Saúl Álvarez, en búsqueda de la tribu
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Es un buen intento venir a México y pelear, acercarse a la banda
En los próximos días, Saúl Canelo Álvarez estará anunciando su pelea del 6 de mayo, teniendo como sede Guadalajara, Jalisco, ciudad en la cual creció. Me parece una gran decisión, ya que se ha alejado del entorno mexicano.
Si hablamos de ídolos, debemos remontarnos al siglo pasado, en el que encontramos personajes que arrastraron multitudes. Podemos mencionar a Manolete, Armillita, Silverio Pérez, El Soldado, Luis Procuna y demás toreros.
En la lucha libre, mencionemos a El Santo, Blue Demon, Cavernario Galindo y Perro Aguayo, gente que arrastraba a 50 o 60 mil personas. En el futbol, Cuauhtémoc Blanco, Carlos Reinoso, Enrique Borja, Miguel Marín y Nacho Calderón, gente que llenó estadios de 80, 90 o 100 mil personas. Además de ser ídolos en la cacha, incursionaron en la música, el cine y la política. Ídolos naturales, con un carisma que no se compra.
En el boxeo es donde encontramos un número más significativo, por el “ADN urbano” que tiene el mexicano.
¿Qué características debe tener un ídolo mexicano? Podríamos decir que el principal ingrediente es que debe pertenecer al barrio, que se sienta parte de un grupo casi callejero, que sea dicharachero, despilfarrador, chistoso, fiestero, pleitero y —a veces— hasta algo de galán. Estas características las encontramos en varios de los personajes mencionados con anterioridad.
En este deporte, mención honorífica para Julio César Chávez, Salvador Sánchez, Rubén Púas Olivares y Raúl Ratón Macías. Ellos viven en otro nivel de popularidad, y es ahí donde Saúl aspira a pertenecer.