Cadena perpetua a torturadores de la dictadura argentina
En el mayor juicio de su tipo en la historia de Argentina, Astiz fue sentenciado por los delitos de secuestro, torturas, privación ilegítima de la libertad, homicidio y sustracción y ocultación de identidad de menores de edad
Buenos Aires. Un tribunal argentino condenó el miércoles a prisión perpetua al excapitán de navío Alfredo Astiz, conocido como el Ángel de la muerte, por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el principal centro clandestino de detención y torturas de la última dictadura militar.
En el mayor juicio de su tipo en la historia de Argentina, Astiz fue sentenciado por los delitos de secuestro, torturas, privación ilegítima de la libertad, homicidio y sustracción y ocultación de identidad de menores de edad.
La misma pena recibió Jorge Eduardo Acosta, apodado El Tigre, otro emblemático represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), situada al norte de la capital argentina y que albergó a más de 5 mil detenidos entre el golpe de Estado de 1976 y 1979.
La gran mayoría de los disidentes que fueron alojados en la ESMA figuran entre los 30 mil desaparecidos del régimen de facto de 1976 a 1983, según organismos de derechos humanos. La cifra oficial calcula unos 8 mil en total.
Sobrevivientes, familiares de víctimas y militantes de organismos de derechos humanos celebraron el fallo contra Astiz mientras seguían la lectura del veredicto por una pantalla gigante ubicada afuera del edificio de tribunales.
Los jueces aplicaron penas de entre ocho años de prisión a cadena perpetua a otros 15 represores. El tribunal continuaba leyendo las sentencias contra el resto de los acusados, 54 en total.