Obispo de Torreón llama a dejar atrás el folclorismo cuaresmal y pide celebrar con devoción

Torreón
/ 5 marzo 2025

Monseñor hace un llamado a practicar el ayuno, la limosna y la oración con una reflexión auténtica sobre la fe

TORREÓN, COAH.- En su mensaje para la Cuaresma de 2025, el Obispo de la Diócesis de Torreón, Monseñor Luis Martín Barraza Beltrán, invitó a la comunidad a profundizar en su relación con Dios a través de las prácticas tradicionales de la Cuaresma: el ayuno, la limosna y la oración.

Según el prelado, estas acciones deben ser entendidas como una oportunidad para fortalecer una fe más sincera, basada en las obras y en un compromiso real con el prójimo.

Monseñor Barraza Beltrán destacó que el ayuno que Dios desea no se refiere solo a la abstención de alimentos, sino a la retirada de actitudes negativas como la soberbia, la vanidad y la ambición de controlar a los demás. “El ayuno que quiere el Señor es que retiremos el gesto amenazador”, subrayó el Obispo.

El Obispo invitó a vivir la Cuaresma de manera más profunda, alejándose de la visión folclórica de la temporada, que se centra en platos típicos como los charales o las lentejas.

En cambio, instó a los fieles a meditar sobre el Evangelio, recordando el tiempo que Jesucristo pasó en el desierto durante 40 días, enfrentando las tentaciones que habitan en el corazón humano.

TIEMPO DE INTROSPECCIÓN

“La verdadera transformación está en las actitudes del corazón”, señaló Monseñor Barraza, y agregó que el mejor sacrificio es aquel que proviene de un pensamiento justo y sincero.

Sin embargo, también advirtió que la tradición cuaresmal ha perdido fuerza en la región de La Laguna, especialmente entre el pueblo católico.

El prelado también reflexionó sobre la limosna, sugiriendo que esta no solo se trata de la ayuda material, sino también de contribuir a la creación de estructuras sociales y políticas que garanticen los derechos y una vida digna para todos.

“Otra forma de limosna es ayudar a que se generen las estructuras donde todos tengamos derechos y condiciones de vida digna”, afirmó.

Monseñor Barraza enfatizó que la Cuaresma es un tiempo propicio para experimentar la fe desde la humildad, reconociendo los propios errores. “Es un tiempo de entrar en lo esencial, de sacar todo lo que sea apariencia y denunciar todo lo que sea mentira”, concluyó en su homilía.

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