COVID-19 y la guerra en Ucrania frenan los avances en la reducción de la pobreza a nivel mundial

Según los resultados de su estudio, el organismo financiero internacional preve que cerca de 600 millones de personas deberán subsistir con menos de 2.15 dólares al día en 2030, con lo que se entorpeció el objetivo internacional de eliminar la pobreza extrema para ese año.

Así mismo, el Banco Mundial calcula que la pandemia de COVID-19 empujó a unos 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, siendo este el mayor aumento en un año desde que se inició a hacer un seguimiento de esta métrica en 1990.

Como consecuencia, se conjetura que a finales de 2020, 719 millones de personas subsistían con menos de 2.15 dólares al día, el umbral fijado para determinar la pobreza extrema.

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“Los avances en la reducción de la pobreza extrema básicamente se han detenido, a lo que se suma un escaso crecimiento de la economía mundial”, explicó en un comunicado al presentar el informe el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass.

Así también, Malpass dijo que además de la inflación, la depreciación de diversas monedas y las crisis inciden como factores adicionales que contribuyeron a este frenazo en la reducción de la pobreza.

Por otra parte, en el informe se indica que 2020 marcó un punto de inflexión histórico: en la era de la convergencia de ingresos en el mundo terminó y dio paso a la divergencia.

Siendo así, que la mayor parte del costo de la pandemia de COVID-19 afectó a los más pobres, debido a que entre los sectores que se ubican en el 40 % más bajo de la distribución, las pérdidas de ingresos alcanzaron un promedio del 4 %, es decir, el doble que entre el 20 % más rico.

Dando como resultado que la desigualdad mundial se elevó por primera vez en décadas.

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Así mismo, el informe señala que en la actualidad, es en la zona del África subsahariana en donde se ubica el 60 % de todas las personas en situación de pobreza extrema (389 millones de individuos viven bajo ese umbral).

Según el Banco Mundial, para conseguir alcanzar el objetivo de reducción de la pobreza fijado para 2030, cada país de la región subsahariana debería lograr un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita del 9 % al año durante el resto de la década actual.

También las reformas de las políticas públicas nacionales podrían coadyuvar a reanudar los avances en la reducción de la pobreza, aunque también va a ser necesario intensificar la cooperación internacional.

Por último, en lo que se refiere a la política fiscal, el Banco Mundial exhortó a los Gobiernos a evitar los subsidios generales y aumentar las transferencias monetarias focalizadas, así como poner énfasis en el crecimiento a largo plazo y movilizar ingresos internos sin perjudicar a los pobres.

Con información de la Agencia EFE.