Dan el último adiós a la leyenda sarapera, Marcelo Juárez Moreno... ¡Hasta siempre!

Desde el estadio Francisco I. Madero, aficionados, familiares y excompañeros, se despidieron de uno de los mejores jardineros en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol

Deportes
/ 8 agosto 2023
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Faltaban 10 minutos para las 2:00 p. m. cuando ingresó al campo del estadio conocido como la “Catedral del Beisbol en Coahuila” la carroza que llevaba el cuerpo de Marcelo Juárez Moreno, una leyenda que forjó gran parte de su carrera como beisbolista y mánager con los Saraperos de Saltillo y que perdió la vida este lunes 7 de agosto.

Entre aplausos y nostalgia, el féretro fue colocado justo en el jardín central, donde jugó en vida como uno de los mejores jardineros de la historia, mientras en la pantalla se proyectaba una fotografía de él en su época de pelotero, junto a su nombre y su mítico número 44 que fue retirado por el Dragón del Norte en su honor.

$!La carroza llegó y se colocó sobre el jardín central, mismo que era patrullado por Juárez.

El Director de Operaciones de la novena saltillense, Edgar Zerrweck y el Director de Grupo Alianza, Jorge Eduardo Verástegui, lo recibieron para colocar junto a él su casaca y una pelota de beisbol especial, con el diseño de Saraperos.

Con aficionados desde las gradas y con sus cercanos reunidos en el diamante adornado con arreglos florales enviados por instituciones de todo el país, se realizó la ceremonia de despedida; el momento en el que todos sus allegados se acercaron a darle las últimas palabras y recordar emotivos momentos que vivieron junto a él.

$!Todo el Estadio Madero se puso en sintonía para despedir a Marcelo Juárez.

La esposa de Juárez Moreno, Amelia Alarcón, dedicó unas palabras para reconocerlo como un buen padre de familia y un gran ser humano. Agradeció a Dios que, quien fue su esposo durante 60 años y su novio durante 65, pudiera cumplir todos sus sueños y aquello que siempre quiso.

“Pido una oración por la familia, porque nuestra historia de amor perduró desde que yo tenía 14 años y él 16 (...) Toda una vida juntos, con altas y bajas, pero felices con la familia que forjamos juntos”.

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Sus hijos se acercaron reconociendo que siempre estuvieron orgullosos de él que pudo cumplir todos sus sueños, esperando que él también lo estuviera por ellos.

“A las 4:30 de la madrugada dejó de existir en esta vida, pero, es un inmortal, y su nombre quedará grabado para siempre. Quiero agradecer al Club de Saraperos por esta inolvidable y hermosa experiencia”.

$!Sus hijos y nietos, recordaron momentos importantes con él, así como lecciones de vida y aprendizajes que les regaló.

Además, explicaron que habrá una misa en Río Bravo, el pueblito donde nacieron.

Su nieto recordó todas las veces en que, al llegar a la casa de sus nuevos amigos, le preguntaban “¿A poco tu abuelo es Marcelo Juárez?” y que siempre era “un honor decir que sí”.

“Siempre era que cuántas amigas tenía nuevas, y siempre decía que le presentara a mis amigas; siempre le voy a tener un gran cariño porque siempre demostró que era el mejor, siempre va a ser el mejor”.

En el lugar también se presentaron jugadores que compartieron campo con él y quienes trabajaron bajo su cargo, incluyendo al que fue su batboy durante cinco años, Juanito García Gaytán, que se despidió de él dándole las gracias por todo lo que hizo y le dio “todo se lo debo a mi mánager”, reiteró.

$!Cada uno de sus amigos y familiares, se acercó a dar el último adiós a la leyenda.

Uno de los momentos más emotivos de la tarde, fue cuando la voz del estadio presentó por última vez al “Willie Mays Mexicano”:

“Fue un honor haberlo presentado tantas veces, siempre con esta voz: ‘el de Río Bravo, el histórico, el jardinero central que posee el récord de fildeo más alto en todos los tiempos de la liga mexicana de beisbol, con un porcentaje de .984, con el número 44, el del Salón de la Fama, él es... ¡Don Marceloooo Juáááárez Moreeenooooo!’”.

Finalmente, la carroza se despidió entre aplausos y lágrimas, dándole el eterno adiós a la leyenda sarapera.

UNA LEYENDA QUE DEJÓ HUELLA

El nacido el 26 de octubre de 1946 originario de Río Bravo, Coahuila, jugó un total de 17 temporadas dentro de la Liga Mexicana de Beisbol, entre las novenas de Veracruz, México, Saltillo, Nuevo Laredo, Poza Rica, Córdoba, Monterrey y León.

Con el Dragón del Norte escribió grandes páginas de la historia del beisbol en un total de 11 campañas.

De ahí, se desprendieron sus números totales que son de .300 en promedio de bateo; mil 897 imparables; 223 dobles; 48 triples; 225 bases robadas; 934 carreras más 644 remolcadas en un total de mil 705 juegos. Su carrera se extendió hasta 1984, tiempo en el que participó en cuatro Juegos de Estrellas.

$!Desde el Diamante del Madero, familiares y amigos se despidieron del pelotero.

Es dueño indiscutible del récord del porcentaje más alto en fildeo para un jardinero en la LMB en todos los tiempos con .984.

Además, fue mánager de nueve diferentes equipos, como los Sultanes de Monterrey, Bravos de León, Tecos de los Dos Laredos, Industriales de Monterrey, Charros de Jalisco, Rieleros de Aguascalientes, Acereros de Monclova y, por supuesto, los Saraperos de Saltillo (1982, 1989-1990, 1997 y 1998)

Su legado llegó a ser reconocido dentro del Salón de la Fama en 1998 al mismo tiempo que otros dos grandes ídolos de la afición Saltillense: Juan Navarrete y Miguel Solís.

$!El #44 quedó inmortalizado con el nombre de Marcelo Juárez.

En la historia del equipo destaca por ser:
de la franquicia en hits con 1129
de la franquicia en Robos de Base con 105
de la Franciacia en Juegos Jugados con 1014
de la franquicia en anotadas con 575
de la franquicia en Dobles con 154
de la franquicia en Triples con 32

Sus últimos años los vivió con su número 44 trazado en la barda del Estadio Francisco I. Madero, el recinto que fue, es y será por siempre, su gran hogar.

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