Avala Arkansas ejecutar a reclusos con gas nitrógeno

Arkansas se convirtió en la quinta entidad de Estados Unidos en adoptar una legislación que permitirá llevar a cabo ejecuciones mediante gas nitrógeno.

La gobernadora Sarah Huckabee Sanders firmó la nueva legislación promovida por sus partidarios para realizar ejecuciones por primera vez en ocho años. Actualmente hay 25 personas en espera de la muerte en Arkansas.

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Las últimas ejecuciones en Arkansas se dio en 2017, cuando se dio muerte a cuatro personas antes de que venciera un sedante utilizado en el protocolo de inyección letal y desde entonces la Fiscalía de ese estado señaló que no se habían podido comprar más medicamentos para inyecciones letales, pues fabricantes se oponen a que sean usadas en ejecuciones.

“Como estado, no hemos logrado cumplir a los amigos y familiares de las víctimas nuestras promesas de ejecutar a aquellos condenados a muerte según nuestras leyes”, afirmó el fiscal general Tim Griffin en un comunicado. “Eso se acaba ahora. La Ley 302 le da al estado las herramientas necesarias para llevar a cabo estas sentencias y hacer justicia”.

Con hipoxia nitrogenada, se obliga a los reclusos a respirar el gas y se le priva del oxígeno necesario para mantenerse vivos.

Opositores en Arkansas aseguran que el método incrementa el sufrimiento de los reos, a raíz de relatos de testigos de ejecuciones en otros estados como Alabama, quienes describen que los reclusos jadeaban y temblaban durante sus ejecuciones. Autoridades sostienen que son movimientos involuntarios vinculados con la privación de oxígeno.

“La decisión de usar la asfixia por nitrógeno como método de ejecución es una medida peligrosa y regresiva que pone a Arkansas fuera de sintonía con las tendencias nacionales que se alejan de la pena de muerte”, dijo en un comunicado Megan Bailey, portavoz de la Unión Americana de Libertades Civiles de Arkansas.

Alabama, primero en usar gas nitrógeno, ha llevado a cabo cuatro ejecuciones con este método desde el año pasado. Y el martes, Luisiana lo utilizó por primera vez al ejecutar a un hombre condenado por asesinar a una mujer en 1996.

Otros dos estados —Misisipi y Oklahoma— tienen leyes que permiten el método, pero no lo han utilizado hasta ahora.