Descubren en Yucatán cráneos de osos extintos hace más de 11 mil años
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Las piezas se suman a la lista de fauna prehistórica localizada en el interior de los cenotes que antes de la última glaciación eran cuevas secas.
Mérida, Yuc. Arqueólogos subacuáticos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron en el fondo de un cenote de la península de Yucatán cráneos y mandíbulas de osos semejantes a una especie que dejó de existir hace 11 mil 300 años.
Se trata de cuatro cráneos completos y mandíbulas de una especie parecida al Arctotherium, una especie que vivió durante la época del Pleistoceno, informó en un comunicado el INAH, quien destacó que estos son los únicos especímenes de su tipo encontrados hasta ahora en esta región del país.
Apuntó que estas piezas se suman a la lista de fauna prehistórica localizada en el interior de estos cuerpos de agua, que antes de la última glaciación eran cuevas secas.
El arqueólogo subacuático Guillermo de Anda Alanís, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), dio a conocer los pormenores de este descubrimiento en el Congreso Internacional Culturas Americanas y su Ambiente: Perspectivas desde la zooarqueología, paleobotánica y etnobiología, que se realiza en Mérida del 1 al 5 de noviembre.
El experto, quien participa en el proyecto El culto al cenote en el centro de Yucatán, desarrollado desde 2007 con autorización del Consejo de Arqueología del INAH, detalló que los restos se localizaron en el interior de una caverna sumergida a la que se accede por un cenote ubicado entre las poblaciones de Sotuta y Homun, en Yucatán, a una profundidad de 42 metros.
Los huesos se hallaron dispersos en un espacio que mide 120 metros de diámetro, y se estima que podrían corresponder a una familia de osos; dos de los cráneos corresponden a una hembra y un macho, y los otros a subadultos, todos son de la misma especie ya que tienen la misma dentición y forma craneal.
Indicó que además de los vestigios de estos mamíferos también se localizaron cinco restos óseos humanos de época antigua, sin que hasta el momento se haya definido su temporalidad. Éstos se localizaron a 30 metros de los huesos de los osos, pero los investigadores aún no saben si tienen o no relación.
Luego de diversos reconocimientos in situ y a través del análisis de fotografías captadas bajo el agua, De Anda Alanís advirtió que la forma de los huesos y cráneos que tienen estos osos nunca había sido observada entre la fauna conocida en contextos arqueológicos de la región.
"Se trata de restos de los únicos osos que se han encontrado en la península de Yucatán, pues la referencia más cercana se localizó en una cueva de Belice, al parecer de un oso ornatus, y de ahí se localizaron otros ejemplares en Brasil y Argentina; en tanto que en México se tiene identificado su hábitat hacia el centro y norte del país", manifestó.
A partir de la identificación morfológica de los restos óseos, a cargo del arqueozoólogo de la UADY Christopher Götz, se pudo determinar que corresponden a osos, ya que sus molares son fuertes, planos y anchos.
De Anda Alanís explicó que en un principio se creyó que por las características dentales se trataba de jaguares, pero que en este caso por la forma de los molares y premolares, al igual que el tamaño de los cráneos (de 25 a 30 centímetros de largo) que no corresponde a felinos, se precisó que corresponden a osos.
El investigador comentó que aún no se define con exactitud a qué especie corresponden, por lo que "el siguiente paso es definir su género, para eso, los restos se compararon con la lista de osos que existen en el continente donde hay dos subfamilias".
Abundó que una es la de los osos comunes como el negro y el grizzli, mientras que otros son de cara corta del que sólo queda una especie, el andino, que vive en Venezuela, a esta subfamilia pertenece el Arctotherium, un género que no ha sido ubicado en la península y que pudiera ser un ancestro de los osos cara corta.
El género Arctotherium, explicó, comprende una serie de especies de osos, todas extintas y endémicas de Sudamérica. Hasta el momento los análisis realizados a los huesos hallados en el cenote indican que "al menos las mandíbulas y algunos rasgos de los cráneos corresponden a esta especie mucho más que a cualquier otro grupo".
De Anda comentó que de tratarse de una familia de osos Arctotherium cambiarían las perspectivas de la biogeografía y de la migración de los osos endémicos de América, en tanto que no hay registro de ejemplares de esa filiación en la región que circunscribe Centroamérica. Sin embargo -añadió-, falta realizar todos los estudios de laboratorio para confirmarlo, "éstas son las primeras hipótesis que nos está arrojando el hallazgo".
El arqueozoólogo Götz indicó que las evidencias geográficamente más cercanas del género Arctotherium se han hallado en Argentina, donde se localizó una mandíbula de Arctotherium bonariense, y en Brasil, donde se ubicaron vestigios de la especie Arctotherium vetustum.
De Anda adelantó que antes de extraer los cráneos animales y restos óseos humanos, es necesario realizarles más estudios in situ de carácter interdisciplinario.
"Es una investigación que apenas comienza y que seguramente arrojará datos importantes para el conocimiento de las primeras especies que habitaron la región, así como de otros periodos históricos que guardan los huesos humanos que aún no han sido analizados.
"Esperamos que cuando los especímenes puedan ser llevados al laboratorio y sean analizados, podamos confirmar que los restos de osos corresponden a dicho género, lo que aumentaría considerablemente el conocimiento acerca de la historia natural de estos animales y su relación con sus parientes más recientes", finalizó De Anda Alanís.