Con su tercer mandato, Xi Jinping, presidente de China, consolida su poder absoluto
COMPARTIR
Tras un largo proceso para conseguir tener poder absoluto en China, Xi Jinping fue designado por la Asamblea Nacional Popular para un tercer mandato de cinco años, siendo u hecho inédito entre sus predecesores
Tras ser ratificado su puesto como secretario general del Partido Comunista (PPCh) en el XX Congreso de la formación que se llevó a cabo en octubre pasado, Xi controla además tiene el control de la Comisión Militar Central (CMC), equivalente al de jefe de las Fuerzas Armadas, con lo que cuenta con un total dominio sobre los tres brazos del poder: el Estado, el Partido y el Ejército.
En los últimos años, Xi consiguió que se eliminara de la Constitución la frase en la que se establecía un límite de dos mandatos consecutivos, a su vez, incorporó sus teorías políticas en el texto con fin de agrandar el culto a su personalidad y de la concentración del poder en torno a su figura.
Xi nació en Pekín en junio de 1953, a los 22 años se enroló en el PCCh, paso a paso fue labrando una fama de pragmático y ambicioso, e inició a construir su propia red de fieles en las provincias costeras del país, las más desarrolladas, hasta que fue nombrado gobernador de Fujian y, después, secretario del PCCh en Fujian y Shanghái.
TE PUEDE INTERESAR: Por supuestas amenazas que no se detienen, China aumentará gasto militar por más de 7%
Por otra parte, supo estar en el lugar y el momento adecuado, a finales de la década de 2000, el Partido estaba buscando a un candidato con estirpe, por lo que se pensó en él para sustituir al entonces presidente Hu Jintao.
El PCCh decidió apostar sus cartas por un liderazgo fuerte, lo que le valió para conseguir en 2012 la secretaría general del partido y, al año siguiente, logró la presidencia del país con la promesa de combatir la corrupción imperante y convertir a China en una potencia mundial.
Así mismo, con el respaldo del PCCh Xi sepultó las reformas que Deng Xiaoping introdujo en 1982, mismas que durante décadas constituyeron un poder colegiado y limitado para evitar los excesos de la era de Mao Zedong.
Así también, Xi inició a promocionar la llegada de una “nueva era” en la que China se modernizará para 2049, año en que la República Popular celebrará su centenario.
Entre tanto, en medio de la creciente rivalidad con Estados Unidos, un potencial conflicto con Taiwán, isla que Pekín reclama, así como los retos demográficos, además de reactivar la economía afectada por la burbuja inmobiliaria y tres años de aislamiento como consecuencia a su estricta política del cero covid, van a ser desafíos para Xi en su próximo quinquenio.
En este sentido, Xi advirtió que China va a navegar en un “mar tormentoso” durante los próximos años, lo que presagia llamados a la máxima obediencia y a la unidad en el seno del PCCh.
Sin embargo, según los expertos, su mayor desafío va a ser lidiar con la persistente y creciente tensión entre Washington y Pekín.
Por último, Xi va a inaugurar su tercer mandató tras afrontar en diciembre pasado con protestas insólitas en respuesta al descontento popular por la política de covid cero que trastocó la vida en el país.
Con información de la Agencia EFE.