Saltillo: La devoción no tiene precio; las ‘levantadas’ siguen vivas en la ciudad

Coahuila
/ 3 enero 2022

Los saltillenses viven sus tradiciones... y aunque tengan que pagar hasta 600 pesos por un ropón para el Niño Dios, lo hacen gustosos para recibir su bendición este 2022

Saltillo, Coahuila.- Pese al aumento del 40 por ciento en los artículos para vestir al Niño Dios y celebrar las tradicionales “levantadas”, los saltillenses están dispuestos a pagar hasta 600 pesos por ropón o mameluco para recibir su bendición este 2022.

La devoción al hijo de Dios, lleva a locatarios del Centro Histórico a buscar los mejores ropones, coronas, arpas miniaturas, capas, pesebres, sillas doradas, zapatitos y gorros para ofertar a los saltillenses, a quienes consideran clientes que aunque regatean buscan llevar el mejor atuendo para su Niño Dios.

$!Las familias saltillenses acostumbran organizar un rosario, donde “levantan” al Niño Dios del portal de Belén bajo el pino y lo colocan en una charola rodeado de bombones y chocolates. FOTO: HOMERO SÁNCHEZ

Sobre la calle de Acuña comerciantes colocan al pie de la calle cientos de ropones de todos tamaños y colores, algunos más elaborados que otros, con pedrería e imitando a otras figuras religiosas consideradas santos o arcángeles.

Pero también ofrecen kits de limpieza, ornamentos de plástico que simulan estar bañados en oro y sillas o pesebres para colocar al Niño Dios, una vez terminada la levantada, una tradición que sigue viva en Saltillo, y representa el término de la Navidad, celebradas con un rosario.

Las familias saltillenses acostumbran organizar un rosario, donde levantan al niño dios del portal de Belén bajo el pino y lo colocan en una charola rodeado de bombones y chocolates para ser adorado acompañado de una vela encendida; también se acostumbra realizar cantos religiosos y que los padrinos, ofrezcan un bolo de dulces.

$!Sobre la calle de Acuña comerciantes colocan al pie de la calle cientos de ropones de todos tamaños y colores. FOTO: HOMERO SÁNCHEZ

Sin embargo, esta tradición se convierte en un compromiso moral y religioso que golpetea los bolsillos de las familias en medio de la cuesta de enero, pues adiciona al incremento que ya presentan algunos alimentos para ofrecer una cena, cada artículo para levantar al Niño Dios, aumentó entre el 20 y el 40 por ciento.

Aunque hay bolos ya hechos con precios desde los 5 pesos, comprar cada bolsa de dulces cuesta al menos 50 pesos, considerando que cada bolo lleva al menos 6 o 7 golosinas; los bombones tienen precios hasta de 40 pesos y las velitas que hasta antes de Navidad costaban 10 pesos hoy cuestan 25 pesos.

Cada padrino y madrina invierte entre 400 y 700 pesos en los dulces para los bolos y la charola, bolsitas, velitas para cada asistente, velas para el Niño Dios y confeti, sin contar el ropón o mameluco con el que vestirán al Niño Dios.

Los locatarios consideran que cada año aumentan los precios pero al final, los clientes siempre buscan lo más económico, pues de la venta de los más novedoso o elaborado se registra una caída del 30 por ciento.

Por su parte, creyentes de la religión católica aseguraron que las levantadas son también una ofrenda hacia el Niño Jesús y a sus invitados, para recibir bendiciones, protección, salud y amor durante todo el año.

“Él ya conoce nuestras necesidades, yo sé que gasto pero Dios me lo regresa doble”, comentan las feligreses mientras adquieren ropones y velitas.

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Escritora y bailarina. Periodista desde los 19 años.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Coahuila desde julio del 2015. Comenzó su carrera en el periodismo como colaboradora en INFONOR y posteriormente en El Universal de la Ciudad de México, mientras cursaba una estadía en la Academia Mexicana de Ciencias.

En su retorno a Saltillo, se desempeñó como reportera de diferentes diarios regionales, televisión y radio. Cuenta con la publicación de cuentos breves en “Mínima” una antología de microficción. Cursó la Especialidad en Derecho a la Información, Fiscalización y Combate a la Corrupción por la Academia Interamericana de Derechos Humanos. Actualmente se desempeña orgullosamente como periodista en Vanguardia, donde fue acreedora a su segunda estatuilla Armando Fuentes Aguirre en la categoría de Entrevista. Adicional a su labor en el periodismo es Directora de “Pasos Firmes” una casa de baile con un enfoque social para niños, niñas y adolescentes

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