Ya está en casa ‘Tachi’, perrito extraviado en Saltillo; ofrecían trámite de placas como recompensa a quien lo entregara

Ocho días de angustia, incertidumbre y esperanza. Ese fue el tiempo que transcurrió desde que el perrito de la familia Cepeda-Jaramillo se perdió en Valle Dorado, al sur de Saltillo, hasta su regreso a casa. Tras escapar asustado por el estruendo de los cohetes de Año Nuevo, el peludito de nombre “Tachi” había desaparecido, dejando un vacío inmenso en el corazón de sus dueños, Alejandra Cepeda, Alan Jaramillo y el pequeño Alan.

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A partir de ese momento, los vecinos, con la colaboración de amigos, familiares y extraños, no cesaron en su búsqueda. A pesar de las sospechas de que su mascota había sido robada, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo y solidaridad, mientras que la foto del perrito recorría los medios locales.

Alejandra no perdió la fe. Junto a Alan, inundaron las plataformas digitales con peticiones, e incluso llegaron a ofrecer la recompensa de tramitar sus placas vehiculares a quien entregara a “Tachi”, asegurando que lo harían de forma anónima.

La llamada que cambió todo llegó el 8 de enero. Un mensaje alertó a la familia de que su perrito había sido encontrado en la colonia Morelos. Desorientado y triste, el peludo, fue localizado en un baldío, donde parecía haber estado perdido todo ese tiempo. El reencuentro fue un suspiro de alivio para la familia, especialmente para su pequeño hijo, quien había quedado desconsolado por la falta de su compañero.

Con un mensaje de agradecimiento en redes sociales y a este medio de manera directa, Alejandra expresó su emoción: “Gracias a Dios y a cada una de las personas y páginas importantes que compartieron y tomaron un poco de su tiempo para nuestro lomito. Estamos sumamente agradecidos y felices porque ya está con nosotros su familia”.

A pesar de la alegría por el regreso de “Tachi”, Alejandra no ocultó el dolor por la incertidumbre de lo que pudo haber pasado con su mascota en esos días. Asegura que, aunque el perrito está a salvo, aún queda la duda sobre las manos en las que estuvo. “Hubo gente buena que lo custodiaron, pero también gente mala que no sabemos qué hizo con él”, confesó con un dejo de tristeza. Sin embargo, su agradecimiento a quienes ayudaron fue rotundo: “Créannos, esto será recompensado de manera anónima.”