Múnich 1972, una fiesta de paz bañada en sangre

Internacional
/ 29 septiembre 2015

Los terroristas exigieron la liberación de más de 200 palestinos presos en cárceles israelíes.

Múnich, Alemania.- Debían ser la contracara de los Juegos de Hitler en 1936, una fiesta de paz que presentara al mundo la nueva Alemania amigable y abierta al mundo, pero los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 se convirtieron en una pesadilla sangrienta.

El 5 de septiembre de 1972, hace 40 años, terroristas palestinos tomaban como rehén a la delegación israelí en la villa olímpica. Un rescate plagado de errores e improvisación terminaba el incidente con la muerte de 11 deportistas, cinco secuestradores y un policía.

"Hacia las 4:30 de la mañana oí una explosión, como un disparo", recordó recientemente el ex luchador Gad Tsabary sobre el comienzo del horror.

Tsabary logró huir en un primer forcejeo con los terroristas. "No miré hacia atrás. Me dispararon dos o tres veces pero seguí corriendo". Sus compañeros tuvieron peor suerte: dos murieron durante el primer enfrentamiento y nueve quedaron como rehenes.

Eran las 5:00 horas de la mañana y el asalto del grupo Septiembre Negro al edificio de los israelíes se había producido con una velocidad y una facilidad asombrosas.

Los ocho terroristas se colaron en la villa olímpica saltando la valla de seguridad con ropa deportiva y bolsos llenos de armas. Otros atletas los vieron, pero creyeron que se trataba de deportistas volviendo a la villa tras una noche de fiesta. Las puertas de la casa israelí estaban abiertas y los atacantes se colaron sin problemas.

La situación tomó totalmente desprevenida a la seguridad alemana. En su intento de alejarse lo más posible de los Juegos nazis de 1936 en Berlín, los policías del parque olímpico estaban desarmados y ni siquiera llevaban uniforme.

Alemania tampoco había prestado atención a las advertencias previas a los Juegos. La embajada alemana en Beirut aseguró que un agente había escuchado que "los palestinos intentarían un acto durante Múnich 1972". Nadie se preparó para evitarlo.

Los terroristas exigieron la liberación de más de 200 palestinos presos en cárceles israelíes, algo que el gobierno en Tel Aviv rechazó tajantemente. Mientras negociaban, los secuestradores se enteraban por televisión y radio de lo que ocurría fuera de la casa israelí: a nadie se le ocurrió desconectar la electricidad.

Finalmente, las fuerzas de seguridad alemanas simularon un acuerdo y trasladaron a los atacantes y los rehenes en helicóptero al aeródromo de Fürstenfeldbruck, donde los esperaba un avión de Lufthansa y una emboscada.

La operación se puso en marcha cuando llegaron los helicópteros hacia las 22:30 horas. Fue un fracaso rotundo. Los tiradores de élite de la policía eran insuficientes y carecían de la formación o el equipamiento necesarios, como miras de visión nocturna.

"Rápidamente me di cuenta de que el mando táctico no tenía la menor idea", dijo a la agencia dpa Ulrich Wegener, uno de los oficiales que participó en la operación. Marcado por el horror, Wegener fundó más tarde la unidad antiterrorista alemana, el GSG 9.

Mientras sobre la pista de aterrizaje se producía aún la carnicería que acabó con la vida de todos los rehenes y de cinco atacantes -sólo fueron detenidos tres-, un portavoz del gobierno alemán anunciaba "el buen desenlace" de la operación.

Al día siguiente el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Avery Brundage, ordenó reanudar la fiesta con su legendario "The Games must go on" (Los Juegos deben seguir).

Los Juegos siguieron, pero también las heridas abiertas. Viudas de las víctimas volvieron a exigir este año -sin éxito- un minuto de silencio durante los Juegos de Londres 2012 en recuerdo por los 40 años de la masacre.

Tampoco acabaron los interrogantes sin respuesta y la semana pasada Israel publicó actas secretas que arrojan nueva luz sobre el atentado.

Los 45 documentos muestran por ejemplo que Israel pidió al gobierno alemán y al COI que suspendiera los Juegos. Según las actas, uno de los argumentos para no hacerlo fue que "la televisión alemana no tenía programación alternativa".

Los textos detallan también que el gobierno israelí temía que la tragedia afectara a las sensibles relaciones con la Alemania Occidental. Entre los documentos hay una nota a mano de la entonces primera ministra israelí, Golda Meir, pidiendo que "la cólera" no fuera dirigida "directamente contra Alemania".

La propia Meir autorizó días después del atentado la operación de los servicios secretos "Cólera de dios", que en los años siguientes acabó con la vida de decenas de miembros de Septiembre Negro y que Steven Spielberg reflejó en la película "Múnich" (2005).

Cuarenta años después, la localidad de Fürstenfeldbruck se convertirá este miércoles en los actos centrales de recuerdo por el aniversario de una masacre que marcó a sangre y fuego el movimiento olímpico y la Alemania de posguerra.

La masacre de Múnich 1972, hora a hora

Debían ser una fiesta mundial del deporte y la paz, pero los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 se convirtieron el 5 de septiembre en un baño de sangre cuando un comando terrorista palestino secuestró y mató a 11 atletas israelíes. Una cronología:

5 de septiembre

4:30 horas: Ocho terroristas palestinos saltan la valla de seguridad de la villa olímpica vestidos con ropa deportiva y bolsos llenos de ametralladoras y granadas. Deportistas de la villa los ven saltar, pero creen que se trata de atletas regresando tras una noche de fiesta.

4:55 horas: Los terroristas ocupan la casa del equipo olímpico israelí en la calle Connolly 31. Nadie vigilaba el edificio y la entrada estaba abierta.

5:00 horas: Durante la entrada de los terroristas se produce un primer tiroteo cuando el entrenador del equipo israelí de halterofilia, Moshe Weinberger, ofrece resistencia. El incidente permite huir a algunos atletas. El levantador de pesas Josef Romano resulta herido. Los atacantes retienen a otros nueve rehenes.

5:08 horas: Terroristas enmascarados entregan un ultimatum a la policía en la Connollystrasse, en el que exigen liberar a más de 200 presos palestinos que se encuentran en cárceles de Israel antes de las 9:00 horas.

5:21 horas: Un anónimo pide por teléfono a la Cruz Roja que se presente en la villa olímpica. Los médicos encuentran a Weinberger ya muerto y los terroristas les impiden acceder a Romano. El pesista se desangra ante la mirada impotente de sus compañeros.

7:00 horas: Uno de los enmascarados dice ser líder del grupo. Habla alemán.

7:20 horas: El ministro del Interior alemán, Hans-Dietrich Genscher, y su par de Baviera, Bruno Merk, llegan a la villa olímpica.

8:00 horas: Los terroristas se presentan como miembros de la organización palestina Septiembre Negro. En febrero ya habían asesinado a cinco jordanos en la ciudad alemana de Colonia. Después de negociar con la policía, prolongan el ultimátum hasta las 12:00 horas.

11:15 horas: El embajador israelí en Alemania llega al lugar y aclara que su gobierno no liberará a los prisioneros.

11:45 horas: El ultimátum se extiende hasta las 15:00 horas. Policías disfrazados llevan comida al edificio con el objetivo de analizar la situación desde dentro, pero el plan fracasa porque uno de los terroristas recoge las cajas en la puerta.

13:00 horas: Nuevo retraso del ultimátum hasta las 17:00 horas.

15:35 horas: La organización interrumpe los Juegos Olímpicos.

16:30 horas: El ministro Genscher obtiene permiso para ingresar en el barrio israelí y mantener nuevas negociaciones. Los secuestradores exigen ahora un avión con dirección a El Cairo. El gobierno egipcio rechaza luego un posible aterrizaje en su territorio.

18:30 horas: Los terroristas piden volar junto con los rehenes hasta el aeropuerto militar en Fürstenfeldbruck. El gabinete de crisis finge aceptar la propuesta con el objetivo de asaltar a los secuestradores en el aeropuerto.

22:22 horas: Dos helicópteros con los terroristas y los rehenes despegan rumbo a Fürstenfeldbruck.

22:35 horas: Los helicópteros aterrizan. Al menos cuatro terroristas bajan y se acercan a un avión de pasajeros de Lufthansa en el que supuestamente escaparán. Adentro, dos policías disfrazados con uniformes de Lufthansa deben atacarlos, pero cancelan el plan a último momento al considerarlo demasiado peligroso. Los terroristas descubren el engaño al ver el avión vacío y vuelven a los helicópteros. Tiradores de élite de la policía abren fuego y el resto de terroristas responde con sus ametralladoras. Dos tripulantes de los helicópteros resultan heridos y un policía muere.

6 de septiembre

0:05 horas: Un terrorista salta de uno de los helicópteros y arroja una granada dentro. El baño de sangre termina con cinco terroristas muertos y tres detenidos. Ninguno de los rehenes sobrevive.

10:00 horas: En el estadio olímpico se celebra un acto de homenaje a los atletas israelíes asesinados. Al día siguiente, los Juegos Olímpicos continúan con el programa previsto.




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