Una receta para reducir la violencia

Opinión
/ 2 octubre 2015

El profesor Mark Kleiman de la Universidad de California publicó un artículo en la edición de septiembre-octubre de la revista Foreign Affairs; el texto ha influido en el debate en EU sobre la violencia relacionada con las drogas en México.

Kleiman repasa las propuestas usuales para reducir el abuso en el consumo de drogas (legalización, prohibición, prevención) y encuentra limitaciones significantes en cada una de ellas. Propone, por otra parte, que nos enfoquemos en reducir la violencia generada por el narcotráfico

Su idea se basa en las experiencias estadounidenses en las cuales la policía concentró sus esfuerzos contra los traficantes más violentos, con lo cual enviaba un mensaje de que la violencia recibiría una prioridad alta en la aplicación de la ley. El tráfico menos violento tendría una prioridad más baja.

Kleiman sugiere que México y EU deberían cooperar en reprimir a las organizaciones de tráfico más violentas para enviar un mensaje claro de que la violencia, por sobre el tráfico mismo, recibiría la más alta prioridad en la aplicación de la ley.

Hay un par de limitaciones en la propuesta de Kleiman, que él mismo reconoce. Pero su punto es dar un golpe de timón respecto del debate estéril sobre la legalización, la prevención y demás, para buscar una nueva solución.

Consideremos cuatro limitantes. La primera: no toda la violencia en México está relacionada con el narcotráfico. Reprimir a organizaciones de tráfico de drogas podría incrementar otros tipos de violencia.

Segundo, realmente no sabemos qué tan coherentes son los grupos más violentos. Tal vez sean redes amorfas o pandillas independientes. Incluso asumiendo que los altos mandos de la organización entendieran el mensaje y quisieran reducir la violencia, ignoramos si existe un control efectivo sobre las células menores. Tercero, no está del todo claro que las distintas agencias de inteligencia tengan la capacidad para identificar a los grupos violentos con información precisa sobre su ubicación y actividades. Finalmente, incluso si la información fuera acertada, no es un hecho que la policía o las Fuerzas Armadas pudieran responder en tiempo y forma.

Consciente de todos estos problemas, aún pienso que la "receta" de Kleiman tiene un mérito. Las cuestiones clave son si las importantes reformas al sistema policial y judicial comienzan a mostrar resultados positivos antes de que termine la administración de Felipe Calderón.

En este contexto, leí El nuevo modelo de seguridad para México, el libro del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Lo entendí como un esfuerzo por describir y explicar la reforma de la Policía Federal. Pese a que el proyecto de reforma es mucho más amplio, hay dos piezas clave que se relacionan con la propuesta de Kleiman. La primera tiene que ver con inteligencia. Plataforma México, por ejemplo, es una red de bases de datos integrada con distintos tipos de información relevante para la seguridad pública. Si la ésta se integra con la División de Inteligencia y otros servicios de inteligencia, la siguiente administración tendrá una herramienta más efectiva para combatir a las organizaciones de tráfico.

La segunda pieza concierne a una respuesta rápida. A la fecha las Fuerzas Armadas han soportado mucha de la carga de la confrontación directa con organizaciones criminales, y la presión crece para que el Ejército sea retirado de esa labor. Dos divisiones de la Policía Federal, están diseñadas para encargarse del papel de respuesta rápida.
Enormes cantidades de recursos han sido invertidas en la nueva Policía Federal. Por ejemplo, el número de elementos en activo han crecido de 12 mil a más de 35 mil en la presente administración.

Falta ver si las distintas partes de la Policía Federal pueden trabajar efectivamente en su conjunto. La cuestión más importante es si el próximo gobierno construye sobre el progreso obtenido o desecha "el nuevo modelo" como parte de una estrategia fallida.

TEMAS

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM