Choque Trump-Obama por caso Israel enturbia la transición
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En medio de acusaciones y ‘declaraciones incendiarias’, se prepara la toma del nuevo presidente
WASHINGTON.- Ya no hay disimulo ni esfuerzos para mantener la apariencia de armonía. La normalidad institucional en el traspaso de poder en Estados Unidos se rompió el miércoles cuando el presidente electo, Donald Trump, acusó al todavía presidente Barack Obama de ponerle “obstáculos” y pronunciar “declaraciones incendiarias”. La ruptura se escenificó también en el discurso del secretario de Estado, John Kerry, defendiendo la política de Obama ante Israel frente a las descalificaciones del Gobierno israelí y del propio Trump. La Casa Blanca recuerda que en Estados Unidos hay un solo presidente y que, hasta que Trump ocupe el cargo a partir del 20 de enero, este es Obama.
SITUACIÓN COMPLICADA
La transición presidencial es siempre uno de los momentos más delicados de la democracia estadounidense, dos meses y medio en el que conviven a la fuerza un presidente que se va y otro que llega, en el que deben ocuparse centenares de cargos clave en la administración y en el que el peligro es el vacío de poder, o la duplicidad.
Si los presidentes en cuestión son figuras tan dispares como Obama y Trump, el riesgo es mayor. La primera potencia mundial proyecta estos días una imagen extraña, con dos presidentes que envían mensajes opuestos y uno, el presidente electo, descalificando en público, e intentando sabotear las iniciativas de quien es todavía el presidente legal.
“Estoy haciendo lo que puedo para no tener en cuenta las muchas declaraciones incendiarias y obstáculos del Presidente O. Pensaba que sería una transición suave - ¡NO!”, escribió Trump en otro de sus mensajes en Twitter.
No está claro a qué respondía este mensaje. Quizá a una entrevista en la que Obama dijo que, de haber sido él el candidato demócrata en las elecciones del 8 de noviembre, habría derrotado a Trump. O a una velada crítica del presidente saliente al nacionalismo y la xenofobia de su sucesor durante un discurso en Pearl Harbor el martes, cuando dijo: “Aquí recordamos que incluso cuando el odio arde con más fuerza, incluso cuando el impulso del tribalismo es más primario, debemos resistir lo que nos lleva a demonizar a los que son diferentes”.
UN PASADO TERSO, PERO…
Tras la victoria de Trump en las elecciones del 8 de noviembre, Obama insistió en ofrecer toda la colaboración posible a Trump y expresó el deseo de que su presidencia fuese un éxito. Al mismo tiempo, Trump se declaró repetidamente admirado por la figura de Obama y explicó que varias veces este le había ofrecido su consejo.
Las primeras tensiones salieron a flote hace dos semanas cuando se filtraron nuevas informaciones sobre el papel de Rusia en la campaña electoral. Según los servicios de espionaje de EE UU, la Rusia de Putin interfirió en la campaña distribuyendo correos electrónicos del equipo de la demócrata Hillary Clinton, la rival de Trump en las elecciones. Y esta operación de sabotaje tenía por objetivo favorecer la victoria de Trump. Trump reaccionó despreciando a la CIA. The Washington Post adelantó que la Administración Obama prepara sanciones y otras medidas punitivas contra Rusia, país con el que el presidente-electo quiere mejorar las relacionese.