Aumenta en muchos países desigualdad económica y social: Ban Ki-moon
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Ban puntualizó que las poblaciones indígenas, las personas discapacitadas y los ancianos son más proclives a vivir en condiciones de pobreza.
Naciones Unidas.- La desigualdad económica y social continúa en aumento en muchos países en el mundo, tanto ricos como pobres, lo que tensa el tejido de las comunidades y obstaculiza su desarrollo, dijo hoy Ban Ki-moon, secretario general de la ONU.
"Amplias disparidades permanecen en el acceso a servicios de salud y educativos entre los hogares más ricos y más pobres. Poblaciones vulnerables tienen menores niveles de educación, y carecen de las habilidades y destrezas que les permitan competir en el actual mercado laboral", afirmó Ban.
En un debate temático en la Asamblea General, el titular de Naciones Unidas (ONU) explicó que las poblaciones vulnerables tienen mayores tasas de desempleo y son menos saludables, además de que sus niños tienen menos probabilidades de obtener una educación que les ayude a escapar de ese ambiente.
Ban puntualizó que las poblaciones indígenas, las personas discapacitadas y los ancianos son más proclives a vivir en condiciones de pobreza.
"Las desigualdades entre las áreas rurales y las urbanas también están empeorando", lamentó el titular de la ONU, quien recordó que la gran mayoría de los dos mil 600 millones de personas que viven sin acceso a servicios sanitarios se encuentran en el campo.
El máximo funcionario de la ONU advirtió en ese sentido que la justicia social es un ingrediente clave para el desarrollo sostenible de la humanidad, y que las sociedades con pocas oportunidades son más vulnerables a las revueltas y el conflicto.
"Las desigualdades económicas y sociales pueden rasgar el tejido social, socavar la cohesión y evitar que las naciones prosperen. La desigualdad puede alimentar el crimen, las enfermedades y la degradación ambiental, además de obstaculizar el crecimiento económico", alertó.
Por su parte, el presidente de la Asamblea General, Vuk Jeremic, declaró que a menos que se reduzca la desigualdad, la humanidad podría estar entrando a una fase "de descontento global, como ninguna otra en la historia, con consecuencias profundas y sin precedentes para el mundo entero".
Aseguró que en las últimas tres décadas ha aumentado la desigualdad entre la mayor parte de los países desarrollados y en desarrollo, y que salvo contadas excepciones las minorías no han logrado mejorar de manera significativa sus condiciones de vida.
Subrayó que en los recientes 20 años las disparidades de ingreso entre los países de ingresos altos y bajos se ha duplicado, y que las diferencias entre las riquezas de los individuos son incluso mucho mayores, con el uno por ciento de la población en control del 32 por ciento de los activos mundiales.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Alicia Bárcena, participaron también en el debate.
Ambos funcionarios señalaron la profunda desigualdad en América Latina, una de las regiones con los peores indicadores en la materia.