Saltillo: hombre acusa de ‘bruja’ a exesposa para retirarle a sus hijos; ella solo practica yoga y meditación
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Como si se tratara de juzgarla ante la Santa Inquisición, un reconocido funcionario público acusó a su pareja de bruja, realizar otras prácticas esotéricas y conjuros, esto dentro de un incidente para obtener la guardia y custodia de sus hijos ante un juez de lo familiar, no obstante, la mujer reconoce que sólo practica yoga, e incluso brinda clases de esta disciplina, como una forma de tener ingresos extras ante el divorcio que enfrenta.
Jessica contrajo matrimonio en 2003 con Carlos Alberto y procrearon dos hijos, aún menores de edad, y que tras el divorcio viven bajo la custodia de la madre, con una pensión del 30 por ciento de los ingresos del padre.
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Ella explica que al acudir ante el Juez de los Familiar, para responder por la guarda y custodia de sus hijos, nunca le preguntaron nada sobre las prácticas esotéricas y conjuros, tampoco sobre brujería, y se limitaron a saber si estaba dispuesta a que el padre siguiera viendo a los menores, a lo que respondió que sí, pero que era el padre quien no acudía a visitarlos.
De acuerdo con el testimonio de la madre de familia, su exesposo tiene de manera constante ataques de ansiedad, enojo, llanto y frustración, por lo cual las cosas no iban bien entre ellos.
Cuando en su trabajo no recibió el cargo que quería como funcionario público, relata la mujer, el hombre se volvió más agresivo y para el año 2017 llegó a punto de obligarla a sostener relaciones sexuales sin su consentimiento.
“Carlos Alberto se volvió más agresivo. Decía que tenía mucho poder por su cargo, y que podía hacer conmigo lo que quisiera, lamentablemente así fue: un sábado de diciembre del año 2017 me forzó a tener relaciones sexuales sin mi consentimiento. Después de este hecho yo comencé a sufrir de bloqueos mentales, y generé sentimientos de odio, sensaciones de suciedad y desprecio hacia él y hacia mi persona”, dijo.
Relata que intentaron llevar una vida normal como pareja y buscaron ayuda en la iglesia, pero también ella en el año 2017 inició con la yoga y la meditación, cosa que le molestó mucho a su pareja, burlándose de esto y acusándola de estar en contra de Dios.
YOGA ME DIO RESPIRO
“Sin embargo, esta disciplina le dio un respiro a mi vida y me inspiró tanto que decidí prepararme como instructora. Con el apoyo económico de mi padre y con la autorización de mi exesposo, construí un espacio dentro del hogar familiar para impartir clases, mismas que continúan hasta la fecha y ahora representan una fuente extra de ingresos económicos para mis hijos”, señala en un texto la madre afectada.
Como la relación con su ex esposo no mejoraba, el día 30 de abril de 2021 nuevamente intentó sostener relaciones sexuales por la fuerza, y al encontrar resistencia se fue de la casa y en el mes de octubre de ese mismo año se interpuso la demanda de divorcio, la cual derivó en la separación total.
“El 02 de febrero 2022 recibí una demanda interpuesta por Carlos donde solicita ante el Juez Primero de Tercera Instancia (sic), la guardia y custodia de mis hijos menores, acusándome de practicar “el esoterismo, así como la angeloterapia, yoga, meditación, lectura de runas, tarot, péndulo, guija, ayahuasca, rape, fumar mariguana, entre otras actividades”.
Además “realizando una mezcla de creencias religiosas y filosóficas como el Catolicismo, Carisma Franciscano, Budismo, Yoga Kundalini, además de la adivinación, conjuros y temazcal, por lo que derivado de todas estas prácticas, trataba de influir en mis hijos llegando al grado de que en una ocasión me comentó mi hija que su mamá le había dicho que la convertiría en una wiki “BRUJA” para que fuera su sucesora...”.
Después del divorcio el padre de los niños tramitó un incidente para obtener la guardia y custodia de los menores, lo cual le fue negado por el juez, que ordenó que siguieran con la madre y que permanecieran en la vivienda que antes tenían ambos y es propiedad del padre.
Ahora, Carlos Alberto, está reclamando las propiedades —se casaron por bienes separados—, pero además una renta atrasada de 180 mil pesos, por el uso de los bienes inmuebles que reclama.
Aunque Jessica acudió al Centro de Empoderamiento de las Mujeres aún no obtiene respuesta respecto a cómo se puede defender de los intentos de su ex esposo de retirarle las propiedades.
“Si por defender el patrimonio y el bienestar de mis hijos y la integridad de mi familia, así como de tratar de mantener mi salud física y mental, me acusan de bruja, entonces lo soy”, señala Jessica en un documento compartido con VANGUARDIA.