Confirman el fallecimiento de Hasán Nasrala, el líder de Hizbulá
El Ejército de Israel aseguró haber liquidado a la cúpula militar del movimiento chií libanés Hizbulá, incluido su máximo líder Hasán Nasrala
JERUSALÉN- Las Fuerzas Armadas de Israel “liquidan la dirección militar de Hizbulá en un golpe sin precedentes”, adelantó hoy en X el portavoz castrense en árabe, Avichay Adraee, tras el anuncio esta mañana, basado en información de inteligencia, de que Nasrala murió ayer en el bombardeo israelí masivo contra un edificio en el sur de Beirut.
Hizbulá confirmó horas después la muerte de su líder.
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El pasado 20 de septiembre, Israel ya mató en otro ataque en Beirut al jefe de operaciones militares y de las fuerzas de élite Radwan, Ibrahim Aqil, en el que también murieron al menos otros 16 miembros del grupo y decenas de civiles. A finales de julio, en otro bombardeo en Beirut, fue asesinado el entonces número dos de Hizbulá, Fuad Shukr.
Ahora, la muerte de quien fuera el líder de Hizbulá desde 1992, después de que su predecesor, Abbás al Musawi, falleciera en otro ataque perpetrado por un helicóptero israelí en el sur del Líbano, abre un escenario impredecible tanto sobre el futuro del grupo como del conflicto abierto que mantiene con Israel desde el 8 de octubre.
”Esperamos que [el ataque] cambie el modo de actuar de Hizbulá [...] ¿Estamos preparados para una escalada más amplia? Sí. Nuestras fuerzas están en alerta máxima, (los servicios de) inteligencia muestran una alta preparación”, dijo este sábado un portavoz castrense a la prensa internacional, incluida EFE, vía videoconferencia.
REUNIÓN EN BEIRUT DE ALTOS CARGOS
Ayer viernes, sobre las 18:00 hora local, enormes columnas de humo se elevaron en los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye y bastión de Hizbulá, al tiempo que fuertes explosiones resonaron tanto en esta urbe como en poblaciones adyacentes, algo que no había ocurrido con ninguno de los bombardeos israelíes previos en esta zona.
Los bombardeos provocaron el derrumbe de varios edificios y un caos generalizado entre los libaneses de a pie. El Ejército israelí dijo hoy desconocer el número de víctimas que el ataque contra Nasrala, en el que también murieron otros comandantes de Hibzulá, ha causado entre la población civil.
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”Aún no conozco las cifras, pero puedo decirles que [esconderse detrás de civiles] es parte de la forma en que hemos visto operar a Hizbulá durante esta guerra”, desdeño el oficial militar.
Desde que Israel iniciara el pasado lunes una extensa campaña de bombardeos contra el sur y el este del Líbano, precedida por la explosión de unos 5,000 aparatos de comunicación en manos de miembros del grupo chií, más de 700 personas han muerto en el país vecino esta semana, según cifras del Ministerio de Salud Pública libanés.
De acuerdo con el funcionario castrense israelí, Nasrala se encontraba en un el cuartel general subterráneo del grupo, amparado por “edificios residenciales”, cuando “inteligencia en tiempo real” les hizo entender que altos miembros de Hizbulá se estaban “reuniendo allí para planificar nuevos ataques”, y fue entonces cuando atacaron.
”Todavía queda un camino por recorrer”, añadió el funcionario, que alertó que Israel debe continuar persiguiendo las amenazas tanto inminentes como estratégicas que Hizbulá aún representa, con la finalidad de devolver, dijo, la seguridad a los ciudadanos del norte de Israel, desplazados de sus casas.
Esta misma madrugada, tras el ataque contra Nasrala, Israel siguió bombardeando los suburbios meridionales de Beirut, controlados por Hizbulá. El Ejército urgió a los civiles abandonar ciertas áreas de Dahye donde, según dijo, la milicia-partido chií escondía “misiles antibuque incrustados debajo de seis edificios residenciales”.
”Hizbulá construyó y desarrolló (durante años) sistemas de misiles antibuque guiados y de precisión, originarios de Irán, con el objetivo de amenazar la libertad marítima internacional y los activos estratégicos de Israel y la región”, detalló hoy un comunicado castrense.
Hizbulá negó ayer, en un escueto comunicado, la presencia de armamento en los suburbios de Beirut, donde el Ejército de Israel ha seguido atacando en las últimas horas tras otra noche de intensos bombardeos que dejan, si cabe aún, un futuro más incierto en la región.
¿QUIÉN ES HASÁN NASRALA?
El líder del grupo Hizbulá, Hasán Nasrala, habría muerto el viernes según el Estado judío bajo las bombas israelíes en Beirut, cumpliendo aparentemente un destino que siempre estuvo presente en su vida y que había podido esquivar durante los más de 30 años en los que fue el máximo responsable de la formación política y militar del movimiento chií libanés, que habría quedado decapitado.
Israel afirmó este sábado que su némesis cayó bajo una oleada de bombardeos sobre uno de los cuarteles de Hizbulá en su feudo de el Dahye, en la periferia meridional de Beirut.
La muerte habría llegado después de una semana de ataques masivos sobre el grupo desatados por el gobierno de Benjamín Netanyahu, que ya causaron la muerte de varios altos mandos del partido y milicia armada aliada de Irán, así como la muerte de decenas de civiles libaneses.
Su ausencia abriría un escenario impredecible sobre el futuro del grupo.
Tras hacer explotar miles de aparatos de comunicación en manos de integrantes del grupo, lanzar cuatro ataques selectivos contra sus comandantes en el Dahye, y devastar por aire los principales bastiones del grupo en el país, Israel aparentemente encontró lo que buscaba.
El viernes por la tarde bombardeó Dahye con Nasrala como objetivo específico.
BESTIA NEGRA
Nasrala tomó las riendas del movimiento chií en 1992 después de que su predecesor, Abbás al Musawi, muriera en el ataque de un helicóptero israelí en el sur del Líbano.
Desde siempre fue muy consciente de que como responsable último de Hizbulá era un enemigo declarado de Israel. Desde 2006 vivía en ubicaciones secretas.
Desde esa fecha, solo apareció en público en un puñado de ocasiones, la última de ellas hace una decena de años. Pese al conflicto creciente, sus apariciones fueron solo televisadas desde lugares desconocidos.
“No he utilizado teléfonos móviles ni fijos en años por motivos de seguridad e incluso si quisiera hacerlo, no me lo permitirían”, reconoció el pasado mayo, al disculparse por no poder recibir condolencias o asistir al funeral de su madre, donde se emitieron sus palabras grabadas.
Su oratoria y carisma, reconocido en el mundo árabe, eran dos de sus bazas principales, tan renombradas como su cautela.
CAMINO HACIA HIZBIULÁ
Nació en 1960 en una familia modesta de los suburbios orientales de Beirut y desde la escuela mostró un gran fervor religioso.Seguidor del imán Musa Sadr, líder de la comunidad chií libanesa posteriormente desaparecido en extrañas circunstancias, Nasrala se sumó de adolescente al movimiento político chií Amal y participó en algunas de sus protestas.
Rondando ya la mayoría de edad, viajó a la ciudad iraquí de Nayaf, cuna del pensamiento teológico chií, donde fue instruido por algunos de los clérigos que acompañaron al ayatolá Ruholá Jomeini en la Revolución Islámica iraní.
A su regreso al Líbano, estudió bajo la supervisión de quien sería su predecesor al frente de Hizbulá, Abbas Musawi.
En 1982 fue uno de los creadores de Hizbulá, “el Partido de Dios” y desde el inicio formó parte de su órgano de dirección, el “Consejo de los Siete”.
Nasrala se destacó como uno de los líderes de la corriente reformista, que buscaba incorporar al grupo, clandestino, en la vida política lbanesa.
Su ascendencia fue tal que fue nombrado secretario general del grupo unas horas después de que Israel acabara con la vida de su predecesor.
Contaba entonces con 32 años.
SU ENTRADA A LA POLÍTICA
Nasrala sacó a Hizbulá de la clandestinidad y lo convirtió en un partido político, con una proyección más allá de ser una simple una milicia o una cofradía religiosa.
En 1992 se presentó a sus primeras elecciones y ganó doce escaños en el Parlamento libanés.
Como secretario del grupo, estecho aliado de Irán, Nasrala cosechó gran respeto en el mundo árabe, particularmente después de que su postura beligerante e intransigente ayudara a que Israel abandonara el Líbano tras 18 años de ocupación.
En años posteriores mantuvo su postura, que terminó derivando en el conflicto de 2006 en la que durante cinco semanas Hizbulá e Israel intercambiaron golpes una guerra “particular” que afectó a gran parte del Líbano.
En lugar de desarmarse y retirarse de la fronera sur de Líbano, tal como estipulaba el acuerdo de paz de 2006, Hizbulá se rearmó fuertemente, obtuvo armas de larga distancia y mantuvo su hostigamiento hacia Israel, que respondió ferozmente.
Durante todo este tiempo Hizbulá se consolidó como un Estado dentro del Estado libanés, con feudos inexpugnables y una poderosa fuerza militar.
Hizbulá entró en la guerra de Gaza en 2023 para dar apoyo a sus aliados de Hamás y para desestabilizar el flanco norte de Israel.La brutalidad de la respuesta israelí, que se hizo esperar casi un año y que se ha llevado solo menos de una semana más de 700 vidas, parece haber sido esta vez demasiado para el escurridizo clérigo.