Si el sueño de Río se esfuma, la meta será Tokio: Paola Pliego

Deportes
/ 31 julio 2016

La sanción provisional por dopaje que comenzó a cumplir hace cuatro días pesa tanto para la esgrimista que no pierde la esperanza de ir a los Juegos Olímpicos, donde hasta el momento no ha causado baja oficial de la delegación nacional

Ciudad de México. Entre lágrimas y con las manos temblorosas, Paola Pliego, dijo casi resignada: “Es mi deseo traer a casa una medalla olímpica para mi país y si el sueño de Río se esfumara, tendría la mirada en Tokio 2020, como la meta que desde hace años había ya trazado para el oro”.

La sanción provisional por dopaje que comenzó a cumplir hace cuatro días pesa tanto para la esgrimista que no pierde la esperanza de ir a los Juegos Olímpicos, donde hasta el momento no ha causado baja oficial de la delegación nacional, pero se encuentra en una situación que difícilmente pueda resolverse antes del 8 de agosto cuando estaba programada para hacer su debut en Brasil.

Acompañada del abogado Ricardo de Buen, la queretana de 21 años de edad, convocó a conferencia de prensa, para reiterar su inocencia de que no ingiere sustancias prohibidas y que no sabe cómo el estimulante modafinil fue encontrado en su organismo, al ser un medicamento que habría puesto en peligro en su vida al padecer de asma.

Pliego insistió que agotará todas las instancias legales y esperará la apertura de la muestra B (martes o miércoles) al cumplir con los protocolos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que fue la organización que informó a la Federación Internacional de Esgrima (FIE) del resultado adverso en el examen que se le hizo el pasado 24 de junio luego de ganar la medalla de plata con el equipo femenil de sable en el Panamericano de Esgrima en Panamá.

Conteniendo por momentos el llanto al dar lectura a un comunicado, la sablista espera “el peor escenario en una batalla legal” ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y para ello requiere “alrededor de 50 mil euros” que no los tiene para defender su inocencia “en el camino limpio que he llevado y que hoy es amenazado por una nube que no pensé jamás encontrar”.

Relató que durante la competencia en Panamá salió limpia del primer control antidopaje que le hicieron tras obtener la medalla de bronce en el sable individual y tres días después en el segundo examen fue cuando dio positivo con un estimulante que a partir de este año forma parte de las sustancias prohibidas de la AMA, medicamento que investigó por Internet en el que encontró que solamente en México se vende sin receta médica como modiodal.

Sin embargo, el semblante de la esgrimista que fue considerada la mejor del mundo en la categoría juvenil en 2014, cambió por completo ante los cuestionamientos de los reporteros.

Reveló que no tienen un médico fijo en las competencias como tampoco sabía de la existencia del pasaporte biológico que emite la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), uno de los requisitos que pide la AMA a todos los países para que sus representados estén informados de sustancias prohibidas,

control de exámenes antidopajes oficiales y fuera de competencias, así como reportar los medicamentos que usan cuando padecen alguna enfermedad o están lesionados.

Confesó que el único control antidopaje que le hicieron fue el 17 de junio durante la concentración que tuvieron algunos seleccionados olímpicos en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR) y a días de salir a la competencia continental.

De pie y lejos, Jorge Castro, presidente de la federación mexicana de esgrima, escuchaba a su representada, a la que le brindó su “solidaridad” diría al término de la conferencia.

Lamentó lo que “sería una baja” de la delegación en un deporte que ha logrado “una histórica” evolución en 12 años desde que llegó a la federación y con el asunto de Paola Pliego “el mundo se vino abajo”.

Aceptó que los esgrimistas son atendidos por “un médico de la Conade”, pero al igual que Paola, tampoco recordó su nombre.

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