Dies Irae

Saltillo
/ 4 junio 2017

    Llegamos al día de la jornada electoral. Los ciudadanos con credencial de elector e inscritos en la lista nominal que en Coahuila, según cifras de la autoridad contiene 2 millones 65 mil 94 votantes, tendremos la libertad de elegir a quien gobernará el estado los próximos seis años.

    Los cargos que se eligen hoy son el de Gobernador del Estado, también se renovarán los 38 ayuntamientos y los diputados del Congreso local. Vale la pena decir que el cargo de diputado es una onerosa carga para el contribuyente. Yo al menos no recuerdo quién es mi representante, quién cobra por representarme, a mí y a todo mi distrito. Por décadas el cargo de diputado es del que más ha hecho mofa el ingenio popular, hasta el grado de decir que son los únicos miembros de la especie política que cobran por horas nalga. Y eso que asisten a trabajar un promedio de veinte días al año.

    Los representantes que actualmente están en funciones, tanto federales como locales pasan desapercibidos, nomás ganaron la elección y se olvidaron de sus “representados”. Se apoltronaron en sus curules a cobrar los jugosos emolumentos.

    Los diputados locales serán mera decoración política, servirán, entre otras cosas, para aplaudir en los informes y los eventos del próximo Gobernador. ¿Usted recuerda a algún diputado local o federal, o senador, que haya trascendido por alguna acción en beneficio del pueblo…?

    Con la excusa de las elecciones, las autoridades decretaron Ley Seca. Como somos los mexicanos de socarrones, y como está comprobado, las compañías cerveceras, con motivo de la Ley Seca, este fin de semana aumentaron sus ventas hasta en 300 por ciento en comparación con la semana pasada. El jueves y el viernes los expendios, cantinas y supermercados hicieron su agosto en pleno junio.

    Desde 1915, el gobierno prohibió el consumo de alcohol desde la víspera del día de las elecciones. Se quería evitar que los votantes llegaran borrachos a la casilla, o que en las inmediaciones de ésta hubiera gente tomando pulque en la banqueta. En Estados Unidos, a mediados del siglo XIX, el célebre poeta y narrador Edgar Allan Poe murió intoxicado con whisky un día de elecciones, mientras practicaba alegremente el ratón loco, el día que terminó su mandato el tristemente célebre James K. Polk, quien invadiera México y nos arrebatara la mitad del territorio, para ser sustituido por Zachary Taylor, uno de los grotescos “héroes” de esa invasión. Pero esa es otra historia, como diría la clásica, mágica y musical nana...

    Esta elección tiene muchas aristas. Si para los “estudiosos” de la ciencia política, resulta complicado el asunto de las coaliciones para gobernador, hasta el momento de escribir estas líneas a mucha gente no le queda claro si deben votar por todos los partidos que integran una coalición o solamente por un partido. Porque algunos partidos que iban coaligados, ahora le sacan la lengua al PRI, es el caso del Partido Joven, que promueve sus propios candidatos al Congreso del Estado.

    ¿Por qué es importante este día? Porque las elecciones se ganan con votos. Las elecciones no se ganan con memes ni con publicaciones rabiosas en redes sociales. Ni con los llamados “likes” del Facebook, mucho menos con las “retwitts”.

    Hoy es el día para dejar atrás tanto los insultos como los ditirambos. Hoy es el día que, en un momento de total independencia y sin influencia de nadie, en la soledad de la casilla que reproduce la soledad del confesionario, donde el padre Amaro dudó tantas veces, votemos por el candidato de nuestra preferencia.

    Si no vota, no se vale después externar su rabia y coraje anónimamente en las redes sociales, ni tampoco lloriquear por los rincones.

    Así que lo invito a salir de su casa, vaya a la casilla que le corresponda, fórmese y emita el sufragio.

    www.jesuscarranza.com.mx

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