México empata y desinfla la ilusión: Malagón salva, pero el Tri de Aguirre no convence
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El partido estuvo marcado por numerosas faltas y un juego cortado, lo que dejó a la afición frustrada y con muchas dudas de cara a los próximos compromisos contra Estados Unidos y Valencia
El ambiente de optimismo que rodeaba a la Selección Nacional de México tras su triunfo contra Nueva Zelanda se desvaneció considerablemente luego del empate sin goles frente a Canadá, en un partido celebrado en Arlington, Texas. Con apenas poco más de 30 mil aficionados en el AT&T Stadium, la entrada dejó mucho que desear, al igual que el desempeño del equipo Tricolor, que fue recibido con abucheos al final del encuentro.
La actuación del equipo mexicano fue poco convincente, siendo la figura de Luis Ángel Malagón, el portero del Club América, quien rescató a México de lo que pudo haber sido una derrota dolorosa. Malagón se convirtió en el héroe de la noche al realizar una atajada crucial durante el primer tiempo, evitando que los canadienses se fueran al frente en el marcador. Sin embargo, fuera de la labor del guardameta, el equipo dirigido por Javier Aguirre mostró carencias evidentes en todas las líneas del campo.
A pesar de tener la posesión del balón en gran parte del partido, México careció de creatividad y profundidad en el ataque. El equipo no logró generar ocasiones claras, lo que dejó a los aficionados con una sensación de frustración e impotencia, solo en el segundo tiempo del partido contra Nueva Zelanda, durante la Fecha FIFA, se había visto un destello de buen futbol por parte del Tricolor. Sin embargo, el equipo mexicano volvió a mostrar un nivel preocupante en los otros tres tiempos disputados.
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Es evidente que el equipo aún está en proceso de adaptación a las ideas de Aguirre, pues apenas lleva una semana al mando del equipo. No obstante, los problemas de falta de claridad y cohesión en el campo deben resolverse rápidamente si México quiere competir de manera más efectiva en los próximos compromisos internacionales.
El encuentro fue ensombrecido por la gran cantidad de infracciones cometidas por ambos equipos. Canadá optó por un juego físico, mientras que México no logró imponer su estilo, sumado al árbitro del partido que se vio obligado a intervenir en numerosas ocasiones, mostrando tarjetas amarillas y llamando la atención a los jugadores para mantener el control del encuentro, sobre todo ante la falta de VAR. Por momentos, las discusiones entre jugadores llegaron a subir de tono, afectando aún más el flujo del juego.
El segundo tiempo continuó bajo la misma tónica. México mantuvo la posesión, pero seguía sin generar peligro real, mientras que Canadá se replegaba y apostaba por el contragolpe, aunque nunca llegaron a sorprender a la defensa mexicana. El partido, a pesar de algunas ráfagas de emoción, se fue desinflando y perdiendo brillo con el paso de los minutos.
Uno de los problemas más notables de la selección mexicana en los últimos tiempos ha sido la ineficacia de sus delanteros centro. Ni Santiago Giménez ni Henry Martín lograron destacarse en este encuentro, mostrando un desempeño inoperante que preocupa de cara a futuros compromisos. Ambos delanteros se vieron desconectados del resto del equipo, incapaces de generar oportunidades claras para perforar la defensa canadiense.
La falta de claridad en el ataque ha sido un problema recurrente para el Tricolor, independientemente de los nombres en la delantera. La incapacidad para convertir oportunidades en goles ha generado una creciente inquietud en la afición y en el cuerpo técnico.
Conforme el partido se acercaba a su final, el espectáculo dentro del campo fue tan pobre que los animadores del estadio trataron de salvar la noche poniendo música en cada oportunidad, buscando encender a los más de 30 mil aficionados presentes. Sin embargo, ni el ambiente festivo ni los intentos por animar a la gente lograron contrarrestar el mal sabor de boca que dejó el desempeño del equipo en la cancha.
Al final, los abucheos fueron inevitables. México se fue al vestidor entre silbidos y reclamos por parte de una afición que esperaba más de su equipo. El empate sin goles dejó muchas dudas y pocas certezas sobre el rumbo que tomará el equipo de Javier Aguirre.
Ahora, México deberá centrarse en recuperar la confianza y mejorar su desempeño de cara a los próximos encuentros. En octubre, el Tricolor se medirá contra Estados Unidos en un partido que promete ser mucho más exigente, a disputarse en Guadalajara, además, enfrentarán al Valencia en un amistoso en Puebla, donde se espera ver una evolución en el equipo.