El gozo de la reconciliación: Obispo de Saltillo llama a la reconciliación en Cuaresma

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El pasado 29 de marzo de 2025, el obispo de la Diócesis de Saltillo, Monseñor Hilario González García, dirigió un mensaje a la comunidad católica en el marco del cuarto domingo de Cuaresma, también conocido como el “Domingo de la Alegría”. En su reflexión, destacó la importancia de la reconciliación con Dios y con los hermanos como fuente de gozo espiritual.
“Celebramos el Domingo de la Alegría en medio del camino cuaresmal, un gozo espiritual que brota de la experiencia de la reconciliación con Dios y con los hermanos”, expresó el obispo. Recordó que la parábola del Padre Misericordioso y sus dos hijos enseña que “para vencer el mal a fuerza de bien, es preciso vivir un proceso de reconciliación con Dios y con los demás”.
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Monseñor González subrayó que la verdadera reconciliación se da cuando hay un encuentro sincero entre el arrepentimiento del pecador y el perdón generoso de quien ha sido ofendido. “Por medio de Jesús, somos reconciliados y dignificados como hijos de nuestro Padre Dios”, afirmó. Explicó que este proceso de misericordia “produce un fruto nuevo: la alegría de recuperar el amor de alguien que es más importante que la ofensa recibida”.
Asimismo, destacó que el amor divino siempre está dispuesto a recibir al pecador arrepentido. “El corazón de Dios se alegra por la recuperación de un hijo que estaba muerto y ha vuelto a la vida, que estaba perdido y ha sido encontrado”, señaló. Afirmó que entrar en el banquete de la misericordia es aceptar la invitación al gozo que solo Dios puede dar, pero advirtió que “el obstáculo a esta alegría es la soberbia y el rencor, que nublan nuestra conciencia y nos impiden aceptar el perdón de Dios”.
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El obispo exhortó a los fieles a dejarse reconciliar por Dios y convertirse en mensajeros de la paz. “Hay que superar resentimientos no confesados, desechar rencores guardados que nos amargan, pedir el perdón que la soberbia ignora y otorgar el perdón que el orgullo calla”, expresó. Invitó a los creyentes a imitar a Jesús en su misericordia, priorizando la relación con los hermanos por encima de las ofensas.
Finalmente, Monseñor González recordó que la misericordia del Padre nos dispone a recibir y dar el perdón. “Cristo, con su muerte y resurrección, cura nuestras heridas y nos redime de nuestras faltas. Dispongamos nuestro espíritu para recibir y dar el perdón y la paz de Dios”, concluyó, impartiendo su bendición a toda la comunidad.