Saltillo: La devoción no tiene precio; las ‘levantadas’ siguen vivas en la ciudad
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Los saltillenses viven sus tradiciones... y aunque tengan que pagar hasta 600 pesos por un ropón para el Niño Dios, lo hacen gustosos para recibir su bendición este 2022
Saltillo, Coahuila.- Pese al aumento del 40 por ciento en los artículos para vestir al Niño Dios y celebrar las tradicionales “levantadas”, los saltillenses están dispuestos a pagar hasta 600 pesos por ropón o mameluco para recibir su bendición este 2022.
La devoción al hijo de Dios, lleva a locatarios del Centro Histórico a buscar los mejores ropones, coronas, arpas miniaturas, capas, pesebres, sillas doradas, zapatitos y gorros para ofertar a los saltillenses, a quienes consideran clientes que aunque regatean buscan llevar el mejor atuendo para su Niño Dios.
Sobre la calle de Acuña comerciantes colocan al pie de la calle cientos de ropones de todos tamaños y colores, algunos más elaborados que otros, con pedrería e imitando a otras figuras religiosas consideradas santos o arcángeles.
Pero también ofrecen kits de limpieza, ornamentos de plástico que simulan estar bañados en oro y sillas o pesebres para colocar al Niño Dios, una vez terminada la levantada, una tradición que sigue viva en Saltillo, y representa el término de la Navidad, celebradas con un rosario.
Las familias saltillenses acostumbran organizar un rosario, donde levantan al niño dios del portal de Belén bajo el pino y lo colocan en una charola rodeado de bombones y chocolates para ser adorado acompañado de una vela encendida; también se acostumbra realizar cantos religiosos y que los padrinos, ofrezcan un bolo de dulces.
Sin embargo, esta tradición se convierte en un compromiso moral y religioso que golpetea los bolsillos de las familias en medio de la cuesta de enero, pues adiciona al incremento que ya presentan algunos alimentos para ofrecer una cena, cada artículo para levantar al Niño Dios, aumentó entre el 20 y el 40 por ciento.
Aunque hay bolos ya hechos con precios desde los 5 pesos, comprar cada bolsa de dulces cuesta al menos 50 pesos, considerando que cada bolo lleva al menos 6 o 7 golosinas; los bombones tienen precios hasta de 40 pesos y las velitas que hasta antes de Navidad costaban 10 pesos hoy cuestan 25 pesos.
Cada padrino y madrina invierte entre 400 y 700 pesos en los dulces para los bolos y la charola, bolsitas, velitas para cada asistente, velas para el Niño Dios y confeti, sin contar el ropón o mameluco con el que vestirán al Niño Dios.
Los locatarios consideran que cada año aumentan los precios pero al final, los clientes siempre buscan lo más económico, pues de la venta de los más novedoso o elaborado se registra una caída del 30 por ciento.
Por su parte, creyentes de la religión católica aseguraron que las levantadas son también una ofrenda hacia el Niño Jesús y a sus invitados, para recibir bendiciones, protección, salud y amor durante todo el año.
“Él ya conoce nuestras necesidades, yo sé que gasto pero Dios me lo regresa doble”, comentan las feligreses mientras adquieren ropones y velitas.