Hay que ser temerario para subirse a los juegos de la feria de Saltillo
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Carlos Verástegui y Oscar Morín, ese singular dúo; recorrió la feria y nos dio sus opiniones.
Vivir la experiencia, esa fue la consigna y la cumplimos. Nos dimos una vuelta por la Feria de Saltillo para ver qué ofrece este 2017.
De entrada, literal, los precios subieron... el recorrido obligado rumbo al corazón de la fiesta, el teatro del pueblo, nos muestra más puestos de lo mismo, son los de años anteriores pero repetidos, es decir, entre tres y cuatro locales, en diversos puntos, te ofrecen los mismos productos.
El área de comidas es igual, tanto que las quejas de cada año se mantienen.
Locales sin precios a la vista y la sorpresa llega con la elevada cuenta que entrega un mesero que todavía te dice. “Ahí le encargo mínimo un 10 (por ciento) de propina”.
JUEGOS DE VÉRTIGO
Para destacar, el domo sobre el punto de reunión de los asistentes para ver a sus artistas “favoritos”, o mínimo a quien se presente ese día. Pero la estructura obligó a mover a los tradicionales Voladores de Papantla a un rincón cercano a la exposición agropecuaria, ese lugar donde el olor espanta a los paseantes.
Los juegos mecánicos, Atracciones García, lucen mejor que otros años, especialmente porque es un proveedor diferente. Eso sí, son para valientes, pues la mayoría parecen ser “ejercicios para astronautas” que ponen a prueba la resistencia de los usuarios.
Velocidad, giros casi imposibles y miedo a sufrir algún accidente —como los que circulan en redes sociales y causan pánico— son la constante.
Pasar una tarde en la feria, con el estacionamiento, la entrada, algún “antojito” y su bebida, probar suerte para ganarse un premio y dar un paseo en alguna de las atracciones mecánicas cuesta, al menos 300 pesos... ahora imagínese si usted va en familia.