Situación en Donetsk es cada vez más amenazante

Internacional
/ 28 septiembre 2015

Cada vez más personas mueren en el área de conflicto, entre ellos niños, mujeres y ancianos.

Donetsk, Ucrania.- Un denso humo se extiende sobre Donetsk, mientras el ulular de sirenas de ambulancias y coches de bomberos irrumpe en el ambiente veraniego. Nuevamente acaba de caer una granada en algún lugar de la convulsionada ciudad en el este de Ucrania.

Las tropas gubernamentales estrechan cada vez más su cerco y desde hace semanas el Ejército procede con masivos ataques de artillería contra los separatistas prorrusos. Desde sus posiciones los insurgentes replican el fuego.

Cada vez más personas mueren en el área de conflicto, entre ellos niños, mujeres y ancianos. "Aquí impera la guerra", se lamentan los habitantes que aún quedan en los foros de Internet.

El gobierno en Kiev rechaza las acusaciones de que le dé lo mismo la suerte de los civiles en Donetsk y en el vecino bastión separatista de Lugansk.

"Las Fuerzas Armadas ucranianas no disparan contra zonas pobladas", dice Andrei Lyssenko del Consejo de Seguridad, quien culpa a los insurgentes. Estos tiran deliberadamente contra objetivos civiles para imputarle la destrucción al Ejército, añade. Los separatistas rechazan esta acusación como "pérfida".

Para la mayoría de los habitantes de las convulsionadas ciudades ucranianas esto no hace gran diferencia. Muchos de ellos deben refugiarse cada vez más seguido en los sótanos.

Quien puede, huye. Hace solamente dos años Donetsk fue orgulloso anfitrión de la Eurocopa y recibió a miles de fans de Inglaterra, Francia y España. La ciudad incluso estaba más a punto que la capital Kiev, posiblemente porque el presidente Viktor Yanukovich, derrocado en febrero, nunca olvidó a su región de origen, con fuertes marcas rusas. Y también porque el hombre más rico de Ucrania, Rinat Ajmetov, cuidó su lugar de residencia.

Los equipos aún pueden mejorar rápidamente los daños en la infraestructura. El agua y la energía fluyen, los negocios ofrecen productos. Pero de todas maneras, se estima que la mitad de los habitantes huyó. Entretanto la partida de la ciudad mediante corredores es cada vez más difícil.

Ante la última terminal de autobuses que funciona, Yushni, se forman largas filas en las que aguardan familias con niños pequeños. Los pasajes deben ser comprados con muchos días de antelación. "Los buses salen según lo previsto, pero los conductores están nerviosos", afirma una habitante de Donetsk, Yanina, al diario de Kiev "Segodnia".

En la estación ferroviaria se registra una imagen similar. Los trenes especiales prometidos por los gobiernos occidentales se hacen esperar. Además, muchas personas no saben dónde pueden encontrar refugio y pese al gran peligro permanecen en sus hogares.

Marina, de 28 años, se animó a huir con su hija Diana, de tres años. "Éramos rehenes en nuestra propia casa. Pero en Donetsk quedaron mis padres y mi marido. No pueden desaparecer del trabajo. Realmente esperamos que todo termine pronto", apunta Marina.

Inicialmente se hospedó en casa de sus suegros en Dokutchaievsk, en inmediaciones de Donetsk. Desde hace dos semanas vive en casa de su hermana en Kramatorsk, que es controlada por el Ejército.

Nada hace vaticinar que la grave crisis esté cerca de su fin. "Por todos lados se ven los combatientes de la autodenominada República Popular de Donetsk y se atrincheraron bien en la ciudad", dice el periodista Ivan Letkovski a la radioemisora Vesti.

El líder separatista Alexander Sajarchenko amenaza con un nuevo "Stalingrado", en caso que el Ejército tome por asalto Donetsk. "Estamos dispuestos a combatir por cada calle y cada casa", advierte en duras declaraciones.

Hasta ahora la cúpula militar no quiere una ofensiva total sobre Donetsk y Lugansk. El gobierno ucraniano no está decidido a convertir las ciudades en ruinas, opina el redactor en jefe del semanario "Serkalo Nedeli" Serguei Rajmanin.

Los militares están en un dilema, asevera. "O bien el Ejército desiste de utilizar la artillería y la fuerza aérea, y entonces las pérdidas entre sus filas serán grandes, o ataca más intensamente las ciudades y entonces se arriesga a una gran cantidad de víctimas entre la población", analiza Rajmanin.

El gobierno en Kiev también sabe cómo reaccionaría la opinión pública mundial. Las imágenes de personas desesperadas en las ciudades bajo fuego ya son actualmente conmovedoras. Tras largas vacilaciones, el presidente Petro Poroshenko aceptó el lunes una misión de ayuda para la población civil en la región de Lugansk. Bajo dirección del Comité Internacional de la Cruz Roja y con participación de Rusia.

Por Andreas Stein/DPA

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