Gigantes petroleros temen que AMLO gane la presidencia

Compañías petroleras estadounidenses temen que el nuevo Presidente de México juegue una carta nacionalista al llegar al poder. 

Empresarios están alerta, ya que Andrés Manuel López Obrador, candidato que además encabeza las encuestas de preferencia del voto, ha expresado que quiere revertir las reformas que han amarrado un nudo entre México y los Estados Unidos en los últimos años en la producción y el consumo de energéticos. 

AMLO prometió en su campaña rumbo a la Presidencia de la República asegurarse de que el petróleo nunca vuelva a caer "en manos de extranjeros".

Esto representa una amenaza a las ganancias de las refinerías en los Estados Unidos. 

Las propuestas del abanderado de la coalición 'Juntos Haremos Historia' podrían frenar la producción de petróleo en Texas e impedir la perforación en aguas profundas en el Golfo de México por gigantes petroleros internacionales como Exxon Mobil y Chevron. 

De acuerdo a un artículo del diario estadounidense The New York Times, se pondría en peligro el superávit comercial de energía de los Estados Unidos con México, que alcanzó el año pasado unos 15 mil millones de dólares.

El candidato propone poner fin a las exportaciones de petróleo -casi todas destinadas a Estados Unidos, para el año 2022- e invertir $6 mil millones en la construcción de dos refinerías que procesarían el crudo en territorio mexicano. 

El año pasado, México compró más de un millón de barriles de productos petrolíferos estadounidenses al día. Esta compra representa ingresos $23 mil millones a compañías estadounidenses.

Panorama electoral preocupa a empresarios

En materia energética, empresarios expresan que las medidas anunciadas por el tabasqueño afectarían a largo plazo a México y Estados Unidos. 

"México es muy crítico como socio energético de los Estados Unidos, por lo que retirarse de las políticas actuales sería una tragedia para ambos países", dijo Scott D. Sheffield, presidente de Pioneer Natural Resources. 

México, en los últimos años ha reemplazado el carbón y el diesel con un gas natural estadounidense más limpio para producir aproximadamente el 30 por ciento de la electricidad del país. La revolución de la perforación de esquisto al norte del Río Grande ha producido una abundancia de gas natural barato para los consumidores estadounidenses y mexicanos, y México anunció un plan quinquenal en 2015 para aumentar las importaciones.

Unas 20 tuberías transportan 4 mil 500 millones de pies cúbicos de gas natural por día a México, y se están construyendo o planificando más.

Las ventas de gas a México son una importante fuente de ingresos para las compañías estadounidenses de petróleo y gasoductos, y alivian un bulto de gas que burbujea con petróleo de la cuenca Pérmica del oeste de Texas y Nuevo México, el yacimiento de esquisto más prolífico del país.

"En toda América Latina, hay serios contendientes que quieren hacer grandes cambios en el sector petrolero y quieren revertir las reformas anteriores. López Obrador particularmente representa muchas amenazas directas", dijo Lisa Viscidi, una experta en energía en el Diálogo Interamericano, un grupo de expertos de Washington.

Con información de The New York Times