Saltillo: Ingeniero Juan Ramón de León Pescina, un apasionado de la educación desde hace más de 40 años
Ser maestro es una satisfacción y vocación; un ejemplo es la historia del ingeniero Juan Ramón de León Pescina
Juan Ramón de León Pescina es profesor del Instituto Tecnológico de Saltillo desde hace más de 20 años, y continúa con esta labor porque es su pasión.
Originario de Gómez Farías, Coahuila, de León Pescina estudió la secundaria en aquel ejido para luego ingresar al Ateneo Fuente, en Saltillo. Ahí fue donde descubrió que la electrónica llamaba su atención, aún más que la medicina, una carrera por la que se inclinaba gracias a las recomendaciones de sus familiares.
“Cuando estaba en la primaria yo creía que quería ser médico pero un día vi un accidente y no me convenció nada ese ejercicio de ser doctor”, cuenta.
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Decidió estudiar ingeniería eléctrica en el Instituto Tecnológico de Saltillo en 1979. Sus estudios de maestría los realizó en la Universidad Autónoma de Nayarit, y ahí mismo se desempeñó como docente de matemáticas, desde 1981 hasta 1985. En ese tiempo también fue docente en el Instituto Tecnológico de Nayarit.
En 1985, fue trasladado al Instituto Tecnológico de Saltillo como encargado del laboratorio de eléctrica y para 1992 se convirtió en jefe del departamento de electrónica, para luego fungir como subdirector académico y de planeación del ITS.
En su labor como docente se ha caracterizado por investigar, reflexionar, estudiar y compartir aquellos conocimientos que tiene gracias a las capacitaciones y actualizaciones que cursa, en beneficio de sus alumnos.
“Para mí es una satisfacción el ser maestro, duré 41 años trabajando en el sistema federal y hoy ya estoy jubilado pero sigo dando clases porque me gusta estar frente a los muchachos, a veces me los encuentro en la calle y me doy cuenta que el ITS es una escuela prometedora de donde egresan ingenieros muy capacitados”, comenta el docente.
Los retos a los que se ha enfrentado son muchos, pero en todo este tiempo ha aprendido a mantenerse actualizado en cuanto a los avances tecnológicos y científicos, relacionarse con los alumnos y ayudarles a sobresalir en sus proyectos.
“Tengo la oportunidad de tener alumnos residentes y veo sus proyectos y son muy buenos, exitosos, que le benefician a la industria y esto es todo un reto, pero siempre es una enseñanza y una satisfacción ver que los alumnos son dedicados y que yo estoy influyendo en esto junto con el trabajo de los docentes y el resto del personal de apoyo”, comenta.
En ese sentido, señala que la mejor estrategia para mantener relaciones sanas con los alumnos es practicar valores como el respeto, la comunicación, igualdad, apoyo y compromiso.
“He aprendido la importancia de ser un maestro, pero también ser un compañero, un amigo, que esté abierto a todas las posibilidades, ser un guía para los muchachos y también aprender de ellos”, apuntó el docente.
Aparte de su pasión por la docencia, el ingeniero Juan Ramón de León también gusta de practicar deportes como el béisbol, softbol, voleibol y viajar, que es una de las actividades que quiere realizar dentro de un par de años, cuando se retire por completo de la docencia.
“Me siento muy agradecido con la vida y con Dios por tener esta oportunidad de desempeñar mi vocación, es una pasión que no se puede explicar más que con los actos, con el trabajo diario que siempre es diferente y que disfruto mucho de hacer”, manifestó.
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