Hoy se espera la invasión de Bikers

Deportes
/ 26 agosto 2017

El XVI Festival Internacional de Motociclismo vivirá este día los eventos más importantes de su programa

Motociclistas de Saltillo, México y parte del extranjero comenzaron a llegar desde este viernes a la capital coahuilense para formar parte del XVI Festival Internacional de Motociclismo, evento organizado por el MoroClub Camellos.

Desde las 9:00 horas se realizaron los primeros registros de bikers en el lugar sede, las instalaciones de La Feria de Saltillo; ahí será la concentración este día, donde se espera gran actividad.

Aunque gran parte del día el lugar lució casi vacío este viernes, día laboral y de viaje para algunos participantes, finalmente los motociclistas hicieron su arribo para darle vida al evento.

El estruendo de los motores rugió por las principales calles de la ciudad con el tradicional desfile de bikers, quienes, apoyados por elementos de Tránsito Municipal y Protección Civil y Cuerpos de Rescate, recorrieron la capital de Coahuila para lizando el tráfico, pues la ciudadanía aprovechó para ver a los riders en sus vehículos.

Desde motocicletas clásicas de marcas emblemáticas como Harley Davidson e Indian, así como chopper y deportivas, hasta motonetas, fueron las que pasearon por Saltillo. Sobre ellas sus orgullosos dueños, quienes hicieron rugir los motores a lo largo del paseo.

La fiesta arrancó con exhibiciones, venta de souvenirs, comida y bebida, conciertos en vivo y un gran ambiente de camaradería, el cual continuará hoy.

Para este día, los bikers viajarán por la Sierra de Arteaga rumbo a San antonio de las Alazanas para celebrar una Misa en recuerdo de hermanos caídos, bendición de cascos y disfrutar del pintoresco poblado.

Por la tarde regresarán al lugar sede para continuar con la fiesta, la cual tendrá en su clímax la rifa de una motocicleta Harley Davidson y la presentación de César López, “El Vampiro”, exintegrante de Maná y Jaguares, quien estará acompañado de los regiomontanos Malvinos.

COMENTARIOS

TEMAS
Selección de los editores