Una extraña pareja: Irán y EU juntos contra el EI

Internacional
/ 28 septiembre 2015

Para el EI, los chiitas de Irán, al igual que los yazidíes de Irak, son infieles.

Teherán, Irán.- Nunca se había visto algo así en los últimos 35 años. Estados Unidos, el archienemigo de Irán, el "Gran Satán", lanza ataques en un país vecino islámico y el gobierno en Teherán no dice nada. Ni una palabra de condena, ni siquiera una crítica. Luego, Washington comienza a suministrar armas a los kurdos en el norte de Irak e Irán al parecer está haciendo lo mismo.

Y también hay armonía entre las decisiones políticas de los dos países. En Irak es obligado a dimitir el primer ministro chiita Nuri al Maliki, que durante años contaba con el apoyo de Irán, un país chiita. Una vez más no se alza ninguna voz crítica en Teherán. Luego, el sucesor de Al Maliki, Haidar al Abadi, recibe el apoyo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y poco después también el del presidente de Irán, Hassan Rohani. "Me recuerda la película 'Una extraña pareja', y efectivamente se trata de una novedad", dice un diplomático extranjero en Teherán.

El motivo de la repentina armonía es el grupo terrorista sunita Estados Islámico (EI), que ha tomado varias zonas de Irak. Para el EI, los chiitas de Irán, al igual que los yazidíes de Irak, son infieles. Teherán responsabiliza a grupos como el EI, Al Qaeda y los talibanes de Afganistán por la "islamofobia" mundial y, por ende, por la "iranofobia". "Son extremistas brutales que no tienen nada en común con Irán", opina el ex presidente iraní Akbar Hashemi Rafsandyani.

Hasta cierto punto, el enemigo común ha logrado que los viejos enemigos se hayan convertido en nuevos amigos. Es cierto que una alianza iraní-estadounidense en esta cuestión no está confirmada, pero tampoco ha sido desmentida. "Una cooperación entre Irán y Estados Unidos en la lucha contra el EI es perfectamente posible", dice Mohamed Sadr, un estrecho asesor del ministro de Relaciones Exteriores de Irán. El presidente Rohani tampoco ha ocultada su disposición a hablar con su colega estadounidense sobre una cooperación frente a los terroristas del EI en el caso que Obama lo llamara por teléfono.

Si Obama ha llamado a Rohani o no sigue siendo un secreto entre ambos. Los viceministros de Relaciones Exteriores de los dos países se reunieron poco antes de los ataques estadounidenses en Ginebra sin previo aviso. Para continuar las negociaciones nucleares, se dijo oficialmente. "Alahu alaam (dios sabe) lo que allí se discutió en realidad", dice un politólogo en Teherán.

Probablemente, la opinión pública nunca conocerá los detalles de esta cooperación en el norte de Irak, pero todo indica que existe. "En realidad, Irán no necesita hacer nada. Basta con que no obstaculice las misiones militares de Estados Unidos y Occidente", dice un diplomático árabe en Teherán.

Sin embargo, Rohani persigue con la nueva cooperación un objetivo mayor. El presidente iraní quiere poner fin, cueste lo que cueste, a las sanciones económicas, muy dolorosas para su país, que la comunidad internacional impuso a Teherán en el marco de la disputa nuclear. Para lograr este objetivo, sin embargo, necesita en primer lugar la bendición del "Gran Satán". Al parecer, la cooperación en Irak no es más que un preludio. "La eliminación total de las sanciones incluso nos permitiría cooperar mejor y de forma más estrecha", ha dicho el presidente iraní.

Por Farshid Motahari/DPA



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