‘Ser alcohólico no es un motivo de vergüenza, es un problema de salud’, advierte Área Noreste de Alcohólicos Anónimos
Después de la época decembrina y durante la cuesta de enero, tienden a dispararse problemas relacionados al consumo del alcohol, por ello, organizaciones sin ánimo de lucro como Alcohólicos Anónimos (AA) se han preparado estratégicamente para ofrecer ayuda a quienes más lo necesiten.
Alcohólicos Anónimos se describe como una comunidad que comparte su experiencia, fortaleza y esperanza; juntos, resuelven su problema del alcoholismo y luchan día a día con sus propios ‘demonios’.
“Hay muchas personas listas para recibir el mensaje, pero aún no les llega”, asevera Jesús H., alcohólico en recuperación e integrante del Comité de Información Pública del Área Noreste de Alcohólicos Anónimos, Sección México.
Sin afiliación a sectas, religiones, partidos políticos o instituciones, AA tiene como objetivo primordial mantenerse sobrios y ayudar a otros a alcanzar dicho estado, así lo difunden en sus folletos.
Relacionado: Incrementa asistencia a Alcohólicos Anónimos tras Guadalupe-Reyes en Saltillo
Fue en 1935 cuando Bill W., un corredor de bolsa, se encontró con el Dr. Bob Smith, otro alcohólico con quien escribió Alcohólicos Anónimos: El relato de cómo muchos miles de hombres y mujeres se han recuperado del alcoholismo.
Usualmente conocido como “El Libro Grande”, éste reúne una idea de lo que después se convertiría en Los Doce Pasos como los conocemos ahora: una estructura, un programa que no sólo le ha funcionado a Alcohólicos Anónimos, también a personas con problemas de narcóticos, adicción al juego, a la comida, entre otros.
“El programa se basa en la experiencia grupal; la experiencia de los que estamos, le ayuda a los que van llegando y es como se pueden identificar y hacer esa fuerza común para no beber”, agrega el Área Noreste de Alcohólicos Anónimos.
EL ALCOHOL TE CONSUME LA VIDA
Jesús H., quien empezó con el consumo del alcohol a los 16 años, relata parte de su testimonio con madurez, señalando que en poco tiempo se convirtió en un alcohólico, a punto de perder familia y trabajo a los 22 años.
“Mi alcoholismo progresó muy rápido, en pocos años estaba con los nervios destrozados por el alcohol, sin ganas de enfrentar la vida y padeciendo todos los estragos de la dependencia al alcohol; sintiendo culpabilidad, arrepentimiento y mucha soledad aun estando rodeado de personas”, comparte.
Enseguida, advierte que los 12 pasos surgieron de un grupo de principios que ya trabajaban otras instituciones anteriores a Alcohólicos Anónimos, los cuales ayudarán a personas que, luego de diversas experiencias con la bebida, reúnen las características suficientes para ser señalados como “enfermos alcohólicos”.
Según los folletos de información del Área Noreste, hoy en día, la cadena de recuperaciones se ha hecho extensiva a miles de hombres y mujeres, de diferentes edades, condición económica, religiosa y cultural, que se encuentran diseminados en la mayor parte del mundo.
Según los datos recabados y la experiencia que conocen las instituciones de Alcohólicos Anónimos, un enfermo alcohólico, al beber, adquiere confianza ficticia en sí mismo para desenvolverse ante otros; con la intención de seguir consumiendo y ser “el centro de atención”, a menudo el enfermo alcohólico quiere una copa más, pues la bebida logra despertar una ansiedad creciente por seguir consumiendo.
Leer más: Alcohol y exceso de velocidad provocan aparatoso choque al oriente de Saltillo
Una vez se detecta que podría tener un problema, el alcohólico trata de controlar su bebida, prometiéndose a sí mismo y a otros que no volverá a beber. Por ello, llega a tener periodos de abstinencia, usualmente generados por el sentimiento de culpa, temor a perder su trabajo, familia o amigos.
Ya que estos periodos duran muy poco tiempo, el enfermo alcohólico tiene lagunas mentales, perdiendo la memoria durante la borrachera. Asimismo, hay sentimientos de culpa que consigue “erradicar”, según su mente, bebiendo más.
Es aquí donde llegan Los Doce Pasos y se inicia la recuperación, por medio de la aceptación de la enfermedad y la disposición de recibir la ayuda del grupo de personas que ya están recuperadas.
EL PROGRAMA DE LOS DOCE PASOS
Según Bill W., Los Doce Pasos de AA, “son un conjunto de principios de naturaleza espiritual que, si se adoptan como una forma de vida, pueden liberar al enfermo de la obsesión por beber y transformarle en un ser íntegro, útil y feliz.
1.- Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
2.- Llegamos a creer que un poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
3.- Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
4.- Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5.- Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
6.- Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos.
7.- Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
8.- Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.
9.- Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
10.- Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocamos lo admitimos inmediatamente.
11.- Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios [como nosotros lo concebimos], pidiéndole solamente que nos dejase conocer Su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
12.- Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Estos 12 pasos se escribieron para facilitar a los alcohólicos el proceso de recuperación, empezando por la aceptación de la “enfermedad”. La finalidad era entender el programa de una manera más sencilla.
Te puede interesar: Se dispara el incremento de alcoholismo entre mujeres, informa CONADIC
Cabe recalcar que es un programa espiritual, por ello la mención de un poder superior, empero, el único requisito para formar parte de Alcohólicos Anónimos y recibir la ayuda, es aceptar que se tiene un problema y tener la convicción de querer salir de él.
¿SIN ÁNIMOS DE LUCRO?
En Saltillo, aunque grupos que operan bajo el nombre de Alcohólicos Anónimos se han visto en controversias como el supuesto cobro por sus servicios, el representante del Área Noreste agrega que dentro de sus tradiciones, se declara que no se debe cobrar, ni lucrar con el programa.
Sobre lo anterior, la décima de Las Doce Tradiciones de AA indica: “AA no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas”.
“No opinamos respecto a lo que hacen o no hacen otras agrupaciones”, señala. “Bill W. escribió hace muchos años que habría personas que iban a llegar a centros de tratamiento, casas de rehabilitación, centros de desintoxicación, etcétera, y no podemos ser egoístas porque ellos hayan llegado ahí”, comenta.
Con 37 años en sobriedad, Jesús H. señala que en Saltillo había pocos grupos de AA, y los que conoció, algunos ya no existen, pero se fueron creando otros. También, resalta la seriedad del programa y de la agrupación, indicando que “es único”, y, cómo la historia de Bill W., la estructura que fomenta y el cómo se fue consolidando, han ayudado a millones de alcohólicos alrededor del mundo.
¿NECESITAS AYUDA?
Puede comunicarse a la línea (844) 414 8132, donde podrán ofrecerle información sobre Alcohólicos Anónimos y ubicarle en el grupo más cercano. O bien, dirigirse a Av. Xicotencatl Nte. #764, esquina con M. Álvarez, Zona Centro, C.P. 25000.
También puede encontrar más detalles en www.aa.org.mx.