es el que manda, que es la iglesia de su mandato, ese día, el domingo hasta mucho después abrió la iglesia pero puso en la entrada dos floreros y la imagen de Santa Ana”, recordaron los feligreses.

“Después de mucho tiempo, decidimos entrar porque estábamos haciendo el rosario en la calle y los matlachines tampoco pudieron entrar, pero fue cuando se hizo el desbarajuste, muchos de los feligreses comenzaron a echar al padre y exigir que se vaya de la parroquia”, expresaron.

Además señalaron que la forma descortés de tratar a la feligresía ha hecho que cada vez menos personas se acerquen a la iglesia y busquen otras parroquias, incluso en el novenario, había si acaso unas 5 o 6 personas.

Años atrás, recordaron, se reunía la feligresía, venía gente de otros lados a comprar antojitos mexicanos, se organizaban carreras o maratones, pero este año no se hizo nada, el padre quería que todo pusiéramos nosotros, comentaron.

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Esta fiesta se prepara con varios meses de anticipación, y ahora nada, protestaron, y aunque el templo que resguarda a la patrona que veneran tiene casi 200 años de haber colocado su primera piedra, los vecinos dicen que es un festejo heredado por cada una de las familias desde hace más de 100 años que este 2022 se vio frustrado.

Por su parte la Diócesis de Saltillo señaló que la razón de cerrar las puertas de la iglesia y restringir el paso se debió a la cantidad de personas que se encontraban afuera, donde se priorizó que no hubiera aglomeraciones en su interior.