Tecnología reacomoda los roles de la familia en Coahuila
La entidad enfrenta una reestructuración social influenciada por la Revolución Digital y los lazos familiares se desdibujan... si se quiere mantener la cohesión se debe replantear el tema
Los embarazos en adolescentes, delitos sexuales, intentos de suicidio, violencia intrafamiliar y feminicidios forman parte de una reestructuración de la familia que se ha venido dando en los últimos 40 años, tras la llegada de la Revolución Digital. De acuerdo con estudios elaborados en Coahuila por Jesús Acevedo Alemán, un doctor en Política Social y maestro en Población y Desarrollo Regional, los cambios en el interior de las estructuras familiares comenzaron con la también llamada Tercera Revolución Industrial, en los años 70. “Saltillo ha sido un estado líder y Coahuila una de las entidades mucho más productivas que tienen una derrama del Producto Interno Bruto impresionante. La sociedad coahuilense tiene una gran cultura de trabajo pero eso tiene un costo, y podemos decir que hay una productividad pero también hay desapegos en la familia porque ambos padres trabajan y los hijos se quedan al cuidado de algún familiar o niñera, aunque no es lo mismo que sea cuidado por sus padres”. Según datos publicados por la plataforma México, ¿Cómo vamos? en abril de 2017, Coahuila aportó el 3.4 por ciento del PIB nacional y es la octava entidad con mayor peso en la actividad económica del país. Aunado a que el 51.6 por ciento de la actividad económica está enfocada a la minería, construcción, la industria manufacturera y electricidad, gas y agua. El costo social al que se refiere Acevedo Alemán en estos indicadores económicos, indican un replanteamiento entre las familias, pues éstas buscan cada vez más satisfactores económicos en el que incorporación laboral de la mujer es protagónico. “Anteriormente con un salario, independientemente de quién laborara, el dinero alcanzaba para el consumo de la canasta básica y de los pagos de bienes y servicios. Sin embargo, ahora no es así porque con el encarecimiento de la vida un salario no es suficiente y a eso se le atribuyen las expectativas globales que se tienen de lo que puede ser el éxito de las personas. El éxito no se mide por las familias o los valores, sino por la cantidad de inmuebles que se llegan a tener”, e insiste que las nuevas generaciones se centran en el consumo y almacenamiento, que en los usos y costumbres.
Además, el experto enfatiza que frente al crecimiento industrial de las empresas también existe una desvinculación social y un desapego porque las personas van a las ciudades bajo la premisa de conseguir empleo, dejando solas las áreas rurales. Las familias cambian, los valores son los mismos Para este profesor de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) no existe una pérdida de los valores, sino un replanteamiento de los mismos porque existe una adaptación a las nuevas tipologías de familia que se están generando continuamente. Hasta ahora se reconocen tipologías como: nucleares, monoparentales, adoptivas, sin hijos, de padres separados, compuestas, homoparentales, extensas, de padres de 60 años, unipersonales, jóvenes sin hijos y roomies. “La fragilidad de la familia responde al cimbramiento, a la reagrupación de la situaciones que se están presentando entre ellos”, y reconoce que también existe hacinamiento de las viviendas, pues las ciudades cada vez están más pobladas y eso detona en una dinámica de estrés social diferente. Por si no fuera poco, Jesús Acevedo apunta a que con la globalización están conviviendo los baby boomeers (personas con edades entre 50 y 65 años), la generación X (36 y 49 años), los millenials (entre 18 y 35 años) y la generación Z (menores de 20) que intentan, entre todos, llegar a acuerdos mutuos. “Antes las redes sociales se entendían como el trato cara a cara y la convivencia que se podía dar dentro de la dinámica de la familia. Ahora las redes sociales forman parte de lo virtual y se definen por el número de seguidores. Entonces, las afiliaciones que se dan dentro de las familias se están marcando mucho por distanciamientos, porque al estar comiendo todos en la mesa habrá quienes estén mandando mensajes por WhatsApp, o estén chateando y no tienen una comunicación verbal”, señala el experto. Y es que la globalización y el consumismo también están creando personas con necesidades más individuales que entienden a las competencias como una forma de sobresalir en el mundo, aunque no buscan una la afiliación con los otros.
¿A DÓNDE VAMOS A PARAR? Aunque Jesús Acevedo reconoce que no tiene una idea catastrófica sobre el futuro de las familias, sí apunta a que se están cimbrando paradigmas que deben ser analizados de forma multidisciplinaria. “La política pública está entrando bajo una sola mirada, que es unilateral. Cuando las políticas públicas tendrían que venir desde abajo, desde el pulso de la gente y cómo han dado respuestas a sus propios hallazgos… La historia indica que después de los grandes movimientos también vienen las grandes soluciones”, dice. Entre esas soluciones —asegura el especialista— la sociedad tiene que llegar a pactos distintos de convivencia ante las problemáticas que se están presentando, “aunque el proceso se tiene que acelerar para que no haya más bajas”. CIFRAS En México 2.3 millones de jóvenes son adictos a algún tipo de droga o alcohol. La mayoría comienza el consumo en el nivel bachillerato. GENERACIONES Los grupos sociales conviven, o a veces no; según sus apetencias. 50-65 años Baby boomers 36-49 años Generación X 18-35 años Millenials Menores de 20 años Generación Zarchivo
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