Batalla Musk vs. Brasil, lo que hay que saber sobre la disputa en torno a la libre expresión
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Un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil incluyó a Elon Musk como un objetivo en una investigación en relación con la propagación de noticias falsas, y a su vez abrió otra pesquisa al empresario estadounidense por presunta obstrucción
RÍO DE JANEIRO- En su decisión, el juez Alexandre de Moraes destacó que Musk empezó el sábado a librar una “campaña de desinformación” pública en torno a los actos del máximo tribunal, y que Musk continuó al día siguiente, en particular con comentarios de que su red social X dejaría de cumplir con las órdenes del tribunal de bloquear ciertas cuentas.
Musk, director general de Tesla y SpaceX y quien adquirió Twitter a finales de 2022, acusó a de Moraes de reprimir la libertad de expresión y de violar la Constitución de Brasil, y publicó en X que los usuarios podrían tratar de eludir cualquier restricción en la red social utilizando una Red Privada Virtual (VPN, por sus siglas en inglés).
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Musk será investigado por supuesta instrumentalización penal deliberada de X como parte de una pesquisa en torno a una red de personas conocidas como milicias digitales, las cuales supuestamente difundieron noticias falsas difamatorias y amenazas contra los jueces del Supremo Tribunal Federal, de acuerdo con la decisión. La nueva investigación indagará si Musk cometió obstrucción, asociación delictuosa e incitación.
“Este flagrante comportamiento de obstrucción a la justicia brasileña, incitar al delito, la amenaza pública de desacato a las órdenes de la corte y la futura falta de cooperación por parte de la plataforma son hechos que le faltan al respeto a la soberanía de Brasil”, escribió de Moraes el domingo.
La oficina de prensa de X no respondió a una solicitud de declaraciones enviada por The Associated Press, y Musk no había comentado públicamente al respecto hasta el lunes temprano, salvo por sus publicaciones en X.
Desde hace tiempo la derecha política de Brasil ha dicho que De Moraes se ha excedido en su autoridad para coartar la libertad de expresión e involucrarse en persecución política. Dentro de la investigación de las milicias digitales, legisladores que forman parte del círculo del expresidente Jair Bolsonaro han sido encarcelados y se han allanado viviendas de sus simpatizantes. El mismo Bolsonaro se convirtió en blanco de la investigación en 2021.
El juez ordenó en marzo de 2022 el cierre de la aplicación de mensajería Telegram en todo el país alegando que la plataforma ignoró en repetidas ocasiones las peticiones de las autoridades brasileñas, incluida una solicitud policial para bloquear perfiles y facilitar información vinculada al bloguero Allan dos Santos, un aliado de Bolsonaro acusado de difundir falsedades. La cuenta de dos Santos es una de las bloqueadas en X en Brasil. Menos de 48 horas después de emitir su orden en 2022, de Moraes dijo que Telegram había cumplido y le permitió reanudar las operaciones.
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Los partidarios de De Moraes han dicho que sus decisiones, aunque extraordinarias, cuentan con fundamentos jurídicos y son necesarias para depurar a las redes sociales de las noticias falsas y extinguir las amenazas a la democracia brasileña, las cuales fueron puestas de relieve claramente en el levantamiento del 8 de enero de 2023 en la capital brasileña, que hizo recordar el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.
“Las decisiones judiciales pueden ser objeto de apelaciones, pero nunca de incumplimiento deliberado”, indicó Luís Roberto Barroso, magistrado presidente del Supremo Tribunal Federal, en un comunicado emitido el lunes.
Musk —un autoproclamado absolutista de la libertad de expresión— tuiteó el sábado que la plataforma retiraría todas las restricciones a las cuentas bloqueadas, y pronosticó que era posible que sus acciones pusieran fin a sus ingresos en Brasil y obligaran a la compañía a cerrar su oficina local.
“Pero los principios son más importantes que las ganancias”, escribió.
Brasil es un importante mercado para las compañías de redes sociales. Alrededor de 40 millones de brasileños, aproximadamente el 18% de la población, ingresa a X al menos una vez al mes, de acuerdo con el grupo de investigación de mercado Emarketer.
Más tarde, Musk instruyó a los usuarios brasileños a descargar una VPN para conservar el acceso en caso de que se restrinja el acceso a X, y escribió que la plataforma publicaría todas las exigencias de De Moraes, asegurando que infringen las leyes brasileñas.
“¡Estas son las exigencias más draconianas de cualquier país sobre la faz de la Tierra!”, escribió posteriormente.
La Constitución brasileña fue redactada después de la dictadura militar que gobernó el país de 1964 a 1985, y contiene una larga lista de objetivos aspiracionales y prohibiciones de crímenes específicos como el racismo y, más recientemente, la homofobia. Pero la libertad de expresión no es absoluta.
Hasta el lunes por la mañana, Musk no había publicado las exigencias de De Moraes, y cuentas bloqueadas de renombre seguían estándolo, lo que indicaba que X aún no había tomado acciones basándose en las promesas previas del multimillonario.
En su decisión, el juez le advirtió que no hiciera eso, asegurando que cada cuenta bloqueada que X reactive a la larga significará una multa de 100,000 reales (20,000 dólares) diarios, y que los responsables serán detenidos para que respondan por el incumplimiento de una orden de la corte.
“Incluir a Elon Musk en la investigación de las milicias digitales es una cosa. Bloquear a X es otra. Con esto, de Moraes está haciendo un guiño, diciendo que no permaneció inerte ante las provocaciones de Elon Musk”, dijo por teléfono desde Washington Carlos Affonso, director del centro de estudios Instituto de Tecnología y Sociedad, con sede en Río de Janeiro. “Es una advertencia para que no se crucen las líneas”.
Affonso, profesor de derechos civiles en la Universidad Estatal de Río de Janeiro, asistía el lunes a un simposio en la Facultad de Derecho de Georgetown sobre el clima empresarial y las leyes en Brasil, y señaló que las implicaciones de la decisión de de Moraes para Musk y X eran “la comidilla de la ciudad”. Affonso también se preguntó qué podría significar la disputa en ciernes para los satélites Starlink de Musk, que proporcionan servicio de internet a zonas remotas de Brasil como la selva de la Amazonía y los humedales del Pantanal.
Bolsonaro, que otorgó a Musk una prestigiosa medalla cuando visitó Brasil en 2022, fue uno de los que animaron al multimillonario estadounidense a cumplir sus promesas de publicar documentos, diciendo que revelarán cómo se presionó al máximo tribunal electoral para que interfiriera en las elecciones de 2022 que perdió. Bolsonaro ha hecho a menudo tales afirmaciones, sin ofrecer alguna prueba.
“Nuestra libertad hoy está en gran parte en sus manos”, dijo Bolsonaro sobre Musk en una transmisión en vivo en las redes sociales el domingo por la noche. “La medida que está tomando, lo que ha estado diciendo y no se ha dejado intimidar y ha dicho que va a plantear esta idea de luchar por la libertad de nuestro país. Eso es bueno”.
El legislador de la Cámara de Diputados brasileña que está a cargo del tratamiento de un proyecto de ley que busca establecer reglas para las plataformas de redes sociales, dijo en X que el episodio subrayó la urgencia de llevar la propuesta a votación. El Senado la aprobó en 2020. El sábado por la noche, el fiscal general de Brasil ya se había manifestado a favor de la regulación.
“No podemos vivir en una sociedad en la que multimillonarios que residen en el extranjero tengan control de las redes sociales y se pongan en una posición de infringir el estado de derecho, incumpliendo órdenes de la corte y amenazando a nuestras autoridades. La paz social no es negociable”, escribió Jorge Messias en X.
Y Alexandre Padilha, ministro de Relaciones Institucionales de Brasil, publicó el lunes en X que el gobierno federal respaldará al Supremo Tribunal Federal y a sus pesquisas, y trabajará con el Congreso y con la sociedad civil para elaborar un marco regulatorio.
ESTO ES LO QUE DEBES SABER SOBRE LA DISPUTA ENTRE MUSK Y MORAES
El multimillonario Elon Musk protagoniza una disputa con un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil en lo relativo a la libertad de expresión, las cuentas de extrema derecha y la desinformación en X, la red social que Musk adquirió cuando se llamaba Twitter.
Desde su adquisición, el controversial empresario ha cambiado drásticamente muchas de las políticas de Twitter, recortó personal y ha transformado lo que la gente ve en la plataforma. Como su propietario y tal vez su usuario más influyente, también la ha utilizado para intentar influir en el discurso político en diversas partes del mundo. Su más reciente embrollo se desarrolla en la nación de 203 millones de habitantes con la mayor economía y población de América del Sur.
El director general de Tesla y SpaceX, nacido en Sudáfrica, adquirió Twitter en 2022 y se declara a sí mismo un “absolutista de la libertad de expresión”. Para sus críticos, es un absolutismo con un sesgo político. Reactivó cuentas que habían sido dadas de baja, tales como la del promotor de teorías de conspiración Alex Jones y la del expresidente estadounidense Donald Trump, al igual que cuentas que pertenecían a neonazis y supremacistas blancos. Los anunciantes que dejaron de gastar en X en respuesta a la presencia de material antisemita y otros contenidos de odio en la plataforma eran parte de un “chantaje”, según Musk.
En Estados Unidos, la libertad de expresión es un derecho constitucional mucho más permisivo que en otros países, incluido Brasil, en donde Alexandre de Moraes, juez del Supremo Tribunal Federal, ordenó este mes llevar a cabo una investigación contra Musk respecto a la divulgación de noticias falsas difamatorias y otra pesquisa sobre posible obstrucción, instigación y asociación delictuosa.
¿QUÉ CUENTAS HA BLOQUEADO BRASIL?
En Brasil, los jueces pueden ordenarle a cualquier sitio web que retire contenido. Algunas de estas decisiones están bajo precinto.
Ni las cortes brasileñas ni X han dado a conocer la lista de cuentas que se ha ordenado que dejen de publicar, pero destacados simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro y activistas de extrema derecha ya no aparecen en la plataforma.
Algunos pertenecen a una red conocida como “milicias digitales”. Fueron objeto de una investigación de cinco años que supervisó De Moraes, en un principio por la presunta divulgación de noticias falsas difamatorias y amenazas contra jueces del Supremo Tribunal Federal, y posteriormente, después de la derrota electoral de Bolsonaro en 2022, por incitar manifestaciones en todo el país en las que se pedía revocar el triunfo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
¿QUIÉN ES EL JUEZ DE MORAES?
De Moraes es inconfundible, con su cabeza calva, complexión atlética y amplia toga negra. En sus crecientes ataques al juez, Musk lo llamó el “Darth Vader de Brasil”.
Ya sea al investigar a Bolsonaro, eliminar las cuentas de sus aliados en redes sociales, u ordenar el arresto de los simpatizantes del exmandatario que irrumpieron en edificios gubernamentales el 8 de enero de 2023, De Moraes ha actuado enérgicamente en contra de aquellos a los que considera que socavan la joven democracia de Brasil.
Días después de que una turba irrumpió en los edificios gubernamentales de la capital brasileña, De Moraes ordenó a Facebook, Twitter, Telegram, TikTok e Instagram que bloquearan las cuentas de individuos acusados de incitar o apoyar los ataques al orden democrático de Brasil.
¿CÓMO FUE QUE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN SE CONVIRTIÓ EN UNA CAUSA PARA LA EXTREMA DERECHA DE BRASIL?
Desde hace tiempo, la derecha política de Brasil ha considerado que De Moraes amordaza la libre expresión y que es parte de una persecución política. Legisladores del círculo de Bolsonaro han sido encarcelados y las viviendas de algunos de sus simpatizantes han sido allanadas.
El mismo Bolsonaro fue objeto de la investigación sobre las milicias digitales en 2021. Eso fue en parte porque sembraba dudas infundadas en torno al sistema de voto electrónico de Brasil. Ese año también declaró en un mitin que ya no acataría las decisiones de De Moraes, lo que puso al país al borde de una crisis institucional.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE MUSK?
Los usuarios de X de extrema derecha han estado tratando de involucrar a Musk en la política brasileña desde hace años, dijo Bruna Santos, abogada y jefa de campañas en Digital Action, un organismo activista que lucha por defender a la democracia y los derechos humanos de las amenazas digitales.
“Con frecuencia lo etiquetan, pidiéndole que asuma una posición respecto a (De) Moraes”, señaló.
El sábado lo hizo al compartir una publicación de la cuenta del equipo de Asuntos Globales de Gobierno de X en la que etiquetó a De Moraes y escribió: “¿Por qué estás haciendo esto?”
Musk publicó el sábado que reactivar las cuentas —la mayoría de las cuales aparentemente sólo están bloqueadas en Brasil— “probablemente” llevará a la red social a perder sus ingresos en el país sudamericano y a tener que cerrar su oficina local.
En su decisión de investigar a Musk, De Moraes lo acusó de librar una “campaña de desinformación” pública sobre las acciones del máximo tribunal brasileño.
¿MUSK ES UN “ABSOLUTISTA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN”?
Aunque Musk ha despotricado contra lo que percibe como la censura de ciertos puntos de vista por parte de la administración anterior de Twitter, también ha tratado de silenciar a los críticos con los que no está de acuerdo, incluidos periodistas y organizaciones sin fines de lucro que reportan sobre sus compañías.
A fines de 2022, Musk había acusado a los periodistas de compartir información privada sobre su paradero, la cual describió como “básicamente coordenadas para efectuar un asesinato”. No presentó evidencia que sustentara dicha afirmación, aunque previamente el empresario decidió bloquear permanentemente una cuenta que rastreaba automáticamente los vuelos de su avión privado utilizando datos disponibles al público.
El mes pasado, un juez federal sobreseyó una demanda de X en contra del Centro para Contrarrestar el Odio Digital, un organismo sin fines de lucro que ha documentado el incremento en el discurso de odio en la plataforma desde que fue adquirida por el propietario de Tesla.
La plataforma había argumentado que los investigadores del centro violaron los términos de servicio del sitio al recopilar indebidamente tuits públicos, y que sus informes subsecuentes sobre el incremento en el discurso de odio le costaron a X millones de dólares cuando los anunciantes se retiraron.
Pero el juez federal Charles Breyer desestimó la demanda, escribiendo en su orden que la denuncia trataba “abierta y descaradamente sobre una cosa”, castigar al organismo sin fines de lucro por su discurso.
¿QUÉ TAN GRANDE ES X EN BRASIL?
Brasil es un mercado crucial para X y otras plataformas. Aproximadamente 40 millones de brasileños, o alrededor del 18% de la población, ingresan a X al menos una vez al mes, según el grupo de investigación de mercado eMarketer.
Twitter cerró oficinas y despidió a empleados en Brasil en 2022, después de que Musk compró la compañía. Se desconoce cuántos trabajadores tiene X actualmente en el país sudamericano.
El representante jurídico de X en Brasil, el despacho de abogados Pinheiro Neto, se negó a comentar al respecto. X no respondió a un mensaje en busca de comentarios.
¿QUÉ SIGUE?
Eso depende de las acciones de Musk y de X. Si se reactivan las cuentas en Brasil, la empresa enfrentará multas, en el mejor de los casos. Aunque en general las multas no han desuadido a Musk, los expertos dicen que podrían aumentar y X podría incluso enfrentarse a una suspensión.
“Las multas podrían incrementarse, y a la larga derivar en la suspensión de la plataforma. Pero esta siempre es la última medida, ya que perjudica a otros usuarios en Brasil”, dijo Filipe Medon, abogado de privacidad de datos y profesor en la Fundación Getulio Vargas.
En cuanto a Musk, un ciudadano extranjero con una compañía cuya sede se encuentra en Estados Unidos, cualquier medida de parte de las autoridades brasileñas exigiría cooperación jurídica con las autoridades estadounidenses.
Por David Biller, Gabriela Sá Pessoa y Barbara Ortutay, The Associated Press.