'No soy la próxima Bolt o Phelps, soy la primera Simone Biles'
COMPARTIR
TEMAS
La gimnasta estadounidense no quiere que le comparen con atletas consagrados, pues quiere forjar su propio legado dentro de la historia de los Juegos Olímpicos
RÍO DE JANEIRO.- Imparable y excelsa en su primera aventura olímpica, la gimnasta estadounidense Simone Biles conquistó su segunda medalla de oro en los Juegos de Río de Janeiro al proclamarse campeona del concurso completo individual.
Después de alcanzar de manera brillante el mismo metal en la competición por equipos el pasado martes, la espectacular e imbatible Blines sumó 62.198 puntos para repetir título a nivel individual.
La plata fue para la también estadounidense Alexandra Raisman con 60,098 unidades, mientras que el bronce se lo colgó la rusa Aliya Mustafina con 58.665.
“Estoy emocionada y aliviada al saber que, finalmente, lo hice, que lo conseguí”, afirmó la menuda Biles, con su segundo oro al cuello.
“Pero no soy el próximo Usain Bolt o Michael Phelps. Soy la primera Simone Biles”, replicó cuando las comparaciones empezaron a lloverle desde los micrófonos.
“Soy la misma Simone. Sólo tengo dos oros olímpicos ahora y siento que hice mi trabajo hoy”, completó la bicampeona olímpica.
En el Arena Olímpica de Barra da Tijuca, en la tarde carioca, la joven ganadora de diez títulos mundiales sólo cedió el comando de la prueba en la segunda rotación, en la que la rusa Mustafina la superó provisionalmente.
Biles, de 19 años, abrió la competición en salto, uno de sus aparatos fuertes, y luego pasó a las paralelas, el reino de Mustafina y el aparato más flojo de la estadounidense.
Vigente campeona olímpica de este aparato, la rusa, que salió quinta de la primera rotación -el salto también para ella-, no dejó pasar la oportunidad de recuperar terreno con su mejor ejercicio del concurso para relegar a Biles provisionalmente a la segunda posición.
Pero liderazgo de la rusa, ganadora de cuatro medallas en Londres 2102, duró poco. La potentísima multicampeona mundial estadounidense se situó de nuevo en cabeza en la siguiente ronda, la de la barra fija para ambas.
Mucho más segura y expresiva que Mustafina en este aparato, Biles obtuvo un punto y medio más que la vigente campeona europea en paralelas.
Ninguna de las dos estuvo conforme con la nota que recibió y ambas representaron un recurso que, también en ambos casos, se rechazó.
El desenlace de la prueba se vivió en el suelo, la especialidad que mejor domina Biles.
Mustafina abrió el aparato con una propuesta de lo más elegante, pero escaso riesgo y dificultad. Le valió sólo 13.933 puntos, nota que el público abucheó. Adiós a cualquier esperanza.
Y más cuando la Raisman se ganó el favor de la grada y definitivamente la medalla de plata con un gran ejercicio también sobre el suelo: 15.433.
Ni siquiera eso presionó a Biles, que cerró la cuarta rotación con un espectacular ejercicio sobre el tapiz que le valió la mejor nota de la tarde: 15.933.
Al ritmo de la música brasileña, la multicampeona estadounidense deleitó al público que casi llenó el pabellón y no paró de jalearla con sus diagonales perfectas, sus elevados vuelos, su tremenda potencia y su alegre coreografía.
El oro tenía dueña. Y nadie tenía la más mínima duda de quién sería. Tampoco Biles, que corrió a abrazarse con su compatriota Raisman para celebrar la excelente competición de ambas.
“Las dos hicieron un excelente trabajo, en la clasificación, con el equipo y hoy. Estoy muy emocionada”, confesó Martha Karolyi, la mítica entrenadora del equipo estadounidense, tras fundirse en un largo y sentido abrazo con Biles, mientras las cámaras aguardaban las declaraciones de la campeona.
Con los ojos brillando, por la purpurina y por las lágrimas contenidas, la pequeña gimnasta sólo pudo responder “¡gracias, gracias, gracias!” a cada elogio y felicitación de su contentísima técnica.
Luego, con una enorme sonrisa y su medalla de oro al cuello, atendió a las decenas de periodistas que aguardaban las palabras de la ya bicampeona olímpica.
En su camino hacia el mito de Nadia Comaneci, a Biles le quedan aún otros tres oros que conquistar para hacer el pleno de cinco que se propuso en Río 2016.
Será en las finales individuales de suelo, salto y barra fija y el reto es mayúsculo: en la definición de los aparatos, las juezas acostumbran a diversificar.