Planificación urbana: clave para mejorar la calidad de vida

Una ciudad bien planeada no sólo organiza su crecimiento, también define cómo se vive en ella. Movilidad eficiente, acceso cercano a servicios y espacios públicos de calidad son factores que, según expertos, marcan la diferencia entre un entorno que funciona y otro que obliga a largos traslados, mayor gasto público y menor seguridad.

En Saltillo, el concepto de “ciudad en 15 minutos” -donde vivienda, comercio, educación y recreación están a corta distancia- ya está contemplado en el Plan Director de Desarrollo Urbano. El urbanista José Ruiz Fernández explica que este modelo impulsa subcentros urbanos integrales, con mezcla de usos de suelo y equipamiento adecuado, interconectados por vialidades y rutas peatonales.

Según Ruiz, un subcentro urbano bien planificado concentra distintas actividades en un mismo espacio: comercios en la planta baja, servicios en niveles intermedios y viviendas en los pisos superiores. Este esquema, añade, permite cubrir necesidades cotidianas sin largos desplazamientos. Esta visión, además de acercar servicios y oportunidades, también contribuye a que las ciudades sean más compactas y eficientes.

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En esa misma línea, el especialista Héctor Laredo señala que los modelos compactos reducen costos de mantenimiento y aumentan las probabilidades de éxito de los negocios cercanos, pues se benefician del flujo constante de personas.

LOS RETOS DE CRECER SIN PLANEACIÓN

Sin embargo, no todas las zonas de Saltillo han seguido este camino. Datos del Centro para el Futuro de las Ciudades (CFC) muestran que el 21 por ciento de su superficie perdió población en los últimos 20 años, desplazando vivienda y servicios hacia periferias. Este fenómeno incrementa los costos de transporte y obra pública, y complica la seguridad.

Este alejamiento de las zonas centrales también se refleja en la movilidad cotidiana. Saltillo se encuentra entre las tres ciudades del país con menor porcentaje de personas que caminan a su trabajo: solo el 5.28 por ciento de quienes viven a 15 minutos de distancia lo hacen a pie.

El consultor en movilidad, Parménides Canseco, advierte que más actividades cercanas y caminables fortalecen la vida pública y la percepción de seguridad, pero que la naturaleza industrial y la distribución actual de la vivienda en la ciudad dificultan que esto ocurra.

SOLUCIONES Y OPORTUNIDADES

Para enfrentar estos desafíos, los especialistas proponen un conjunto de acciones que parten del mismo principio: acercar a las personas a sus satisfactores urbanos. Entre ellas destacan la consolidación de subcentros con vivienda vertical y usos mixtos, la mejora de la infraestructura peatonal -desde banquetas accesibles hasta áreas con sombra-, y el aprovechamiento de terrenos ociosos: en Saltillo, más de 3 mil 600 hectáreas de la mancha urbana están sin construir o subutilizadas.

La coordinación también juega un papel clave. Integrar la planeación a nivel metropolitano con Ramos Arizpe y Arteaga permitiría atender la movilidad y la distribución de servicios de manera más eficiente.

La urbanista Maricarmen Elosúa subraya que Saltillo todavía está a tiempo de evitar errores como los de Monterrey, donde la expansión descontrolada sin transporte público eficiente generó graves problemas de movilidad. “Si continúa el esfuerzo de hacer espacios públicos de calidad, pueden llegar a ser mejor ciudad que Monterrey”, afirma.

MARCANDO LA DIFERENCIA

La planificación urbana no es un lujo, sino la base para que las ciudades crezcan con orden, sostenibilidad y bienestar. En un contexto de expansión acelerada por factores como el nearshoring, los proyectos que prioricen cercanía, movilidad y uso eficiente del suelo marcarán la diferencia en la calidad de vida de sus habitantes, y para ello se requiere la participación activa de desarrolladores de vivienda.

En Saltillo y su área metropolitana, ya existen proyectos que apuntan hacia este modelo, entre ellos los desarrollados por Ruba.

Uno de ellos es Foret Residencial, ubicado en la zona sur de la ciudad. Su localización acerca a los residentes a la zona industrial sin que exista convivencia directa con ella, y les ofrece cercanía con colegios y un importante centro comercial.

En Ramos Arizpe, el fraccionamiento Veredas sigue un modelo similar: está a pocos minutos de la Alameda municipal, próximo a la zona industrial y con acceso cercano a áreas comerciales. Estos casos muestran cómo la planeación urbana y la Iniciativa Privada pueden trabajar de la mano para acercar vivienda, servicios y empleo, reduciendo traslados y fortaleciendo el tejido urbano.