Plinio y la LMB, ‘con el rancho ardiendo’
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Me gustaría estar escribiendo esta columna un 28 de diciembre para que al terminar de leerla ustedes vieran un mensaje que dijera: “inocente palomita que te dejaste engañar”.
Pero no es así. Ha trascendido que en estos días los Toros de Tijuana solicitaron un amparo en contra la Liga Mexicana de Beisbol para evitar que el próximo 11 de enero de 2017 se lleve a cabo la junta de presidentes a la que convocó Plinio Escalante y que no se ha dado a conocer públicamente.
Este amparo significa el grito de guerra de una organización en contra de la medida de no aceptar ilimitadamente la contratación de jugadores mexicanos nacidos en el extranjero para el próximo calendario, tal como se hizo en 2016.
Este amparo no sólo incluye a la LMB, sino también a la Conade y a la Conapred, instancia que cuida los derechos de los ciudadanos mexicanos en contra de cualquier discriminación. Y el hecho de que la LMB no permita contratar ilimitadamente a los llamados “pochos” es un acto de discriminación, porque ellos tienen los mismos derechos que los demás mexicanos para poder trabajar en nuestro País.
Hay que recordar que el 27 de septiembre de 2017, en junta de presidentes, se intentó derrocar este acuerdo, pero la “alianza” de equipos que forman “la nueva generación” (Tijuana, Puebla, Monclova, Torreón, Yucatán, Veracruz y Aguascalientes) lo evitó, provocando que Diablos, Sultanes y Tigres “abandonaran” la liga por unos minutos, ya que luego rectificaron y regresaron.
En la primera semana de diciembre, en los Winter Meetings de Washington, el intento por limitar el número de “pochos” a nueve, volvió a fracasar, aunque la LMB lo dio a conocer como un hecho en boletín que publicaron en su página de internet, pero que no nos llegó a la mayoría de los periodistas beisboleros.
Esa confusión del boletín hizo pensar a muchos que había un acuerdo, pero en realidad no existe. El hecho de convocar a otra junta de presidentes el 11 de enero de 2017 y no hacerlo público, nos habla de que las cosas no se están haciendo bien al interior de la presidencia de la LMB.
El amparo de los Toros de Tijuana podría ser el primero de muchos, ya que en un momento dado también los jugadores podrían ampararse en su derecho a trabajar, ya que si tienen el ofrecimiento de trabajo y alguien no se los permite, eso coarta su libertad para laborar y es un delito.
Así las cosas, veremos cómo pinta este 2017, que por lo pronto abre con este grave problema que tiene “con el rancho ardiendo” a Plinio Escalante, presidente del circuito.
El problema de 1948
Hace unos días compartí los alimentos con Felipe “Clipper” Montemayor, quien a sus 89 años se mantiene fuerte como un roble y con una claridad mental envidiable. Felipe se ha sabido administrar económicamente y llevar una vida pacífica y honorable. Siempre es un privilegio platicar con el, como cuando lo hacíamos en los años 80, en el café Brasil, que estaba a un lado del periódico El Norte, en Monterrey.
Montemayor recordó que en 1948 la Liga Mexicana cayó en un problema de solvencia y de los seis equipos que participaban en la liga sólo quedaron cuatro, y tuvieron que concentrarse todos en la capital de la república para el último mes de la temporada. Al final los regios dirigidos por Lázaro Salazar quedaron campeones, pero a los jugadores no les pagaron su último cheque.
Epocas de problemas siempre han habido y de ellas hay que salir adelante con unión y de la mano. Lo que nunca fructificó fue la asociación de peloteros, que sigue sin existir en la LMB.
Y dentro de la plática de sobremesa alguien preguntó: ¿Y si los jugadores mexicanos se unieran para que nos les quiten sus empleos? ¿Si se unieran para formar un fideicomiso que pudiera ayudar a los peloteros en desgracia?
Y alguien respondió con otra pregunta: ¿Y qué hicieron esos peloteros, ahora en desgracia, cuándo se les pidió formar una asociación? Es fácil proponer, pero cuando se tiene juventud y un buen sueldo, pocos piensan en su futuro. Me consta que algunos han estado pagando al IMSS durante cinco años seguidos para lograr una buena pensión. Pero la mayoría simplemente se desentiende y deja que llegue la vejez acompañada de un gran signo de interrogación.
¿Y qué han hecho los mexicanos que amasaron grandes fortunas en su paso por las Ligas Mayores”, preguntó alguien.
Ellos ya tienen el futuro de dos o tres generaciones de su familia aseguradas y lo que menos les importa es el bienestar de su compañeros de oficio. Y nos los juzgo, al final un dicho conocido reza: “Que cada quien se rasque con sus propias uñas”.
En resumen: si algo bueno podemos sacar de este grave problema que vive la Liga Mexicana, ojalá que sea para bien de muchos y que se abra un nuevo capítulo en la historia del beisbol mexicano, porque el anterior simplemente no funcionó. Llegó el 2017 y esperemos venga con una nueva forma de administrar y promover el Rey de los Deportes.
hbencomo@hotmail.com