Del sueño americano a la pesadilla mexicana

Saltillo
/ 7 abril 2019

    Se avecina un tsunami migratorio que pudiera llegar a la frontera coahuilense.

    El Colegio de la Frontera Norte, reveló que la mayoría de los migrantes que arribaron —en ocasión anterior— a la frontera de Coahuila, optaron por dicha vía debido a que ésta es la ruta más corta para la migración. Surge la duda: ¿Cómo llegó esa caravana sin ningún impedimento a la fronteriza ciudad de Piedras Negras? 

    Lo que viene no es un flujo migratorio, es un tsunami incontenible: una nueva caravana compuesta por 20 mil personas que se reunió en Honduras. El Gobierno Federal ha sido ambiguo: ha manifestado que habrá presencia policiaca en la frontera sur de México, puesto que las fronteras del norte del país están colapsadas.

    “Sabemos que la idea es detenerlos y que no suban hasta la frontera con Estados Unidos”. Sin embargo, ya están en Chiapas y, las declaraciones sobre contención, en realidad son una regularización con permisos de tránsito y visas humanitarias. La situación es compleja, se tienen que respetar los derechos humanos, como la movilidad y la migración y al mismo tiempo respetar leyes mexicanas.

    Es cierto que algunos países han prosperado recibiendo migrantes; los países que los recibieron tenían economías en crecimiento y también es cierto que los migrantes envían remesas a sus países de origen. México ha pasado de ser un país de origen y tránsito de migración, a uno de destino y receptor de la misma.

    Si la política es de fronteras abiertas y que los migrantes se queden en México, surgen algunas cuestiones: supongamos que todos traen la intención de trabajar y no de venir a exigir algo más que frijoles gratis, entonces, ¿aquí habrá trabajo suficiente para todos los migrantes? ¿Tienen la capacidad técnica o los talentos para que los absorba la demanda laboral? ¿Existe la infraestructura de servicios, vivienda, salud, etc. para que se queden en México? ¿Se les debería subsidiar con los impuestos de los demás mexicanos? ¿Por cuánto tiempo? ¿La situación de la economía nacional está en crecimiento y permite recibir más personas pobres? ¿Tenemos pocos pobres? Creo que la respuesta a muchas de estas preguntas es no. Pudiera ser una oportunidad aprovechar esa valiosa fuerza humana laboral, si estuvieran dadas las condiciones. El supuesto destino del migrante, que era el sueño americano, pudiera terminar en la pesadilla mexicana.

    Pareciera que la estrategia de Trump es que México se haga cargo del problema, el muro invisible son las autoridades migratorias. De manera velada, el Presidente de Estados Unidos le está dictando la política migratoria a nuestro país.

    Trump, hábil negociador, amenaza con cerrar la frontera si no se contiene a los migrantes, esto es dañaría al comercio de ambos países. Se mezcla el tema del nuevo tratado con el tema migratorio.

    Buena parte del problema migratorio proviene del capitalismo salvaje que históricamente ha creado una brecha de desigualdad infranqueable.

    Al tsunami migratorio no lo para ningún muro, los incentivos económicos para migrar persisten. Las personas van hacia países ricos en busca de una mejor vida, como el agua sigue su cauce natural. Las personas deben estar en el centro de una globalización más humana y justa, no solo la movilidad de capitales y bienes. También se debe consensuar por vía diplomática la capacidad de cada país para recibir personas.

    jesus50@hotmail.com

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