Nadal gana en cinco sets a Zverev y alcanza los octavos
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Al campeón de 14 Grand Slam le esperará el lunes en octavos el francés Gael Monfils, sexto cabeza de serie, o el alemán Philipp Kohlschreiber.
El español Rafael Nadal dio hoy la vuelta a un complicadísimo partido ante el alemán Alexander Zverev en la tercera ronda de Abierto de tenis de Australia y avanzó en cinco sets a los octavos de final.
El número nueve del ranking remontó ante la joven perla del tenis mundial y ganó por 4-6, 6-3, 6-7 (5-7), 6-3 y 6-2 después de cuatro horas y cuatro minutos de partido en la Rod Laver Arena. Zverev acabó hundido físicamente ante la exigencia de Nadal.
Al campeón de 14 Grand Slam le esperará el lunes en octavos el francés Gael Monfils, sexto cabeza de serie, o el alemán Philipp Kohlschreiber.
Zverev, al que Nadal se refirió en la previa como un potencial número uno en el futuro, demandó hasta el límite al español con su tenis de pura fuerza. Esa energía, unida a sus 1,98 metros y a una mente tremendamente amueblada para sus 19 años, dan como resultado a un jugador total.
Nadal llegaba con los deberes más que hechos al duelo con Zverev, 24 del ranking, su primera prueba de fuego en Australia. Había superado sus dos primeras rondas con comodidad y sólo había transmitido buenas sensaciones.
Once años mayor que su rival de hoy, a Nadal le tocó apretar los dientes ante Zverev. Fue un partido peliagudo, de esos en los que el palco del español no deja de resoplar.
"Zverev tiene desparpajo, es joven y los jóvenes siempre tienen algo especial porque tienen menos presión", aseguró Nadal tras conocer que jugaría con el alemán. Y el tenista de Hamburgo le dio la razón.
Quizás no llegue a ser número uno o a ganar un Grand Slam, pero tenis no le faltará para ello. Hoy buscaba su cuarta victoria consecutiva ante un jugador "top ten" y le faltó muy poco para dar el golpe.
El duelo empezó con una mala señal para Nadal, que entregó su servicio en el primer juego y que tuvo que salvar una pelota de break para no verse 3-0 en la silla de descanso. Pero esa primera rotura fue suficiente para que Zverev atara el set en 44 minutos.
Nadal comprendió que a pelotazos difícilmente iba a doblegar a Zverev, así que empezó a mezclar su juego y a reducir la potencia de sus golpes. Quería mover al alemán, que tuviera que trabajarse más los puntos. Y Zverev empezó a dudar y a fallar.
Le llegó pronto el break a Nadal, con 3-1, un juego que terminó con el puño del español en lo alto, síntoma de que está encendido.
Tras igualar a sets, el tercer parcial fue de igualdad total. Ni una sola pelota de quiebre concedida, así que todo se decidió en el tie break. Y Zverev se metió medio partido en el bolsillo sin especular, enviando a Nadal a jugar a dos metros de la línea de fondo.
Zverev tenía a Nadal contra las cuerdas. En su primer y único enfrentamiento hasta hoy, hace un año en Indian Wells, el alemán falló una volea fácil con match point y acabó perdiendo.
Hoy no llegó a disponer de una pelota de partido, pero también tuvo a Nadal cerca de la lona. Pero eso, y hoy quedó demostrado de nuevo, con Nadal no es suficiente. Es un especialista en revivir, en jugar con la cabeza cuando el tenis no es suficiente.
Con el tercer set para Zverev, al español no le quedaba otra que apretar los dientes para mantenerse en el torneo. Ganar dos sets consecutivos o hacer las maletas, una vez más de forma prematura.
Quebró en el segundo game del cuarto set y colocó un ace para cerrar el parcial e igualar el partido. La Rod Laver aplaudía y aplaudía, quería más.
Nadal llegaba lanzado a la manga definitiva y consiguió romper el saque de Zverev de inicio, pero el alemán no se amilanó. Le devolvió el quiebre.
Así, 2-2, se llegó al juego decisivo del partido. Zverev dominaba fácil con 40-15, pero dos errores no forzados del alemán abrieron la puerta a Nadal.
El joven de 19 años se volvió a poner en ventaja, pero el punto siguiente lo destruyó. Treinta y siete golpes corriendo de lado a lado ante Nadal son muchos. Zverev acabó el punto cojeando y miraba con preocupación a su palco, estaba fundido.
Nadal rompió para colocarse 3-2 y su rival pidió la asistencia de los médicos. Sus muslos estaban al límite. El español, en cambio, tenía piernas para todo y llegaba prácticamente a cada pelota a pesar de todo el esfuerzo acumulado.
El ex número uno logró un nuevo break tras otro juego interminable y de puntos imposibles y se escapó 5-2 en el marcador. Una derecha a la red de Zverev puso fin al duelo y Nadal estalló de alegría.