No sólo es Nadal el del éxito sin miedo, ni pose
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No hay, no hubo y nadie sabe si habrá un deporte tan dominado, tomado y hecho tan suyo como el tenis con tres históricos personajes: Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic.
Ubiquemos datos para entender esta fascinante historia de éxito. Nadal ha ganado 20 Grand Slams. Ayer consiguió el 13 de Roland Garros, a lo que debemos sumar dos de Wimbledon, cuatro del US Open y uno más del Abierto de Australia. Federer también tiene 20 títulos de los torneos grandes: Ocho veces campeón de Wimbledon, seis en Australia, cinco del US Open y una en Roland Garros. El serbio Djokovic no está lejos. Ha ganado 17 títulos de Grand Slam: ocho en Australia, cinco en Wimbledon, tres en Nueva York y uno en Roland Garros.
Pero no son solamente los títulos, es el dominio absoluto que tienen. Entre estos tres jugadores, han alcanzado 59 de las últimas 62 finales de Grand Slam. Este año no se disputó Wimbledon y en el US Open no participaron Nadal ni Federer, mientras que a Nole lo expulsaron por golpear con una pelota a una juez de línea.
Al ver el semivacío el estadio Philippe-Chatrier, era un buen momento de hacer cuentas sobre estos tenistas. Entre los tres, han ganado 15 títulos de Roland Garros en los últimos 16 años. Solamente en 2015, el suizo Stanislas Wawrinka les quitó la racha, aunque el título se lo ganó en la final a Nole.
El ranking mundial es un dominio absoluto de estos tres. En las últimas 849 semanas, algo así como casi 17 años, entre Nadal, Federer y Djokovic se han turnado la posición de honor en 808 semanas; es decir, se han apoderado del tenis en los últimos 15 años y medio.
Nadal ganó el Nadal Open, un torneo que le acomoda a la perfección; al final, el mallorquín aprendió y se desarrolló en tierra batida. Desde 2004, cuando ganó su primer torneo de la ATP, el tenis es de Nadal, pero también de Federer y Nole, y lo mejor es que es también nuestro, porque disfrutar cada partido de estos tenistas es un deleite, una muestra de que pasan y pasan los años y la seriedad, profesionalismo y celo que tienen de su deporte y del éxito no acaba. Djokovic es el más joven, tiene 33 años de edad; Rafa le sigue con 34, y Roger con 39. Son la envidia de todos, porque no hay en el deporte nadie que dure casi dos décadas dominando, mostrando los mismos deseos que en el primer torneo y —sobre todo— la calidad, que no se compra con los patrocinadores, sino en el entrenamiento, en mostrar que la vida de un atleta es seria, dedicada, sin escándalos y sin poses de presunción.
Nadal, Federe y Nole deberían ser parte de las clases de ética deportiva y amor a su disciplina, que debería impartirse en los cursos de los desubicados y agrandados deportistas que —por ser estelar un día, un mes o un partido— ya piensan que son los más grandes.