Cómo nos afecta el Tratado

El acuerdo preliminar del Tratado de Libre Comercio afectaría a la ciudad de Saltillo. El sector automotriz fue el más golpeado por dicho acuerdo. Nuestra ciudad tiene una fuerte dependencia de la industria automotriz y da empleo a muchos ciudadanos.

La retórica política pretende hacer ver el acuerdo como el menos malo dadas “las circunstancias”. En dicho tratado “Se introduce una nueva regla que requiere que del 40 al 45% de las piezas de un automóvil sean manufacturadas en países en donde la mano de obra obtenga salarios de al menos 16 dólares la hora.

Esta nueva medida afecta únicamente a México, cuyo sector automotriz gana en promedio ocho dólares la hora en comparación con 29 dólares la hora para Estados Unidos y Canadá.” Desde mi punto de vista, es difícil que la industria automotriz aumente los sueldos de los trabajadores mexicanos al doble en el corto plazo, como algunos argumentaron. Sería justo que los empleados ganaran lo mismo si trabajan lo mismo. Sin embargo, la realidad es que las plantas llegan a México y a la ciudad, por la mano de obra barata.

La otra posibilidad es que el precio al público de los vehículos subiría y los beneficiados serían los ya de por si fuertes fabricantes de autos asiáticos. La estrategia de Trump rindió frutos: Amenazó con retirarse, propuso términos en extremo favorables a Estados Unidos, que le dieron amplio margen de negociación para aumentar el tratado anterior a su favor.

En el TLC pasado el: “62.5% de las piezas de un automóvil deberían ser manufacturadas en Estados Unidos o México para que puedan acceder a sus mercados sin cobro de aranceles. El contenido regional pasa a 75% bajo el nuevo acuerdo bilateral (menor a la propuesta original de 85% de Estados Unidos)

De acuerdo con el Secretario de Economía de México, el 70% de los autos exportados ya cumple con esta nueva reglamentación y está previsto un periodo de gracia de entre cuatro y cinco años para aquellos que estén fuera de norma. (En realidad es poco tiempo para una planta).

Si bien el incremento en el contenido regional es relevante, se ha descartado la propuesta de un contenido estadounidense exclusivo de 50% que la administración Trump había planteado en octubre pasado y que era claramente proteccionista y sin precedente en ningún acuerdo comercial en el mundo.”

La jugada de Trump está dirigida al proteccionismo de los trabajadores de Estados Unidos, objetivo que tiene claro. Trump es un negociador experto, basta ver como hizo su fortuna en bienes raíces. Aunado a esto, es difícil negociar con el país más poderoso del mundo y con el que tenemos una marcada dependencia comercial. 

En el libro “Porque fracasan los países” se sostiene una tesis: la prosperidad de un país está relacionada con la política económica de sus dirigentes. Muchas veces esos líderes pretenden hacer creer que son víctimas de las circunstancias, de la economía mundial, de factores externos. Si bien estos influyen, no eximen al líder de su responsabilidad.

No solo la corrupción es el problema difícil en nuestro país: La capacidad de toma de decisiones, la preparación de nuestros gobernantes también se refleja en el nivel de vida.

Según el libro, la prosperidad está ligada con las instituciones fuertes, los incentivos que estas dan, y los círculos virtuosos que dichas instituciones crean para evitar que las elites los destruyan. La prosperidad también tiene que ver con que los líderes sepan qué políticas enriquecen a sus ciudadanos. En todo ello nos falta mucho.