La muerte, necesaria para la vida y la evolución

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/ 29 septiembre 2015

Toda célula está programada para morir, si no sucediera de este modo, no habría evolución, señala el científico Marcelino Cereijido.

A nivel cultural la muerte tiene diversas formas de ser percibida, ya sea con tristeza, dolor, melancolía o resignación; sin embargo, desde el punto de vista científico, la muerte individualizada es la mejor forma en que una especie puede asegurar su sobrevivencia.

Las células, órganos e incluso todos los organismos vivos están programados para morir en un cierto tiempo, proceso que se le conoce como apoptosis, y aunque en lo individual puede representar problemas y sufrimiento, como especie la muerte implica ventajas y forma parte de la evolución de los seres, tema de estudio del científico Marcelino Cereijido Mattioli.

Para el experto en fisiología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), si no hubiera muerte, no habría evolución y no se habría llegado jamás a generar la especie Homo Sapiens, es decir, no estaríamos aquí para contarlo.

A través de la muerte celular programada, explica, nuestro organismo va desechando estructuras que ya no usa. Por ejemplo, hay circuitos neuronales que funcionan durante la vida fetal, pero no se requieren después del parto: pues el organismo los desensambla y elimina.

Asimismo, explicó el investigador del Cinvestav, hay un momento durante la vida fetal en que nuestras manos tienen los dedos pegados, posteriormente el organismo elimina esa membrana interdigital, que de no hacerlo, pareceríamos patos. También tenemos la glándula timo hasta los 4 o 5 años de edad, pero después ya no la necesitamos y desaparece.

Por supuesto, agregó, también existe la necrosis, es decir, una muerte no programada, por ejemplo, cuando nos damos un martillazo en un dedo, o nos quemamos con un cigarro, las células afectadas se van a morir, pero es algo que no estaba contemplado.

Cereijido Mattioli añadió que la muerte de los genes es un proceso natural y necesario en el que se activan varios mecanismos: cuando el organismo le ordena a una célula que se suicide, ésta pone en juego un repertorio genético para hacerse de las herramientas moleculares necesarias.

Por ejemplo, sintetiza y envía a la membrana canales por donde penetra el calcio, el cual tiene una carga eléctrica muy fuerte que se adhiere a las enzimas, desplazando para ello a otros iones que estaban dispersos y permitían a las enzimas funcionar adecuadamente. Lo que hace el calcio es activar ciertas enzimas que estaban inoperantes, las cuales alteran el ADN y a otras proteínas.

El también autor del libro "La muerte y sus ventajas", acotó que morir es sumamente ventajoso, porque los organismos que desaparecen van dejando su lugar y recursos para que vivan y se prueben nuevas generaciones, que podrían tener ventajas sobre los que se mueren. La acumulación de estas ventajas (o desventajas) a través de millones de año hace que las especies evolucionen.

El doctor en ciencias médicas hizo hincapié en que un paso importante para la ciencia moderna sería lograr despertar y controlar aquellas células que se quedaron "dormidas" y no cumplieron su función.

Por otra parte, también planteó el problema que surge cuando las células han cumplido su función, pero se niegan a morir, lo que confiere una desventaja al organismo.

Es aquí, precisó, cuando surge un descontrol, ya que no cumplen con la orden de suicidarse en tiempo, provocando una proliferación en el organismo de células dañadas. Muestra de ello son algunos tipos de cánceres o tumores que aparecen en la vejez.

El investigador Emérito del Cinvestav refirió que ahí radica la importancia de estudiar la muerte desde el punto de vista científico, la cual se identifica como uno de los fenómenos biológicos más universales.

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