Ana Vela, la persona más longeva de Europa, fallece a los 116 años en España

Internacional
/ 16 diciembre 2017

A los 114 años se convirtió en la persona nacida en España que más tiempo ha vivido en toda la historia. Y a los 115, con el fallecimiento de la italiana Emma Morano, fue la tercera española en erigirse como la más anciana del continente

Ana Vela, la mujer más longeva de Europa, murió a las 3:30 de esta madrugada en la barcelonesa residencia de ancianos La Verneda. Nacida en Puente Genil el 29 de octubre de 1901, Vela había celebrado su 116 cumpleaños hacía solo un mes y medio. “Ha muerto tranquilamente en su cama durmiendo, sin sufrir”, cuentan a EL PAÍS desde el centro donde residía. Su hija, de 90 años, también llamada Ana Vela —eludió utilizar el apellido de un padre que nunca estaba en casa—, vivía desde hacía cuatro meses en la misma instalación. "Han tenido la suerte, como nos ha dicho la propia hija esta mañana cuando le hemos comunicado la muerte de su madre, de poder disfrutar estos últimos meses juntas y de poder celebrar su cumpleaños hace poco más de un mes", añaden fuentes del centro.

Andaluza de nacimiento pero catalana de adopción desde su llegada a la región en los años cuarenta, Vela se había convertido en los últimos tiempos en un símbolo de la longevidad en España, el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida, 83 años, solo por detrás de Japón. Esta realidad tenía fiel reflejo en el ranking elaborado por el Grupo de Investigación Gerontológica: Ana Vela era la tercera persona más longeva del mundo solo por detrás de dos mujeres japonesas.

La gran tragedia de la europea que hasta anoche había mantenido durante más tiempo los ojos abiertos era no poder contar lo que estos habían visto durante los 116 años y 42 días que ha durado su existencia. Un periodo de una amplitud que difícilmente puede imaginarse como abarcable en una sola vida: ha sido testigo de la llegada de la II República, la Guerra Civil, dos dictaduras, o el nacimiento y desaparición del terrorismo de ETA. Tras una vida sin apenas problemas de salud, una rotura de fémur a los 109 años de la que tuvo que ser operada aceleró su deterioro. "Le afectó mucho, desde entonces no andaba. En la fiesta de los 110 años ya casi no hablaba", explica Antonio Vela, uno de sus nietos, de 65 años. Una de las últimas veces que la vio fue en la fiesta de su 116 cumpleaños, a la que acudió con un bisnieto y dos tataranietos de la anciana.

Ana Vela, modista de profesión, iba a récord por año. A los 114 años se convirtió en la persona nacida en España que más tiempo ha vivido en toda la historia. Y a los 115, con el fallecimiento de la italiana Emma Morano, fue la tercera española en erigirse como la más anciana del continente, testigo que ahora cede a otra italiana, Maria Giuseppa Robucci.

Durante una entrevista en 2016 en el patio de la residencia, su hija, sentada a su lado, animaba a su madre a hablar: "Mamá, mamá, ¿no quieres hablar? Está negativa", se rendía ante su silencio. Hasta mudarse definitivamente junto a su madre, la visitaba a diario. "Le gustaba en la comida una copita de vino semidulce, pero no tenía el vicio de beber mucho. Para comer, todo. Le gustaba la carne, el pescado, las verduras… Hacía una dieta muy normal, la de casa", explicaba Ana Vela hija sobre sus hábitos alimenticios. También recordaba anécdotas de tiempos pasados: "Cuando era joven yo tenía un apetito devorador. Si estaba haciendo la comida mientras ella cosía, me decía, "¡Anita, canta!". Era una forma de saber que no estaba comiéndome lo que cocinaba”.

La fortaleza de la recién fallecida era motivo recurrente de conversación por parte del personal de la residencia, que la vio aparecer a los 103 años con una desenvoltura inusual. Participaba en todas las actividades y estaba al corriente de lo que sucedía en el mundo. "Solo necesitaba bastón, le encantaba la musicoterapia y leía el diario cada día", rememora María Rosa Martín, psicóloga del centro público, gestionado por la Fundación Salud y Comunidad y el Grupo Lagunduz.

El nieto de Ana Vela también tiene nietos. Como ese, los ejemplos que pueden ponerse para tratar de hacerse una idea de lo que supone vivir 116 años son múltiples. Nació bajo la regencia de María Cristina de Habsburgo, la tatarabuela del actual Rey, y durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera ya era madre de tres hijos. Cuando hace año y medio le preguntamos a su hija cuánto creía que viviría su madre, esta respondió: "Eso es imprevisible. Mientras no le falte el comer y el dormir bien... Creo que durará bastante". Este viernes, 15 de diciembre de 2017, la española que rozó el siglo XIX ha dicho adiós.

COMENTARIOS

TEMAS
Selección de los editores