La trágica historia de la Copa Jules Rimet y el origen de la actual

La famosa Copa Jules Rimet que Pelé levantó en el Mundial de México 1970 tuvo un final trágico en diciembre de 1983.

Fue robada de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y fundida para venderse como un pedazo de oro.

El trofeo se disputaba desde el primer Mundial en Urguay 1930 y desde 1950 se le dio el nombre de Jules Rimet.

Entre las características del galardón que lo hicieron atractivo para los atracadores, se puede mencionar que tenía 30 centímetros, pesaba 4 kilogramos, de los cuales 1.8 eran de oro y el resto de mármol.

Antes de convertirse en oro fundido, Jules Rimet sufrió una primera desaparición en 1966 durante una exposición en Westminster. Días después, David Corbett, que paseaba a su perro Pickles, ¡la visualizó en un jardín! Y así volvió a manos de las autoridades y el animal se convirtió en un verdadero héroe.

Fue en diciembre de 1983 cuando ladrones ingresaron al establecimiento de la CBF y lograron su objetivo (que pondría fin a la existencia de Jules Rimet): apropiarse del trofeo. Allí estaba guardado en una urna, hecha de cristal antibalas, pegada a la pared.

Juan Carlos Hernández, de nacionalidad argentina, fue quien ideó el plan para robarlo y fundió el trofeo, que luego se vendió por su oro, según las publicaciones respecto al robo. Los involucrados finalmente terminaron encarcelados.

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ORIGEN DE LA NUEVA COPA

Desde que cambió el diseño del trofeo en el Mundial de Alemania Federal 1974, la FIFA estipuló que ninguna selección podría quedarse con la copa original.

“Ningún país podrá conservar definitivamente el trofeo actual de la Copa Mundial de la FIFA, ya que las normas establecen que permanecerá en posesión de la FIFA”, estipula la máxima institución de futbol, por lo que este permanece en resguardo en Zurich, Suiza, sede de la Federación Internacional de Futbol Asociación.

Entonces, ¿Cuál es la ventaja que obtiene el ganador del Mundial? Después de alzar la copa como campeones de futbol en el mundo, la selección ganadora se quedará por unos días con el trofeo; posteriormente, deberán regresarlo y, a cambio, reciben una réplica.

Cuando llega el momento en el que el país campeón tiene que devolverla, esta llega primero a Milán, Italia, para reacondicionarla después del largo viaje que suele hacer; cuando queda lista, vuela de regreso a Suiza.

Al momento de entregar el trofeo, la selección ganadora recibe a cambio una réplica del trofeo. Las diferencias principales son el tipo de material con el que está hecho, pues el original está compuesto por oro macizo en un 80 por ciento aproximadamente.

Las características que posee la copa réplica es una mezcla de cobre y zinc; esta aleación está bañada con tres capas de oro de 18 kilates. Esta sí permanece en manos de los campeones.