Saltillo: para conservación de murales se requieren censo, autoridad y reglas claras
Para una mejor conservación de las obras murales de Saltillo, es necesario que se implemente un censo, definir una autoridad en la materia y las reglas del juego claras.
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De acuerdo con Ramiro Rivera, coordinador de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura de Coahuila, expresó que es complicado hacer un programa general de conservación ante la proliferación de arte urbano que ha habido en los últimos años.
Para el aniversario de Saltillo, VANGUARDIA registró y mapeó 193 murales de los cuales 157 fueron concluidos entre los años 2015 y 2025.
Para Rivera, la conservación de los murales que se han hecho en sitios urbanos corresponde a los propios autores y el censo debe realizarse empezando por los más antiguos o ubicados en inmuebles históricos ante la urgencia de darles atención puntual.
“Lo ideal de inicio es hacer un censo hecho y derecho de los murales, comenzando con aquellos que tienen un valor histórico y luego de ahí ir partiendo hacia cronológicamente hacia los más recientes. Esta iniciativa también debe de promover una figura con autoridad suficiente para que se obedezca, para que se le puedan obedecer las recomendaciones que emita y las sanciones que pudieran derivarse de estas revisiones se obedezcan de inmediato en pos de la conservación de los murales”, explicó Rivera.
En ese sentido, agregó que lo ideal sería que se esta iniciativa se hiciera a través de la vía legislativa del Congreso del Estado que lleve un proceso transparente con criterios claros de cuáles obras se van a considerar para conservación.
“Son cosas que pudieran parecer una obviedad, pero que necesitan estar bien asentadas en el papel para que puedan haber una línea de seguimiento, que se puedan emitir las recomendaciones necesarias con el respaldo necesario y que se actúe en consecuencia de ello”, expuso Rivera.
MAPEO DEBE DERIVAR EN CATÁLOGO
Para la historiadora Esperanza Dávila Sota, es importante que se realice un catálogo de las obras a partir del registro que realizó VANGUARDIA.
“Me parece en general muy bueno el reportaje, que puede sacársele mucho partido y yo creo que debe derivar hacia un catálogo de todos esos murales de la ciudad porque forman parte de la historia de Saltillo”, expuso la colaboradora de esta casa editorial.
Señaló que en administraciones municipales anteriores se realizó un primer catálogo impreso, aunque se deben aprovechar las nuevas tecnologías para ampliarlo y detallarlo.
Mencionó que este catálogo tiene importancia puesto que las obras monumentales de la ciudad, particularmente las más antiguas, cuentan la historia de la misma, como es el caso del ubicado en el Centro Cultural Vito Alessio Robles o los del vestíbulo del Ateneo Fuente.
Dávila Sota consideró que en general estas obras se han mantenido en buen estado, pues las instituciones que las albergan han asumido como se debe la responsabilidad de su conservación.
“Los murales también tienen un fin didáctico, no solo físicamente, sino también espiritualmente. Son los hacedores de esta institución y por eso los guardamos aquí, te los enseñamos”, mencionó.
Agregó que los murales urbanos que han sido promovidos por gobiernos locales han encauzado el arte de la juventud y ha servido también para dismunuir la cantidad de graffiti en la ciudad.
HAY QUE SER CUIDADOSOS CON LOS QUE SE TIENEN
Respecto a los murales que han desaparecido y pudieron valorarse en términos de patrimonio o de la importancia de los autores, Rivera explicó que al pintarse en domicilios particulares, los dueños de estos tienen la última palabra.
“Si el mural tampoco tiene ese respaldo, que para eso serviría precisamente lo que dije anteriormente (hace un censo y definir reglas claras), pues no hay una forma (de conservarlos). Lo que voy a señalar es alguna cuestión de ser más cuidadosos en aquellos que están plenamente detectados. Yo recuerdo alguna vez el mural de la presidencia municipal y cuando hacen labor de mantenimiento, pues realmente son descuidados y de repente salpican ahí con pintura el mural. Se me hace un descuido gravísimo realmente, porque es un mural perfectamente identificado dentro de un espacio que supuestamente tiene esta cuestión de orden y conservación y pues actuar como si fuera cualquier muro, me parece una cuestión grave, desinformada”, detalló.
“Sí es padre que la gente empiece a darse cuenta que puede hacer uso del espacio público, porque de hecho el espacio público les pertenece, pero también al mismo tiempo las autoridades tienen que entrar en la jugada, no tanto para censurar o limitar, sino para encauzar y obviamente conservar y hacer que estas piezas, sobre todo aquellas que empiecen a cobrar relevancia, nos duren lo más posible.
“Al final de cuentas nada es eterno, eventualmente las cosas desaparecerán, nosotros desaparecemos, pero si podemos hacer el esfuerzo porque nos duelen un poquito más a nosotros y a las generaciones que vienen, qué fregón”, concluyó.
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