¿Cómo impactará el superávit de China de 1 billón de dólares en la estrategia arancelaria de Trump?

Internacional
/ 15 enero 2025

Solo un tercio del superávit comercial de China fue con Estados Unidos, y solo un tercio del déficit estadounidense fue con China. Esa es una ecuación complicada para el presidente electo estadounidense

NUEVA YORK- El superávit comercial histórico de China, de casi 1 billón de dólares el año pasado, tiene un reflejo casi perfecto al otro lado del mundo: un déficit comercial estadounidense del año pasado que, según las previsiones, rondará el billón de dólares.

No obstante, solo un tercio del superávit chino fue con Estados Unidos. Y solo un tercio del déficit comercial estadounidense fue con China.

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Esa complicada ecuación espera al presidente electo Donald Trump, quien tomará posesión el lunes prometiendo aranceles para reducir los déficits comerciales de Estados Unidos. Elevar los impuestos solo sobre los productos procedentes de China podría no hacer mucho para reducir el desequilibrio comercial general de Estados Unidos.

Países de todo el mundo también registran grandes superávits comerciales con Estados Unidos; nada que se parezca a los de China, pero se van sumando. Otros países necesitan superávits comerciales con Estados Unidos para pagar sus propios déficits comerciales con China.

Si el gobierno de Trump eleva los aranceles solo a China, Estados Unidos podría encontrarse con mayores déficits comerciales con otros países, en la medida en que las empresas estadounidenses recurran a importar de ellos en su lugar. Sin embargo, elevar los aranceles sobre las importaciones de una amplia gama de países podría perjudicar a los aliados de EE. UU.

Tener un déficit comercial muy grande en productos manufacturados, como ha sido el caso de Estados Unidos durante décadas, ha eliminado puestos de trabajo bien remunerados y ha debilitado la base de producción militar del país. Pero el gran déficit comercial también ha tenido como consecuencia que los consumidores estadounidenses han disfrutado de precios bajos. Es posible que muchos consumidores duden de renunciar a eso pagando precios más altos por los automóviles, celulares y otros productos importados si Trump impone aranceles amplios.

$!Si el gobierno de Donald Trump eleva los aranceles solo a China, Estados Unidos podría encontrarse con mayores déficits comerciales con otros países.

China enfrenta un problema diferente: su población podría disfrutar de un mejor estilo de vida si sus trabajadores produjeran más para los mercados nacionales y menos para la exportación.

Sin embargo, ayudar a los consumidores chinos a acceder a más de la producción de su propio país requeriría redirigir el gasto gubernamental, alejándolo del aparato militar y de seguridad del país, así como de las empresas estatales, y enfocándolo en la limitada red de seguridad social. También podría requerir medidas como recortar el impuesto nacional sobre las ventas de China, del 13 por ciento, así como otros impuestos sobre el consumo de artículos de lujo importados, como los grandes automóviles estadounidenses. Pekín se ha mostrado receloso ante tales medidas.

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Mientras tanto, el extraordinario volumen de exportaciones de China —más del 12 por ciento el año pasado— está desbordando el comercio mundial en general.

“Eso no es sostenible”, dijo Brad Setser, investigador principal del Consejo de Relaciones Exteriores. Las exportaciones chinas no pueden crecer un 12 por ciento cuando el comercio mundial solo crece un 3 por ciento sin afectar profundamente a los sectores exportadores de otros países”.

En toda Europa, África, Latinoamérica, Asia y Oceanía, los países dependen de la compra de automóviles, electrodomésticos, electrónica de consumo y otros productos manufacturados en China. Para obtener los dólares que necesitan para comprar estos bienes a China, estos otros países venden a Estados Unidos desde automóviles Mercedes hasta camisetas baratas.

La Unión Europea, por ejemplo, compra a China bienes por valor de 2 dólares por cada dólar de bienes que vende a China. Esto hizo que la Unión Europea tuviera un déficit comercial de 247,000 millones de dólares con China el año pasado, mientras que la UE tuvo un superávit estimado de 240,000 millones de dólares con Estados Unidos.

$!Xi Jinping, presidente chino. El 98.9 por ciento de las exportaciones de China del año pasado fueron productos manufacturados.

Las discrepancias son aún más pronunciadas para los países en desarrollo, excepto para un puñado de exportadores de petróleo y otros recursos naturales que tienen superávit comercial con China. Las naciones africanas en su conjunto compran a China bienes por valor de unos 3 dólares por cada 2 dólares de bienes que venden a China. Luego, en su mayor parte, invierten esa proporción en su comercio con Estados Unidos.

Casi todas las importaciones de China son de petróleo y otros recursos naturales. Pero el 98.9 por ciento de sus exportaciones del año pasado fueron productos manufacturados.

Los países que cuentan con pocos recursos naturales para vender terminan teniendo desequilibrios particularmente grandes con China. El año pasado, Kenia compró a China productos por valor de 35 dólares por cada dólar de productos que vendió a China. Ya que el comercio de Kenia está más o menos equilibrado con Estados Unidos, ha tenido que pedir grandes préstamos para conseguir el dinero con el que pagar las importaciones de China y ahora está muy endeudada, igual que muchos países en desarrollo.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos publicará las estadísticas comerciales definitivas para 2024 a principios de febrero. Sin embargo, las tendencias del comercio estadounidense están claras en las estadísticas que abarcan todo el año pasado, excepto diciembre.

China anunció el mes pasado que eliminaría todos los aranceles a las importaciones procedentes de decenas de los países más pobres del mundo. Pero ya que China es fuerte en prácticamente todas las industrias manufactureras, eliminar los aranceles a las importaciones de los países más pobres podría no representar una gran diferencia en los flujos comerciales. En una rueda de prensa, funcionarios de aduanas chinos hablaron el lunes sobre medidas como importar más pescado y plátanos.

Si el gobierno de Trump aumenta los aranceles mientras China los reduce, la respuesta de muchos otros países podría ser de enojo. China ha estado intentando ir más allá de su grupo básico de naciones estrechamente alineadas, como Rusia, Irán y Corea del Norte, para cortejar a las naciones en desarrollo a través de su Iniciativa Cinturón y Ruta. China también ha intentado obtener ingresos y la buena voluntad de las naciones europeas y de Asia oriental mediante programas de turismo sin visa.

En la base de las difíciles decisiones que se avecinan para China y Estados Unidos hay una gran diferencia: las tasas de ahorro. Los hogares chinos están ahorrando más y gastando poco en importaciones, porque perdieron gran parte de su patrimonio neto después de que el desplome del mercado inmobiliario acabara con más riqueza que el desplome del mercado inmobiliario estadounidense en 2008 y 2009. Pero los estadounidenses en su conjunto están ahorrando muy poco, al tiempo que piden dinero prestado a través de grandes déficits comerciales con el resto del mundo.

Funcionarios y economistas chinos afirman que creen que hay una respuesta mejor que los aranceles: más inversión china en la construcción de fábricas en Estados Unidos.

Sin embargo, la reacción de los legisladores del Congreso y de los gobiernos estatales ha sido en gran medida hostil, incluso llegando a imponer nuevos límites legales en el último par de años a las inversiones chinas en Estados Unidos.

Li You colaboró con la investigación.

Keith Bradsher es el jefe de la corresponsalía de Pekín del Times. Antes fue jefe del buró en Shanghái, Hong Kong y Detroit, y corresponsal en Washington. Ha vivido e informado en China continental durante la pandemia. c. 2025 The New York Times Company.

Por Keith Bradsher, The New York Times.

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