En búsqueda de Cindy McCain
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Esposa del candidato republicano a la Casa Blanca
Ella puede ser la próxima primera dama de EU, pero no vive esperando ese día.
Las ambiciosas autoridades navales esperan hacer que el almirante se entere que ellos deben permanecer por años en el mar, haciendo grandes despliegues a bordo del barco donde se ponen a prueba como marineros y ganan el respeto de sus superiores. De regreso a casa, sus esposas trabajan, atienden a los niños y cuidan la casa, construyendo vidas por sí mismas mientras sus maridos construyen sus carreras.
Cindy McCain sabe lo que es eso. Con más de 28 años de matrimonio, con frecuencia de larga distancia, con el capitán John McCain, ella dice que pensaba como la esposa de un marino, cuyo esposo estaba fuera, de gira -aunque en el Capitolio en lugar de en alguna parte del Atlántico Norte. "Era casi como un despliegue", dice Cindy. "Lo que yo les decía a los niños cuando estaban pequeños era que su padre estaba desplegado y sirviendo a nuestro país en Washington".
Cindy algunas veces se comparaba con una madre soltera; ahora de 54 años, con frecuencia ha estado lejos de su marido durante momentos difíciles, incluyendo dos o tres abortos que sufrió en la década de 1980. Años más tarde, su marido no se dio cuenta cuando se hizo adicta a los analgésicos, un hábito que, dice, adquirió en parte por el estrés de la política.
Ella ciertamente no está buscando compasión. A diferencia de muchas esposas de militares, Cindy McCain nunca se había preocupado por desperdiciar dinero para pagar la cuenta del teléfono. Heredera de una fortuna que es estimada en más de 100 millones de dólares -su padre construyó la más grande distribuidora de cerveza en Arizona-, ella crió a los cuatro hijos de la pareja en la casa donde creció, y poseen un rancho cerca de Sedona.
Trabaja en sus intereses
Su vida lejos de Washington le ha dado la libertad de desligarse de la carrera de su marido y perseguir sus propios intereses. Es presidenta y propietaria mayoritaria de la empresa cervecera de su familia, y supervisa una institución de beneficencia que apoya a grupos que proporcionan atención médica a personas en algunos de los países más pobres del mundo. También piloto amateur (ella dice que obtuvo su licencia, por lo que podría volar para trasladar a John en campaña a través de Arizona), dice aprendió a conducir autos de carreras con su hijo Jack, un cadete de la Escuela Naval.
Además, apoya a Operation Smile (Operación Sonrisa), un grupo que lleva doctores estadounidenses a Vietnam para arreglar los paladares de los niños con labio leporino (se sienta con los miembros del consejo de beneficencia).
Sus récords de impuestos, su cabello y su ropa, aun la autenticidad de las recetas de "familia" puestas en el sitio de la campaña en la Web se han hechos sujetas a intensa atención en la Internet y televisión por cable. (Se descubrió que un interno obtuvo algunas de las recetas del Food Network).
Toda la atención ha dejado una impresión en muchos votantes. A pesar de décadas junto a uno de los políticos más visibles del país, una encuesta de Newsweek mostró que el 48 por ciento de los votantes registrados todavía no sabe lo suficiente para tener una opinión respecto a ella.
Muchos la conocen solamente como la rubia que está al lado de su gregario marido, labios arreglados en una práctica sonrisa, ojos azul hielo, (sí, hielo) serena y adorable, pero inescrutable.
Arraigo en Arizona
Para Cindy, mudarse a Washington no sería fácil. Su familia está profundamente arraigada en Arizona, y ella odia salir de Phoenix más de unos cuantos días. Su padre, Jim Hensley, fue uno de los más prominentes hombres en el estado.
Bombardero de la Segunda Guerra Mundial, fue baleado en el Canal Inglés. Después de la guerra, él y su esposa, Marguerite, recibieron un préstamo de 10 mil dólares para iniciar un negocio de licores. Al paso de los años, la empresa creció hasta convertirse en una de las más grandes distribuidoras de Anheuser Busch en el país.
Siendo hija única, en 1972, Cindy dejó el hogar por la Universidad del Sur de California. A su marido le gusta decir USC como siglas de "University of Spoiled Children" (Universidad de Niños Consentidos). Cindy, miembro de la sociedad de alumnos y porrista, manejaba alrededor del campus en un Mercedes dorado. Sin embargo tomó sus estudios seriamente.
Su padre quería que ella entrara a los negocios de la familia. En lugar de eso, ella alcanzó un grado de maestría en educación especial y regresó a casa a enseñar a niños con síndrome de Down y otras discapacidades en los vecindarios pobres de Phoenix.
Altruismo
La generosidad y espíritu altruista de Cindy McCain se han visto reflejados en las obras de caridad que ha prodigado entre las personas más necesitadas de varios lugares del mundo.
En 1984 Cindy estaba en Micronesia cuando un amigo fue herido y tenía que ser llevado al hospital. Cindy enfermó con sólo ver las terribles condiciones de falta de higiene en la sala de Urgencias. "había gatos en la sala de cirugía y ratas por todas partes", dice. Cuando regresó a casa, ella empezó a recaudar dinero para suministros médicos y enviarlo al hospital. "Finalmente, el hospital llamó y dijo: Realmente lo que necesitábamos era un buen cirujano ortopédico", dice ella, "por lo que llamé a algunos amigos y planeamos un viaje... No sé qué es lo que me hizo hacer esto".
Ella llamó a su beneficencia American Voluntary Medical Team (Equipo de Médicos Voluntarios Estadounidenses), ella acampó en el desierto de Kuwait cinco días después de que terminó la Guerra del Golfo para llevar suministros médicos a los refugiados.
Ese mismo año, visitó el orfanato de la Madre Teresa en Dhaka, Bangladesh, donde vio a 160 niñas recién nacidas que habían sido abandonadas. Cindy solicitó cuatro visas para llevarse a las niñas con ella en su regreso a Estados Unidos. Sin embargo el ministro de Salud del paísse negó a firmar los documentos. "Podemos hacer cirugía en esta niña", le dijo una autoridad. Frustrada Cindy golpeó la mesa con su puño cerrado... "Entonces hágalo. ¿Qué está esperando?". El oficial, sorprendido, simplemente firmó los documentos. "No sé de dónde saqué el valor", comentaría Cindy.
Cuando ella llegó a Phoenix, cargaba a la bebé al bajar del avión. Su marido la recibió en el aeropuerto. Vio a la niña y le preguntó: "A dónde va ella". "A nuestra casa", respondió Cindy. Ellos adoptaron a la pequeña niña y la llamaron Bridget. Amigos de la familia adoptaron a la otra niña pequeña.
Es innegable que Cindy McCain posee un gran perfil y es una gran mujer que ha soportado el dolor de enfermedades importantes en sí misma, demostrando una gran fortaleza, misma que la convierte en pilar de un candidato presidencial.