Guillermo Ochoa firma una gran actuación en el empate a un gol contra el Milan
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El guardameta azteca sigue siendo titular y vital en el cuadro de la Salernitana
Con un Guillermo Ochoa brillante y tras el temor de perder la titularidad, el Milan no pudo con la muralla azteca y se sumó a la desafortunada jornada de los equipos que pugnan en plazas europeas, quedándose con un “deprimente” empate a uno ante el Salernitana, desaprovechando así la oportunidad de igualar a puntos con el Inter en el segundo puesto de la tabla.
Por primera vez en la historia de la Serie A en la era de los tres puntos, el cuadro rossoneri comenzó un partido sin italianos en el once, en un Giuseppe Meazza que esperaba que su equipo diera un golpe sobre la mesa en el campeonato con una contundente victoria que le devolviera a la segunda plaza.
Se presentó al envite predispuesto el combinado que dirige Stefano Pioli y se hizo rápido con el dominio del juego gracias, en gran medida, al retorno de un Ismael Bennacer que hasta su lesión era inamovible en los planes del técnico italiano.
La gran presencia ofensiva dio una engañosa sensación de tranquilidad a los locales, que gozaron de varias ocasiones para abrir el marcador. La más clara en botas de un Olivier Giroud, que ejecutó un remate acrobático que a punto estuvo de superar al exguardameta del América, una diana que se hubiera añadido a la larga lista de goles que posee el galo en este registro.
Los coleros hicieron sonar las alarmas con dos avisos que cualquier equipo de la zona alta de la tabla, o disputando competiciones europeas, no hubiera dejado escapar. Dos avisos que llegaron de dos errores individuales propios. El primero de Bennacer y el segundo, en el que Maignan emergió como figura salvadora, de un Malick Thiaw que se mostró lejos del nivel que exhibió en la Champions League con el Tottenham.
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Pero si hay una cosa clara en el fútbol es que perdonar ante un grande sale caro. Y este partido no fue una excepción. Menos de dos minutos después de la ocasión clara de los de Salerno consiguió Giroud imponerse a su marca en un saque de esquina y, con un testarazo al primer palo, abrió el marcador justo antes del descanso.
La ventaja dio tranquilidad al Milan, que saltó algo más relajado al campo en el segundo acto, pero la ventaja seguía siendo mínima y Boulaye Dia quiso resarcirse de su error en la primera mitad. En una acción aislada, pero muy mal defendida por la zaga milanista, entró solo Dia desde el punto de penalti y remató de primeras el centro lateral, poniendo contra las cuerdas a un Milan que se volcó en los últimos minutos.
Entraron las prisas en el Meazza y Pioli dio entrada a Charles De Ketelaere, Divock Origi y Zlatan Ibrahimovic para tratar de conseguir los tres puntos. Rozaron el gol Origi, Ibra y Alessandro Florenzi, este último en una rocambolesca acción en la que el árbitro tuvo que revisarse el reloj para saber si el balón, que sacó Pierre Kalulu bajo palos de manera involuntaria, había cruzado por completo la línea.
Lo intentó hasta el final un Milan que no pudo con un Salernitana que pone tierra de por medio con el descenso, a siete puntos y, aunque mantuvo la plaza Champions, perdió, en casa, la oportunidad de colocarse segundo empatado a puntos con el Inter, en parte, gracias a la actuación del guardameta azteca.