En México, 10 mil niños nacieron en prisión en la última década: Reinserta

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/ 4 septiembre 2024

A través de su programa ‘Niñez y Prisión’, brindan protección, apoyo y acompañamiento, enfocándose en la seguridad y el bienestar de los menores

Una de las poblaciones más olvidadas por el sistema de justicia mexicano son los niños y niñas que nacen y viven sus primeros años de vida dentro de los centros penitenciarios, debido a que en las prisiones no existen áreas seguras, libres de violencia para los menores de edad y donde puedan desarrollarse social y emocionalmente de forma adecuada, por lo que se encuentran en desprotección ante situaciones que ponen en peligro su integridad.

En entrevista, Mercedes Llamas, directora de proyectos en la fundación Reinserta, informó que en México, al menos 10 mil menores de edad han vivido y crecido dentro de prisión en los últimos 10 años, y más de 500 mil niños tienen a su mamá o papá en prisión, por lo que visitan constantemente a sus familiares.

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Comentó que, ante la fuerte necesidad de atender a esta población infantil, en 2013 se fundó Reinserta como una organización sin fines de lucro. A través de su programa “Niñez y Prisión”, buscan la seguridad, protección y acompañamiento para niñas y niños que viven dentro de prisión o que tienen madres o padres privados de la libertad.

“Es una organización sin fines de lucro, se fundó en 2013 porque las cofundadoras Mercedes Castañeda y Saskia Niño de Rivera empezaron a ver una necesidad muy fuerte con infancias y adolescencias marcadas por violencia, es decir, niños que nacen y crecen en prisión”, indicó.

REINSERTA APOYA A MADRES EN PRISIÓN DESDE EL EMBARAZO HASTA SU SEPARACIÓN

Explicó que el modelo del programa consiste en trabajar en los cuidados de la mamá que está privada de su libertad desde que está embarazada; después del parto, apoyan al bebé y la madre para que tengan una crianza positiva y estimulación temprana dentro de los centros penitenciarios, con el fin de fomentar un apego positivo y, posteriormente, realizar una separación sana.

Los infantes que nacen y crecen en las cárceles anteriormente permanecían junto a las madres de 0 a 6 años. Sin embargo, Mercedes enfatizó que desde Reinserta lograron un cambio de ley para que la separación de los menores sea a los 3 años. A partir de ese momento, la organización comienza a dar seguimiento a los niños para su vida fuera de prisión.

“Nosotros pujamos mucho por un cambio de ley, porque anteriormente se permitía que los niños estuvieran en prisión hasta los 6 años. Actualmente, logramos ese cambio en la ley, y ahora se puede hasta los 3 años. Entonces, también preparamos a la madre y al niño para esta separación”, explicó.

Cuando los niños están fuera de prisión, detalló que la fundación les asigna los llamados cuidadores, quienes pueden ser el papá o la mamá del menor o una persona nueva capacitada en psicotrauma, en caso de que no tengan algún otro familiar, con la finalidad de que los acompañen y transformen la vida de los infantes.

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“Les decimos cuidadores porque muchas veces gran parte de estos niños no tienen a su papá o a su mamá, pero muchas veces sí. Entonces, los cuidadores pueden ser la mamá que lo trae aquí a Reinserta, el papá que trae a su niño o niña aquí a Reinserta, o las personas nuevas que los están cuidando. Por ejemplo, trabajamos también mucho con DIF. Entonces, los cuidadores son las personas del DIF; trabajamos con un albergue de trata sexual, y los cuidadores de ese albergue vienen y también trabajamos con ellos”, puntualizó.

Además, buscan que el lugar donde vivan estos niños sea digno y seguro, y que también tengan el mismo enfoque que la organización. A través de diferentes albergues o DIF, dan una intervención mediante un programa comunitario en esas casas y cada semana visitan estas instalaciones para brindarles una intervención psicológica y grupal.

“Nosotros una vez a la semana vamos a esas casas, ya sea a DIF o a albergues. Les damos una intervención grupal allí y también buscamos que las personas, sus cuidadores, estén capacitados en el enfoque psicotrauma para que sepan cómo tratarlos con el mismo enfoque que nosotros tratamos a los niños aquí, y que los espacios donde vivan sean dignos”, afirmó.

CON VIAJES O VISITAS A MUSEOS, BUSCAN QUE LOS NIÑOS VIVAN NUEVAS EXPERIENCIAS

Para brindar atención integral a niñas y niños que nacen y viven en prisión, así como a aquellos que tienen una madre o un padre privados de libertad, cuentan con espacios libres de violencia en sus instalaciones ubicadas en Insurgentes Sur, que constan de cinco bebetecas, un espacio de maternidad y una área de visitas infantil.

A su vez, con el propósito de transformar sus vidas y que vivan experiencias que difícilmente podrían disfrutar, señaló que Reinserta organiza cada año salidas a la playa o a museos junto con los cuidadores, para que los niños que nunca han salido de prisión o los que tienen a sus mamás o papás en prisión puedan tener vivencias de un infante normal.

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“Hemos transformado la vida de estos niños y también de todo su alrededor. Tenemos experiencias significativas, por ejemplo, cada año los llevamos a la playa. Los niños que nunca han salido de prisión o los niños que tienen a sus mamás o papás en prisión, buscamos que tengan este tipo de experiencias que por estar en prisión o por tener algún familiar en prisión les han sido restringidas”, señaló.

“No solo es la terapia que podemos darles aquí, no solo es la intervención familiar, sino buscar que este niño, en la medida de lo posible, reduzca todas sus experiencias adversas y pueda tener un contacto mayor como un niño, lo que podríamos decir, en la normalidad”, comentó.

REINSERTA AYUDA A MÁS DE 1,500 NIÑOS Y ADOLESCENTES

Durante 11 años de experiencia, indicó que han ayudado a cerca de 4,000 madres y padres, ya sea privados de libertad o en libertad, y a más de 1,500 niños, niñas y adolescentes. Aunque esta cifra pueda sonar reducida, aseguró que trabajan con los menores a profundidad para lograr transformar sus vidas.

“Esto, a veces, cuando dices 1,500, puede sonar como un número reducido, pero es una intervención tan a profundidad que realmente transforma la vida de estos 1,500 niños, niñas y adolescentes”, aseguró.

Actualmente, Reinserta trabaja en más de 15 prisiones de la Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León, con niños y niñas que viven en prisión, con madres y padres privados de libertad, así como con adolescentes y niños que son sobrevivientes de violencias graves.

EMPRESAS PONEN SU GRANITO DE ARENA PARA APOYAR A NIÑOS Y ADOLESCENTES

Toda esta ayuda ha sido posible gracias al financiamiento de grandes patrocinadores. Aunque al principio la fundación inició en una casa pequeña, empezó a crecer poco a poco con el apoyo económico de USAID del gobierno de Estados Unidos durante 8 años, lo que les permitió afianzar todos sus modelos, principalmente el de “Reinserción”, así como el del gobierno de Canadá.

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Sin embargo, Mercedes Llamas destacó el financiamiento que Fibra UNO (empresa de fideicomiso de inversión para bienes raíces) ha brindado a Reinserta “desde el día uno” de haber iniciado el programa de “Sobrevivientes” hace casi tres años, debido a que la empresa les ayudó a consolidar y a empezar dicho programa, que brinda ayuda a más de 150 niños, niñas y adolescentes y sus familias víctimas de alguna violencia grave.

“Llevamos casi tres años con un financiamiento espectacular, que es el financiamiento de Fibra Uno. Ellos nos han ayudado desde el día uno en el programa de Sobrevivientes, que actualmente atiende a 150 niños, niñas y adolescentes y a sus familias. Ha sido realmente la empresa que nos ha ayudado a consolidar y a empezar el programa de Sobrevivientes; nos financia el programa en su totalidad”, especificó.

Además, indicó que anteriormente se ubicaban en “una casita muy pequeña” y el espacio ya no era suficiente para dar atención a los niños y jóvenes. Pero Fibra UNO también los apoyó brindándoles unas instalaciones en Insurgentes Sur, en la Ciudad de México, y les ayudan con gran parte de la renta del lugar.

“Fibra UNO también nos apoyó con gran parte de las instalaciones en las que estamos actualmente, porque por el tipo de población que atendemos, casi 200 personas entran y salen de nuestra oficina semanalmente. Entonces, estamos en instalaciones que están muy bien ubicadas y son grandes para poder dar esa atención, y nos ayuda muchísimo con la renta y las instalaciones”, comentó.

Para finalizar, señaló que uno de los grandes retos que tienen es replicar sus modelos de acompañamiento en más estados y lograr que diferentes instituciones gubernamentales adopten sus modelos, porque “lo que nosotros podamos lograr como institución privada es mucho más acotado a lo que se podría lograr a través de instituciones públicas”.

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Por esa razón, indicó que cuentan con un área de incidencia política, la cual les permite modificar situaciones a través de leyes o convenios para que se conviertan en políticas públicas que se repliquen en todo el país y, de esta manera, mejorar la vida de las personas que puedan atender en sus instalaciones.

“Algo súper importante y que tenemos que pujar hacia ello es que nuestros modelos que están funcionando se conviertan en medidas que el gobierno adopte para lograr una política pública. Esa sería nuestra tirada principal: lograr que nuestros modelos se conviertan en algo que se replique a nivel República Mexicana e, independientemente de nosotros, que se pueda gestar en los gobiernos de los diferentes estados y que se adquiera como una política pública”, aseguró.

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