Saltillo tiene en la colonia Bellavista... ¿su última librería?
La historia de la familia Rodríguez Hernández empezó hace más de 30 años y sigue siendo una vía de compra y venta de libros al sur de la ciudad
En 1990, la familia Rodríguez Hernández abrió las puertas de la Librería Santa María en el Centro de Saltillo. Los hermanos Mario, María Natalia y Norma Idalia vieron a los libros como un emprendimiento.
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Arrancaron con una sucursal en la calzada Antonio Narro y ya entrado el siglo XXI, en 2005, se estableció la ubicada en el cruce de las calles Hidalgo y Fortín de Carlota.
Una fachada verde con letreros que dicen “Compro novelas” es el límite entre la Zona Centro y la colonia Bellavista. Ahí permanece la librería Santa María en un escenario adverso para el libro impreso en el mundo.
Hasta este viernes 27 de septiembre, persiste la incertidumbre de si la librería Carlos Monsiváis seguirá existiendo, luego de que el contrato de arrendamiento del inmueble en el que se encuentra no se ha renovado y vence a finales de 2024.
Las negociaciones entre la persona propietaria y el gobierno del Estado continúan, lo que deja a la librería Santa María con la posibilidad de ser una de las últimas en la capital coahuilense.
‘Lupita’, hija de Mario, abrió las puertas de la librería a VANGUARDIA para conocer a fondo su historia.
NACIÓ POR NECESIDAD
Lupita contó que su padre era ingeniero industrial; sin embargo, no logró ejercer su profesión y, junto a sus hermanas y por necesidad, decidieron emprender en el negocio de los libros.
Tras el fallecimiento de Mario en 2012, Lupita, junto a su madre y su hermano, se encargaron de la sucursal de la Bellavista, mientras que sus tías permanecieron en la Calzada Antonio Narro.
Señaló que, si bien la demanda de libros ya no era igual a otros años, a partir de la pandemia cayó mucho más, pues se dejaron de solicitar los materiales físicos.
“Desde entonces se empezó a venir un poquito como esa crisis de los libros, por así decirlo, porque en las escuelas ya no les pedían leer o, como todo era por computadora, lo sacaban por la computadora. Fue lo que se notó un poquito. Ahorita como que siento que apenas estamos arrancando otra vez con las lecturas que andan pidiendo”, comentó.
UN SEGUNDO AIRE, LA MARCA DE LA CASA
Lupita contó que la Santa María se ha caracterizado por darle una segunda oportunidad a los libros, pues, además de vender, también se compran y se reciben libros en donación.
“Aquí lo distintivo es que somos libros de ocasión, usados de segunda mano; les damos otra oportunidad a los libritos de que encuentren a la persona que a lo mejor todavía no los ha leído, que es su destino leerlos y todavía no los han encontrado. También lo distintivo es que es mucho más barato que el libro nuevo”, comentó.
Mencionó que la dinámica de la compra de libros surgió a partir de la necesidad de tener libros para vender y agradeció a todos los saltillenses que siguen llevando donaciones a la Santa María.
‘YA SOLAMENTE ACEPTAMOS NOVELAS Y CUENTOS PARA NIÑOS’
No obstante, puntualizó que, en cuanto a compra, están aceptando solo novelas y cuentos para niños, pues, aunque antes se compraban muchas enciclopedias, ya no hay demanda para revenderlas.
“Desafortunadamente, las enciclopedias ya no las podemos comprar porque tenemos muchas y ya no se venden como antes. Antes las ocupaban a veces para decorar y ahorita ya ni para eso”, señaló.
Lupita también percibió que hoy en día hay muchos niños a los que sencillamente no les gusta leer, aunque también hay muchos otros que llegan buscando títulos como Drácula, Frankenstein o Alicia en el París de las Maravillas.
“Todavía hay una parte en los niños aquí en Saltillo que muchos de sus papás sí los motivan a leer. A mí lo que me agrada mucho es que en las escuelas les lleguen a pedir todavía cuentos, que es lo importante, porque desde la escuela es donde a veces les nace el amor por la lectura”, mencionó.
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