Coahuilenses, aficionados a la pornografía

Saltillo
/ 7 octubre 2017

    Google tiene la herramienta “tendencias”, para saber qué tanto se ha buscado una palabra o frase en un país o región.

    Seleccioné a México, en el periodo desde 2004 a la fecha, octubre 6 de 2017. La frase que busqué fue “videos de porno”. Se desplegó un gráfico con tendencia a subir en el tiempo. En el apartado de “subregión”, Coahuila apareció en el lugar número 4. El número uno era Guerrero. 

    Al seleccionar el criterio de búsqueda por ciudad, Saltillo apareció en el lugar número 7. 

    Los pederastas tienen un rasgo en común: ven pornografía. Un estudio demostró que existe una correlación directa.

    En el año 2015, México se colocó en el sitio número 10 de los 20 países que más visitan un sitio de vídeos porno. La duración de la visita, en promedio, es de 8 minutos y 50 segundos. Una de las categorías más destacadas es “teen” o adolescentes, en español. Esto se relaciona con el abuso de menores. 

    Una de las consecuencias más preocupantes de la pornografía, es su correlación directa con el estupro. Ese delito consiste en tener una relación sexual con una persona menor de edad, valiéndose del engaño o de la superioridad que se tiene sobre ella.

    Los datos duros no mienten, el año pasado hice la prueba, comparé las cifras de incidencia de estupro y búsqueda de pornografía, por Estado de la República. La correlación fue clara, los estados que ven más porno son los que tenían mayor incidencia en delitos de estupro. En Coahuila, a junio de este año, iban 21 delitos de estupro, 4 incidencias más que el primer semestre del año pasado. 

    Quienes consumen pornografía en México son las personas más jóvenes, de 18 a 24 años, un 36 por ciento. El 60 por ciento ingresa a través del móvil, el 30 por ciento a través de la computadora de escritorio y el 10 por ciento a través de una tableta.

    Vivimos en una sociedad erotizada; antes había que pagar por ver pornografía, ahora se ve gratis y por todos lados.

    En los anuncios de la calle, en el internet de las computadoras, en los celulares, en redes sociales. Todo el día recibimos —niños, adultos y adolescentes— un bombardeo de imágenes que invitan a tener sexo.

    Y luego nos preguntamos ¿por qué hay tantos embarazos precoces?

    Es muy difícil escapar a esta realidad. Uno ve pornografía por accidente, sin buscarla, como quien se topa con una piedra.

    La pornografía distorsiona la realidad, muestra a la mujer como un objeto. La pornografía genera adicción y, por consecuencia, pérdida de tiempo y dinero, excepto para quienes la venden, ellos reciben ingresos millonarios.

    David Mura tiene un libro en donde dice: “En la esencia de la pornografía está la imagen de la carne usada como una droga, una manera de insensibilizar el dolor psíquico, pero esta droga dura sólo mientras el hombre fija su mirada en la imagen.

    En la percepción pornográfica, cada gesto, palabra, cada imagen, se le interpreta a través de la sexualidad.

    El amor, la sensibilidad, la compasión o la piedad son sometidas y subordinadas a una fuerza más poderosa.

    El adicto a la pornografía desea ser cegado, vivir en un sueño. Los esclavos de la pornografía tratan de eliminar de su conciencia el mundo fuera de la pornografía, y esto incluye todo, desde su familia y amigos o la situación política. Al participar en tal eliminación el espectador se reduce a sí mismo. Se vuelve estúpido.

    jesus50@hotmail.com

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